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Perspectiva

Aumenta el apoyo hacia el socialismo en Estados Unidos

Una encuesta publicada ayer encontró que, por primera vez desde que se registra esta cifra, menos de la mitad de los jóvenes entre 18 y 29 años tiene una percepción positiva del capitalismo, mientras que la mayoría tiene una visión positiva del socialismo. La encuesta halló que, también por primera vez, muchos más votantes que se inclinan hacia el Partido Demócrata ven favorablemente al socialismo que al capitalismo.

El porcentaje de jóvenes con una opinión favorable del capitalismo continúa cayendo dramáticamente, de 68 por ciento en 2010 a 57 por ciento en 2016, y luego a 45 por ciento en 2018 (una impresionante caída de 23 por ciento en solo 8 años). El porcentaje de jóvenes con una postura positiva hacia el socialismo ha permanecido relativamente estable durante este periodo, permaneciendo en 51 por ciento en el 2018 —generando una brecha de 6 por ciento a favor del socialismo.

Una tendencia similar ocurre entre demócratas e “independientes que se inclinan por el Partido Demócrata” de todas las edades, con una percepción positiva del capitalismo ha caído del 53 por ciento en 2010 a 47 por ciento en 2018, mientras que aquellos con una opinión favorable del socialismo aumentó de 53 a 57 por ciento —una brecha de 10 por ciento a favor del socialismo—.

Según Gallup, la mayoría de los estadounidenses todavía tiene una perspectiva positiva del capitalismo, pero este 56 por ciento se encuentra cuatro puntos por debajo de su mínimo registrado. Gallup incluye una lista de términos económicos, preguntando si tienen una imagen favorable o no de cada uno. De estos términos, solo “socialismo” mejoró su posición, mientras que “emprendedores”, “libertad empresarial”, “pequeños negocios”, “gobierno federal” y “grandes empresas” todos cayeron.

El periodo que cubren las cifras de Gallup (2010-2018) es importante. Corresponde al periodo después de la crisis financiera del 2008 y al gobierno demócrata de Barack Obama, quien llegó al poder prometiendo “esperanza” y “cambio”, y terminó presidiendo sobre la mayor transferencia de riqueza de la clase obrera a los ricos en la historia del país. Obama dejó el poder proclamando que la economía “nunca ha estado mejor”, pero los trabajadores y jóvenes claramente discrepaban.

El crecimiento de apoyo al socialismo y la caída de apoyo al capitalismo confirman la evaluación hecha por la resolución adoptada en el Congreso del Partido Socialista por la Igualdad el mes pasado. “Hay una sensación creciente en sectores sustanciales de la clase trabajadora y de la juventud”, indica el documento, “de que el capitalismo es inherentemente injusto y que se necesitan cambios fundamentales en el sistema económico. Aunque este sentimiento generalizado todavía no ha llegado a ser un movimiento político de masas dirigido hacia poner fin al sistema capitalista, el interés por el socialismo y el apoyo a este están creciendo rápidamente”.

El creciente interés en el socialismo aterra a la clase gobernante. Coincide, además, con las expresiones iniciales de un resurgimiento de la lucha de clases, incluyendo huelgas docentes que se extendieron por el país más temprano este año, la oposición masiva entre trabajadores de UPS al contrato entreguista que apoya el sindicato Teamsters y el creciente enojo entre trabajadores automotores, de Amazon y otros sectores.

En respuesta, la clase gobernante, tanto en EUA como internacionalmente, está tomando pasos para imponer formas de gobierno autoritarias cada vez más directamente, sea a través de la promoción de movimientos nacionalistas ultraderechistas, incluyendo fuerzas cultivadas por el gobierno de Trump) o en la derogación de derechos democráticos básicos por los partidos tradicionales. En Estados Unidos, es el Partido Demócrata el que ha encabezado la campaña, detrás del disfraz de combatir “noticias falsas” e “injerencia rusa”, para exigir una mayor censura del Internet, la cual se dirige de forma cada vez más explícita en contra de publicaciones izquierdistas, socialistas y contra la guerra.

La clase gobernante tiene otro medio para combatir y descarrilar la oposición de masas al capitalismo: la promoción de distintos movimientos políticos e individuos pseudosocialistas que utilizan el término “socialismo”, para confundir y desorientar. En Estados Unidos, este papel fue desempeñado en las elecciones del 2016 por Bernie Sanders, quien hablaba de una “revolución política” contra la “clase multimillonaria” para encauzar el apoyo significativo (y, para el mismo Sanders, inesperado y no deseado) que recibió tras Hillary Clinton, la candidata de Wall Street y el aparato militar y de inteligencia.

Este mismo papel está siendo desempeñado actualmente por los Socialistas Democráticos de América (DSA, por sus siglas en inglés). Desde sus orígenes, DSA no ha sido más que una facción del Partido Demócrata. Michael Harrington, quien fundó DSA en 1982, definió su política como “la más izquierdista posible”, para lo que quería decir la más “izquierdista” aceptable para la política capitalista y burguesa. DSA no representaba ni representa un quiebre con los demócratas, sino que ha operado como una organización auxiliar al Partido Demócrata.

