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Los docentes y la lucha política

Tras la traición sindical de sus huelgas y protestas en West Virginia, Oklahoma, Arizona y otros estados, un número récord de docentes está postulándose para cargos políticos.

La Federación Estadounidense de Maestros (AFT, todas las siglas en inglés) reporta que más de 100 miembros en 20 estados están compitiendo, mientras que la Asociación Nacional de la Educación (NEA) indica que hay más miembros haciendo campaña este año que en las últimas dos décadas. Se reporta que un total de 97 educadores o candidatos que se describen como “proeducación” están participando en las primarias de Oklahoma del 26 de junio.

A nivel nacional, muchos de los candidatos docentes son demócratas, incluyendo varios exagentes de inteligencia y exmilitares, mientras que otros son republicanos. Entre ellos hay algunos arribistas buscando tomar ventaja de la oleada de apoyo para los maestros, pero otros buscan sinceramente una avenida política para defender la educación pública. Como un candidato de Oklahoma les indicó a los medios: “Solo decidí que era hora de salir y ayudar a financiar a la educación de la forma en que debería ser financiada. Los maestros están alentando a otros maestros para que se postulen. Realmente es algo orgánico y desde las bases lo que ocurre con los maestros”.

La decisión de más maestros de contender por un cargo político sigue la frustración colectiva de los educadores después de que sus huelgas a nivel estatal fueran traicionadas por la AFT, la NEA y sus afiliados estatales, y ante el impasse al que se enfrentan los maestros y otros trabajadores escolares. A pesar de la determinación de las bases docentes que iniciaron la mayor ola de protestas de maestros en décadas, los sindicatos lograron aislar y traicionar sus luchas. Los acuerdos alcanzados por los sindicatos para finalizar las huelgas no incluían las demandas de los maestros. Al mismo tiempo, los pequeños aumentos salariales y presupuestarios serán financiados por medio de impuestos regresivos y recortes a otros presupuestos que implementaron los legisladores estatales.

El Teacher Newsletter del WSWS advierte fuertemente que las buenas intenciones no son suficientes. En la medida en que estos maestros se mantengan dentro de los límites del sistema bipartidista capitalista y no desafíen el dominio económico y político de la élite corporativa y financiera de EUA, sus candidaturas no podrán avanzar los intereses de la clase obrera. La verdadera interrogante es: ¿cuál programa político está siendo avanzado?

De quedar electo, incluso el educador más sincero se enfrentaría inmediatamente con todo un conjunto de relaciones económicas y políticas consideradas como sacrosantas bajo el sistema existente, ante todo el “derecho” de los capitalistas a monopolizar la riqueza y someter a la sociedad a su necesidad de lucrar. Si los maestros aceptan estas relaciones económicas y políticas, entonces independientemente de sus intenciones terminarán sirviendo inevitablemente los intereses de clase que no querían servir.

La lucha por defender y mejorar de forma substancial la educación pública es sin duda una lucha política. Sin embargo, es imposible garantizar los recursos necesarios para una educación de alta calidad para todos los niños sin importar sus circunstancias socioeconómicas sin enfrentarse frontalmente a la oligarquía financiera que gobierna EUA y el mundo. En otras palabras, satisfacer los derechos sociales de las masas trabajadoras —de un salario digno, cuidado de salud, pensiones, educación de buena calidad y un futuro libre de opresión y guerra— significa oponerse al “derecho” de los capitalistas a dominar la sociedad.

Para luchar por esto, la clase obrera —cuyo trabajo colectivo produce la riqueza de la sociedad— debe organizarse como una fuerza política independiente. El objetivo de la clase obrera no debe ser apelar a la consciencia de los poderes establecidos, sino romper el dominio dictatorial de los bancos y las corporaciones y llevar a cabo una redistribución radical de la riqueza.

Esto solo es posible si la clase obrera toma el poder político en sus propias manos y establece un Gobierno de los trabajadores, por los trabajadores y para los trabajadores. La realidad es que el aparato estatal entero y los dos partidos de las grandes empresas existen para defender el sistema capitalista.

Existe una relación directa entre los esfuerzos de los sindicatos para promover la elección de oficiales demócratas y su papel en suprimir y finalizar las huelgas de maestros este año.

Los sindicatos docentes desempeñan un papel importante dentro del Partido Demócrata y tanto la presidente de la AFT, Randi Weingarten, como la presidenta de la NEA, Lily Eskelsen Garcia, son miembros del Comité Nacional Demócrata. Por décadas, los sindicatos han provisto una cubierta para los demócratas, aun cuando Bill Clinton, Barack Obama y otros demócratas a nivel estatal y local adoptaban las prescripciones más derechistas y antidocentes, haciendo eco de las demandas republicanas de “preferencia escolar”, “rendición de cuentas de los maestros”, paga por mérito y otros ataques. Los sindicatos cubrieron a los demócratas cuando se alinearon con los republicanos en derrochar billones de dólares en rescates para Wall Street, recortes a los impuestos empresariales e interminables guerras para defender los intereses en el exterior de las mismas corporaciones y gigantes energéticos que se rehusaron a pagar un centavo para la educación pública.

Los sindicatos se opusieron a las huelgas de maestros que estallaron en el 2018. Los ejecutivos de la AFT y NEA, quienes invierten miles de millones de los fondos de pensiones de los maestros en el mercado bursátil y ganan 10 veces más que cualquier maestro, entienden que estas huelgas fueron un desafío implícito a las décadas de ataques contra la educación pública y, por ende, enfrentaban a los maestros y al Partido Demócrata. Es por esto que hicieron todo lo posible para aplastar las huelgas antes de que pudieran consolidarse y unificarse en una lucha a nivel nacional.

