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¿Qué significa realmente “detener a Trump”? La clase obrera debe movilizarse contra el capitalismo y en lucha por el socialismo

Donald Trump es un gran merecedor de las efusivas condenas y oposición política que ha desencadenado serie de protestas en todo el Reino Unido que comenzó el jueves.

Él representa todo lo que es vil y reaccionario en la vida política y social, no solo en los Estados Unidos sino en Reino Unido, Europa y en todo el mundo.

  • Un multimillonario que defiende reducir el gasto social y castigar a la gente trabajadora para enriquecer a las grandes corporaciones y los ya fabulosamente ricos.
  • Alguien cuyo máximo orgullo es que "construirá el muro" y que ahora encerrará a los niños inmigrantes en jaulas, separados de sus madres y padres.
  • Un defensor de una guerra comercial con base en el lema "EUA ante todo" y que enfrenta a trabajadores de distintos países en una carrera feroz hacia el fondo.
  • Un brutal militarista que ha amenazado con una guerra nuclear contra Corea del Norte, Rusia y China a menos que acepte los dictados de Estados Unidos.

Estos e innumerables crímenes menores son citados por los organizadores de las protestas anti-Trump para conseguir el apoyo de aquellos genuinamente horrorizados ante el hecho de que ese hombre lidera el país más poderoso del mundo. Pero en medio de la constante insistencia en "Unidad contra Trump", se debe advertir sobre la política reaccionaria de las organizaciones que lideran estas protestas.

Ocultos detrás de la indignación hacia aspectos selectivos y un enfoque casi exclusivo en Trump como individuo, los dos grupos que se han combinado para formar Together Against Trump (Juntos contra Trump) intentan unirse con sectores de la clase dominante británica para impulsar una alianza comercial y militar con Europa contra Estados Unidos y para una toma del Gobierno por parte del Partido Demócrata en Estados Unidos, con lo que esperan restaurar la "relación especial" con EUA.

Los partidos pseudoizquierdistas se han alineado con el grupo pro Jeremy Corbyn, Momentum, como parte de la coalición Stand Up to Trump (Enfrentemos a Trump). Pero su propaganda y agitación son casi indistinguibles de los de la coalición Stop Trump (Detengamos a Trump), liderada por Owen Jones del Guardian, cuya agenda pro Unión Europea está alineada con el ala encabezada por Tony Blair del Partido Laborista.

Con este fin en mente, hacen referencia en sus respectivos periódicos y sitios web al socialismo y la clase obrera, las críticas a los demócratas en EUA y, sobre todo, la oposición a la UE supuestamente detrás de su llamado a una "salida izquierdista" (Left leave). En su mayor parte, la atención se centra en las condenas al racismo, el sexismo, la homofobia, la transfobia y otros elementos básicos de la agenda política de identidad de Trump, que entremezclan en un "Carnaval de resistencia" contrapuesto a una política basada en clases.

El Partido Socialista, por ejemplo, critica extrañamente a May por describirse como "feminista" mientras "endosa su repugnante comportamiento sexista".

Por su parte, el Partido Socialista de los Trabajadores (SWP, por sus siglas en inglés) insiste: "Todos deberíamos marchar en la manifestación Juntos contra Trump. ... Debemos hostigar a Trump y sus seguidores". Pero ¿a quiénes se refiere con “nosotros”?

Esto no es solo una amnistía para un puñado de embusteros del Guardian como Jones, Ellie Mae O'Hagan y Afua Hirsch.

La decisión de no expresar desacuerdos constituye un respaldo a la demanda de Corbyn de no poner en peligro la unidad del Partido Laborista y a sus esfuerzos para convencer a la burguesía de que pueden confiarle las riendas del poder.

