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El primer ministro griego Tsipras afirma que se han terminado los recortes sociales mientras Syriza prepara más austeridad

El primer ministro Alexis Tsipras habló ayer para aclamar la salida de Grecia del plan de rescate de la Unión Europea, impuesto tras el desplome de Wall Street de 2008, como un nuevo albor creado por el gobierno de su Syriza (la “Coalición de la Izquierda Radical”). El discurso fue una sarta de mentiras de cabo a rabo. Sobre todo, Tsipras intentó minimizar el papel clave que jugó Syriza en la continuación de la austeridad de la UE tras su elección en 2015, y su compromiso ahora de imponer la austeridad de la UE durante las décadas venideras.

De manera pomposa, Tsipras escogió Ítaca —cuna de Ulises, el protagonista de la Odisea de Homero—para afirmar que la devastadora odisea griega de diez años estaba llegando a su fin. “Grecia está viviendo su odisea moderna desde 2010“, dijo. “En el lapso de cinco años, sucedieron cosas sin precedentes para un país en tiempos de paz. Perdimos el 25 por ciento de nuestra riqueza nacional. Tres de cada 10 personas estaban desempleadas. Seis de cada 10 jóvenes, igual. Se implementaron medidas de austeridad de 65 mil millones de euros. La violencia y la represión pasaron a formar parte de la vida cotidiana”.

Afirmó, sin embargo, que un “nuevo día” había despuntado: “El pueblo, hace tres años y medio, tomaron una decisión histórica: coger el timón del país de manos que quienes lo condujeron a las rocas y dárselo a nuevos capitanes. Asumimos esta pesada responsabilidad. … La gente que luchó para llegar al destino ya no estaban a un lado. Ya no estaba encerrada en la bodega, sin voz ni esperanza. Estaba tras el timón, con nosotros. Y en tiempos difíciles, lo cogieron con firmeza”.

Hay solo un parecido entre la comparación idiota que hizo Tsipras entre él mismo y el héroe mítico de Homero. Ulises diseñó el caballo de Troya para permitir que el ejército griego entrara a Troya mediante el engaño y así saquear la ciudad, mientras que Tsipras accedió a la mansión del primer ministro mediante mentiras y traición y usó su cargo para saquear a Grecia en interés de los bancos.

Después de que los votantes eligieran a Tsipras en enero de 2015 en base a su promesa de cancelar el memorándum de austeridad de la UE, rápidamente los descartó. Firmó una promesa de mantener el memorándum solo semanas después de asumir el cargo, y luego pisoteó el voto masivo por el “no” en un referéndum sobre la austeridad que él mismo convocó en julio de 2015. Syriza esperaba obtener un voto por el “sí” y una excusa para renunciar y entregar el poder a un gobierno de derecha que cedería ante el chantaje de la UE para imponer más austeridad o ser expulsado de la zona euro.

En cambio, a Tsipras le costó burlarse del aplastante 61% de los votos por el “no” e imponer decenas de miles de millones de euros en nuevos recortes sociales a cambio de preservar el acceso de los bancos griegos y las clases propietarias a la UE y el fuerte euro.

La hostilidad de Syriza hacia los trabajadores es cada vez más desnuda y descarada. La “factura múltiple” de la UE aprobada en el parlamento en enero no solo incluyó miles de millones en recortes de pensiones y privatizaciones de activos estatales por liquidación. También limitaba el derecho de huelga, un derecho inscrito en la constitución griega de 1975 como una guardia contra el tipo de dictadura sin trabas de las grandes empresas que Grecia conoció bajo la ocupación nazi, así como bajo la junta de coroneles respaldada por la CIA entre 1967-1974.

Syriza también envía armas a Arabia Saudita para su sangrienta guerra respaldada por Estados Unidos contra Yemen y gestiona brutales campos de detención de la UE para refugiados que huyen de Siria e Irak a través del Mar Egeo a Grecia.

Incluso mientras hablaba Tsipras, aumentaba la ira del público por el fracaso de las autoridades en la preparación de cualquier plan para la devastadora temporada de incendios en Grecia. Después de que los planes de austeridad de la UE impusieran recortes presupuestarios de más del 30 por ciento a los bomberos griegos, al menos 92 personas murieron el 23 de julio en incendios forestales en Mati. El ministro de defensa de Tsipras, Panos Kammenos, del partido de extrema derecha Griegos Independientes, fue abucheado cuando llegó a Mati y culpó por las muertes a construcciones sin licencia de los habitantes de Mati.