El propósito detrás del impulso electoral de los sindicatos es ahora promover las mismas instituciones políticas —incorporen a maestros o no— que son responsables por el asalto contra la educación pública.

El WSWS y el Partido Socialista por la Igualdad advierten sobre el papel traicionero de los sindicatos, llamando a los docentes a tomar la lucha en sus manos, por medio de la formación de comités de base para transformar la revuelta de los maestros en una lucha política consciente por parte de la clase obrera contra los partidos controlados por las corporaciones y el sistema de lucro que defienden.

Cuando un reportero del WSWS le preguntó a la presidenta Weingarten de la AFT cuál era su actitud acerca de la demanda cada vez más generalizada de las bases docentes de convocar una huelga nacional, respondió que los paros de los maestros necesitaban “transformarse en ir a las urnas”. Sin excepciones, cuando los sindicatos estaban traicionando una huelga tras otra, los dirigentes de la NEA y la AFT clamaban “Recuérdense en noviembre”, para promover la ilusión de que la elección de más demócratas o republicanos “proeducación” va a resolver las demandas de los maestros.

Sin embargo, las experiencias de los maestros ya demostraron la bancarrota de tal perspectiva. Obama y su secretario de Educación, Arne Duncan, promovieron las escuelas concertadas y otras formas de educación con fines de lucro, sentando las bases para la llegada de Trump y Betsy DeVos. Los Gobiernos controlados por demócratas en Colorado, California, Nueva York y otros estados han impuesto ataques profundos contra los maestros y la educación pública. Pese a adoptar una pose “proeducación”, los demócratas que controlaban los Gobiernos en West Virginia, Oklahoma y Arizona antes de que los republicanos los suplantaran les concedieron recortes de impuestos a las corporaciones mientras que reducían el financiamiento escolar.

Diez años después de la crisis financiera global, las condiciones a las que se enfrentan los educadores y los estudiantes son escandalosas. Al mismo tiempo en que fue asignado el monto récord de $716 millones para el ejército y los preparativos para nuevas guerras, el financiamiento por estudiante se encuentra por debajo de los niveles del 2008 en la mayoría de loes estados. Los maestros de 39 estados ganan menos en términos reales de lo que ganaban hace una década, mientras que la mitad de todos los docentes estadounidenses ganan menos que un salario mínimo vital.

La intransigencia de la élite gobernante ha probado ser una lección valiosa para los maestros, quienes se enfrentan a intereses corporativos poderosos que controlan ambos partidos. No pueden luchar contra estas fuerzas solos ni un estado a la vez. Se debe poner en marcha una campaña ahora para movilizar el apoyo más amplio posible en la clase obrera —incluyendo a los trabajadores que están emprendiendo luchas como en UPS y los trabajadores automotores y de salud— con el propósito de defender la educación pública cuando reinicien las clases después del verano. También se deben realizar apelaciones a los educadores por todo el mundo, incluyendo en México y Canadá, que también están involucrados en batallas contra la austeridad.

En oposición a los sindicatos, los cuales operan como agentes del Gobierno y las grandes corporaciones, el Partido Socialista por la Igualdad hace un llamamiento a todos los docentes y trabajadores escolares para que formen comités de base para defender el derecho de una educación de buena calidad para todos. Las huelgas y manifestaciones de masas se deben combinar con la construcción de un movimiento político masivo de las masas obreras que integre todas las batallas contra la desigualdad, el ataque contra los trabajadores inmigrantes, la violencia policial, la guerra y la amenaza de una dictadura, todo en una sola lucha por el poder obrero y el socialismo.

La clase obrera no puede verse limitada por los fraudulentos alegatos sobre lo que puede y no puede costear el capitalismo, sino que debe luchar por un programa basado en lo que necesita la mayoría de la población. Esto no solo incluye un financiamiento pleno para aumentos a los salarios, las prestaciones y las pensiones de todos los trabajadores escolares, sino el fortalecimiento y la expansión de la educación pública en todo nivel, de guardería a la universidad. Más allá, el daño que el sistema de lucro le ha propiciado a la educación pública, además del recrudecimiento de la pobreza y la crisis sanitaria por opioides, exige, entre otras medidas, la contratación de miles de educadores para atender el impacto de la crisis en los niveles de alfabetismo y cultura, al igual que el mejoramiento y la construcción de instalaciones con acceso a avanzadas tecnologías para cada comunidad.

Al final del día, la cuestión se reduce a lo siguiente: ¿Cuál clase —los capitalistas banqueros y corporativos o las masas obreras cuyo trabajo colectivo produce toda riqueza— determinará la forma en que los recursos de la sociedad se distribuyen?

La clase obrera, la vasta mayoría de la población, debe tomar el poder político en sus manos y acabar con la dictadura de los bancos y las grandes empresas. Los bancos de Wall Street y las principales corporaciones deben transformarse en empresas públicas, de propiedad colectiva y controladas democráticamente por la clase obrera. Este programa es por el que lucha el Partido Socialista por la Igualdad y constituye la única solución para financiar la educación y todas las necesidades sociales de la población.

Urgimos a los docentes a contactar al Teacher Newletter del WSWS y al PSI para asumir la lucha por el socialismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 26 de junio de 2018)

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