Durante el último año, el número de miembros de DSA ha crecido rápidamente, de 7.000 en 2016 a 47.000 actualmente. La organización probablemente tendrá dos miembros en el siguiente Congreso: Alexandria Ocasio-Cortez, quien derrotó al congresista Joseph Crowley en las primarias demócratas de Nueva York en junio, y Rashida Tlaib, quien ganó las primarias demócratas en el 13º distrito congresional de Detroit, (el hogar del antiguo miembro de DSA/Partido Demócrata, John Conyers, quien renunció el año pasado).

El crecimiento de DSA refleja dos procesos contradictorios. Por un lado, el movimiento hacia la izquierda de una capa de jóvenes que busca una oposición socialista y, por el otro, la promoción activa de la organización por parte de una facción del Partido Demócrata y la prensa corporativa. La revista afiliada con DSA, Jacobin, ha estado exenta de los algoritmos de censura de Google contra la izquierda, mientras que el New York Times ha puesto sus páginas a disposición del editor de dicha revista, Bhaskar Sunkara.

DSA forma parte de un grupo más amplio de organizaciones, incluyendo a la Organización Socialista Internacional (ISO, por sus siglas en inglés) y Alternativa Socialista, las cuales representan a secciones privilegiadas de la clase media alta, no a la clase trabajadora. Sus propuestas de reformas sociales limitadas están conectadas con su apoyo al Partido Demócrata y a la defensa del dominio organizacional de los corporativistas sindicatos sobre la clase trabajadora.

La encuesta de Gallup es solo la evidencia más reciente de que existe una base masiva de apoyo en la clase obrera y la juventud hacia el socialismo. A medida que entran en conflicto con las políticas de la élite corporativa y financiera, esta base crecerá. Sin embargo, existe un entendimiento limitado de lo que significa verdaderamente el socialismo y cómo puede ser alcanzado. Por ende, este apoyo está expuesto a ser desviado y suprimido, ante el avance de los planes de guerra y dictadura de las élites capitalistas gobernantes.

El socialismo auténtico debe ser avanzado de manera clara y con gran determinación. El Partido Socialista por la Igualdad insiste en que el socialismo auténtico se basa en el principio de la igualdad social, que las vastas sumas de riqueza monopolizadas por los ricos por medio de la explotación y el empobrecimiento de la clase trabajadora deben ser expropiadas y dirigidas hacia la satisfacción de las necesidades sociales.

El socialismo auténtico es internacional, basado en el principio de que los trabajadores en cada país comparten los mismos intereses sociales y los mismos enemigos de clase. Un movimiento socialista debe asumir la defensa de los trabajadores inmigrantes con base en la lucha por las fronteras abiertas —que todos los trabajadores deben poder vivir y trabajar en el lugar de su preferencia.

El socialismo auténtico es inseparable de la lucha contra las guerras imperialistas, el producto de las contradicciones inherentes del sistema del estado-nación capitalista, el cual amenaza con sumir al globo en una catástrofe nuclear.

El socialismo auténtico se basa en los intereses de la clase trabajadora, la vasta mayoría de la población mundial. Se opone a toda forma de nacionalismo y de política de identidades raciales o de género, las cuales buscan dividir y enfrentar a unos trabajadores contra otros, y subordinarlos al sistema capitalista.

El socialismo auténtico es revolucionario. No propone reformas diluidas, las cuales no serán toleradas por la clase gobernante, sino una revolución —el derrocamiento de las relaciones de propiedad capitalistas por medio del establecimiento del control democrático sobre los bancos gigantescos y las corporaciones. Lucha por la movilización política de la clase obrera, en oposición al Partido Demócrata y el Republicano, para la toma de poder y el establecimiento de un gobierno de los trabajadores que reorganice la vida económica, en EUA e internacionalmente, con base en las necesidades sociales y no en el lucro privado.

Desde su fundación hace 80 años por León Trotsky, el colíder junto a Lenin de la Revolución Rusa, la Cuarta Internacional ha luchado por el internacionalismo socialista revolucionario contra el estalinismo, la socialdemocracia y todas las perversiones del marxismo. El trotskismo es el socialismo de hoy, encarnado en el Comité Internacional de la Cuarta Internacional, compuesto por Partidos Socialistas por la Igualdad en todo el mundo.

El Partido Socialista por la Igualdad está encabezando la lucha para armar el movimiento objetivo en desarrollo de trabajadores y jóvenes con una perspectiva y un programa revolucionarios e intransigentes. En las elecciones del 2018, ha presentado a Niles Niemuth como candidato en el 12º distrito congresional en Michigan para llevar un programa socialista a los trabajadores en la región y más allá.

La lucha por el socialismo auténtico significa unirse y construir el PSI, sus partidos hermanos en el Comité Internacional de la Cuarta Internacional y su movimiento juvenil, los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social.

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(Artículo publicado originalmente en inglés el 14 de agosto de 2018)

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