También significa un apoyo tácito a los demócratas en EUA, cuya campaña contra Trump se enfoca en acusarlo por supuestamente no estar listo para enfrentarse a Rusia militarmente. Con este fin, Jones insiste en que el peligro para Reino Unido, al igual que en la Guerra de Irak en 2003, es cuando "nos convertimos en el caniche de las Administraciones republicanas extremas" y pagamos un "precio de sangre" por hacerlo.

¿Qué hay entonces de la "relación especial" bajo el presidente Barack Obama, el primer presidente que estuvo en guerras durante ocho años en el cargo con la colusión británica y que también deportó a 2,7 millones de inmigrantes, más que cualquier otro presidente?

¿Y qué hubiera pasado si Clinton, a quien Jones apoyaba, hubiera ganado contra Trump en el 2016? Clinton no solo abogó por cada guerra librada por Estados Unidos desde Irak, sino que la candidata favorita de Wall Street también insistió en el 2014 que los niños de América Central que ingresen ilegalmente a Estados Unidos "deben ser devueltos tan pronto como se pueda determinar quiénes son los adultos responsables en sus familias”. Además, en el 2015, manifestó: "voté en numerosas ocasiones cuando era senadora para dedicar dinero a construir una barrera para tratar de evitar que ingresen inmigrantes ilegales".

La profundidad del cinismo político involucrado en las protestas anti-Trump se resume en el muro de silencio erigido alrededor de los crímenes perpetrados por la UE al imponer una austeridad salvaje contra sus propios ciudadanos, su brutalidad contra los refugiados y su propio belicismo.

A pesar de que supuestamente se oponen al auge del "trumpismo" —refiriéndose a los movimientos y Gobiernos ultraderechistas y conservadores en Europa—, los líderes de Together Against Trump no dicen nada en oposición a la UE o sus Estados miembros: una cuarta parte cuyos ciudadanos están en la pobreza o en riesgo de pobreza, cuyas políticas de "Fortaleza Europa" han llevado a la muerte de 35.000 emigrantes y cuyos Gobiernos se están rearmando frenéticamente.

Nuestros camaradas en el Partido Socialista por la Igualdad en los Estados Unidos han insistido en que la llegada al poder de Trump no es ninguna aberración, sino que fue algo preparado políticamente por las Administraciones anteriores, sobre todo por la el Gobierno de Obama.

Bajo la consigna ultranacionalista de "EUA ante todo", la reafirmación de los intereses del imperialismo estadounidense es solo la expresión más desarrollada del crecimiento de los antagonismos entre todas las principales potencias imperialistas que están conduciendo al mundo cada vez más rápidamente hacia una guerra comercial y el conflicto militar.

Por esta razón, ninguna sección de la clase dominante estadounidense, británica y europea representa una alternativa genuina a Trump.

Hay tres formas básicas de oposición a su Administración, que representan los intereses de diferentes clases sociales:

  • La oposición burguesa liderada por los demócratas en EUA y los diversos rivales del imperialismo estadounidense en Europa.
  • La oposición de capas acomodadas de la clase media-alta, que en Reino Unido gravitan generalmente a apoyar a la UE como un contrapeso ante Estados Unidos y un garante del orden económico del que dependen sus considerables privilegios.
  • La oposición de la clase obrera en EUA, Reino Unido y todo el mundo: los cientos de millones que sufren la destrucción de sus medios de subsistencia a manos de las grandes corporaciones, los Gobiernos que sirven a los intereses corporativos y la oligarquía financiera de la misma manera que Trump, y debido a las guerras brutales que han dejado cicatrices tan crueles en la faz del planeta.

Oponerse a Trump es oponerse al sistema capitalista que defiende. Significa movilizar una lucha unificada de los trabajadores y los jóvenes contra el imperialismo estadounidense, británico y europeo, independientemente de todos los representantes políticos de las grandes empresas en un programa y una perspectiva socialista y revolucionaria. Significa construir el Partido Socialista por la Igualdad, la sección británica del Comité Internacional de la Cuarta Internacional, como nueva dirección de la clase obrera.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 13 de julio de 2018)

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