Ahora, sin embargo, Tsipras afirmó que el final del rescate de la deuda de la UE, que verá a Grecia reanudar los préstamos directamente de los mercados de deuda privada, significó el comienzo de una nueva edad de oro. Él dijo: “Los memorandos de austeridad, recesión y despoblación social finalmente han llegado a su fin. Nuestro país está recuperando su derecho a definir su propia fortuna y su futuro, como un país europeo normal, sin ninguna compulsión externa”.

Esto son aún más mentiras. Los trabajadores y jóvenes en Grecia solo escaparán de la esclavitud de la deuda movilizándose en la lucha contra Syriza y apelando a los trabajadores de toda Europa, que cada vez más están tomando medidas de huelga contra la austeridad, para apoyar a sus hermanos y hermanas de la clase griegos.

El historial del gobierno de Syriza es una exposición devastadora no solo de Tsipras, sino de toda una capa de partidos seudoizquierdistas de la clase media próspera, como la Organización Internacional Socialista en los Estados Unidos, el Partido Socialista de los Trabajadores en Gran Bretaña, el partido La Izquierda en Alemania y el Nuevo Partido Anticapitalista en Francia, que elogió la elección de Syriza y la promovió como modelo. Syriza ahora se compromete a que Grecia continúe pagando cientos de miles de millones de euros a los bancos.

A pesar del ligero repunte del crecimiento económico, las condiciones sociales en Grecia son desastrosas. Un estudio de la Confederación Helénica de Profesionales, Artesanos y Comerciantes (GSEVEE) descubrió recientemente:

• más del 70 por ciento de los jóvenes griegos quieren buscar un trabajo en el extranjero;

• el 51 por ciento de los hogares depende de las pensiones;

• con un desempleo del 20 por ciento, el 75 por ciento de los desempleados se encuentran en desempleo de larga duración;

• el 34,2 por ciento de los hogares griegos viven con menos de €10.000 por año;

• el 62,4 por ciento de los hogares griegos reportaron una caída en los ingresos en 2017.

Los €288 mil millones desembolsados durante casi una década de rescates de la UE no fueron para ayudar a Grecia o invertir en su economía. En cambio, se destinó a pagar los bancos y aumentar la deuda de Grecia. El 17 de agosto, la Oficina General de Contabilidad de Grecia reveló que la deuda nacional del país aumentó de nuevo en 1.600 millones de euros en el segundo trimestre de 2018, alcanzando los 345.300 millones de euros. Esto es un insostenible 181 por ciento del producto interno bruto (PIB). Sin embargo, la UE y los bancos se oponen firmemente al alivio de la deuda.

Syriza y la UE en su lugar improvisaron un plan de salida de rescate que compromete a Grecia a generaciones de austeridad. Exigen que Grecia dedique al menos el 3,5% de la producción económica al servicio de la deuda hasta 2022, y el 2,2% hasta 2060, desviando miles de millones de euros de la reconstrucción de la economía destrozada de Grecia a los bolsillos de la aristocracia financiera europea.

Al describir el plan en el Washington Post, el economista estadounidense Matt O'Brien escribió: “Así es: cuatro décadas más de austeridad”. No es de extrañar, entonces, que la economía griega pueda no volver a estar donde estaba en 2008 hasta 2030. Llamando a Grecia “uno de los mayores fracasos económicos que jamás verás salvo una guerra o revolución”, agregó O'Brien, “Esto es lo que Europa llama un éxito: una economía que se ha encogido tanto que parece devastada por la guerra”.

Sin embargo, la UE y sectores poderosos de la burguesía griega apoyan agresivamente este plan. Ayer, el gobernador del Banco de Grecia, Yannis Stournaras, dijo a Xinhua: “Los inversores nos están mirando, ya que están comprobando si cumplimos nuestros compromisos en su totalidad y si implementamos todas las medidas acordadas con nuestros acreedores”. Añadió que la población griega tendría que “Mantenerse al día con el esfuerzo fiscal por muchos años más”.

(Publicado originalmente en inglés el 22 de agosto de 2018)

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