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¡Únanse a los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social y asuman la lucha por el socialismo!

Para unirse a los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social (Youth and Students for Social Equality, IYSSE, en inglés) visite iysse.com.

Las escuelas y universidades en Estados Unidos están iniciando clases en medio de una crisis política sin precedentes del aparato estatal, un incremento en el peligro de una guerra mundial, una escalada de ataques contra la clase obrera y los inmigrantes, y una radicalización política amplia de los trabajadores y la juventud.

Muchos jóvenes están buscando cómo oponerse al capitalismo y a la desigualdad. Una encuesta reciente de Gallup halló que, por primera vez desde que se comenzó a registrar esta cifra, menos de la mitad de los jóvenes entre 18 y 29 años tienen una opinión positiva del capitalismo. El porcentaje de jóvenes con una percepción positiva del capitalismo ha caído precipitadamente, un 23 por ciento en tan solo 8 años.

El origen de este cambio en consciencia no es difícil de encontrar. Durante el 2018, en el país capitalista más “avanzado” del planeta, los trabajadores, jóvenes y estudiantes están teniendo dificultades para sobrevivir. La generación más joven se enfrenta a un mercado laboral precario, viéndose obligada a tener dos o tres trabajos para llegar a fin de mes. En total, tienen una deuda estudiantil récord de $1,48 billones. Una cantidad cada vez mayor de estudiantes decide no buscar una educación terciaria y, en cambio, se integra rápidamente en la fuerza laboral o es reclutado para ser carne de cañón para el imperialismo estadounidense en alguna parte del globo.

Un joven de 18 años en la actualidad tenía 8 cuando el colapso financiero global desencadenó una ola de aflicción social por todo el mundo. Al mismo tiempo, las principales potencias capitalistas, con el Gobierno estadounidense de Obama a la cabeza, desembolsaron billones de dólares hacia Wall Street para rescatar los bancos. Como resultado, la desigualdad social alcanzó niveles sin precedentes.

Las consecuencias incluyen el aumento del interés en el socialismo y la expansión de la lucha de clases. Este año ha sido testigo de importantes convulsiones sociales de los trabajadores a nivel internacional. Miles de docentes hicieron huelga por sus seguros médicos y bajos salarios en EUA durante la primavera. Estas demandas siguen incumplidas al reiniciar las clases. Los estudiantes y jóvenes organizaron ellos mismos una de las marchas más grandes en Washington en la historia contra la violencia masiva en las escuelas, pero estando motivados por una hostilidad más profunda a la guerra y la crisis social en EUA.

A pesar de que ha habido un aumento en el interés por el socialismo, todavía hay un entendimiento limitado acerca de qué es y cómo alcanzarlo. Esta es una cuestión decisiva.

Los jóvenes que buscan una salida deben entender primero que nada es posible dentro del sistema político existente y el bipartidismo de la burguesía, los demócratas y republicanos.

Existe una oposición enorme, particularmente entre los jóvenes, al Gobierno de Trump. Desde que llegó al poder, ha presidido una reducción de impuestos de un billón de dólares para los ricos, una feroz ofensiva contra los inmigrantes, un presupuesto militar de $717 mil millones y mayores ataques contra la educación pública. Trump encarna todo lo reaccionario y criminal de la oligarquía financiera estadounidense.

Sin embargo, el Partido Demócrata no es menos servil hacia Wall Street y el aparato militar y de inteligencia. Los demócratas no han centrado su oposición a Trump en sus políticas de tinte fascista, sino en las acusaciones de que es demasiado “blando” con Rusia. El propósito de la campaña antirrusa de los demócratas, la cual cuenta con el respaldo de la mayoría de la prensa, ha sido, por un lado, presionar a favor de una política exterior más agresiva contra Rusia y, por el otro lado, justificar un ataque contra los derechos democráticos. Bajo el pretexto de combatir las “noticias falsas” y la “injerencia rusa”, los demócratas han sido la punta de lanza en demandar que las empresas que administran las redes sociales censuren puntos de vista izquierdistas, socialistas y antiguerra.

Como parte de sus esfuerzos para bloquear el desarrollo de un movimiento socialista auténtico de los trabajadores y la juventud, los demócratas y la prensa están promoviendo a organizaciones pseudosocialistas como los Socialistas Democráticos de Estados Unidos, como alternativas “socialistas” seguras y aprobadas por el Estado. El papel de DSA y sus principales figuras, como la candidata de Nueva York al Congreso, Alexandria Ocasio-Cortez, es colocar un maquillaje “izquierdista” en un partido capitalista y de derecha.

El verdadero carácter de DSA fue revelado este último fin de semana, cuando Ocasio-Cortez publicó una alabanza servil del senador fallecido John McCain, un republicano derechista y uno de los principales promotores de la invasión ilegal del 2003 de Irak. El legado de McCain, declaró Ocasio Cortez, fue “un ejemplo sin precedentes de decencia humana y servicio a EUA”.

Los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social, el movimiento estudiantil y juvenil del Partido Socialista por la Igualdad y el Comité Internacional por la Cuarta Internacional, está luchando por un programa completamente diferente. El CICI es la dirección del movimiento socialista revolucionario, iniciado por Karl Marx y Friedrich Engels, luchado por los líderes de la Revolución Rusa de 1917, Vladimir Lenin y León Trotsky, y defendido por medio de forma rigurosa por Trotsky y la Cuarta Internacional contra la degeneración burocrática de la Unión Soviética bajo Stalin.

JEIIS lucha por orientar a los estudiantes y jóvenes hacia la clase obrera, la única clase revolucionaria en la sociedad capaz de llevar a cabo la transformación socialista del mundo.

Luchamos por el internacionalismo, por la unificación de los trabajadores de todos los países, por abolir las fronteras y armonizar el mapa político del mundo con el carácter internacional del proceso productivo. Nos oponemos a todas las tendencias que tienen como punto de partida el sistema de Estado nación. La clase trabajadora es una clase internacional. Los problemas que enfrentan los trabajadores en todo el mundo surgen del sistema capitalista internacional y deben ser combatidos por medio de un programa socialista internacional.

Luchamos por el control obrero de los medios de producción. Los principales bancos y corporaciones deben estar bajo un control social internacional y deben ser administrados democráticamente por los mismos trabajadores para satisfacer las necesidades de la sociedad y no el lucro privado.

La vasta riqueza de la oligarquía financiera debe ser expropiada. Una diminuta capa de la población ha acumulado fortunas inimaginables por medio de la explotación del grueso de la población.

Luchamos contra la guerra y la militarización de la sociedad. La máquina militar de EUA debe ser desmantelada. El imperialismo estadounidense, el cual busca reconquistar el mundo, amenaza con desatar la tercera guerra mundial, esta vez librada con armas nucleares. Las enormes sumas de dinero dedicadas al militarismo por parte de las potencias capitalistas deben ser invertidos para enfrentar necesidades sociales urgentes, como en educación, salud y asistencia social.

Luchamos por defender y expandir los derechos democráticos. El aparato de espionaje masivo en EUA también debe ser desmantelado y la censura del Internet debe detenerse. Las cacerías de brujas contra Edward Snowden, Julian Assange y otros denunciantes y periodistas debe terminar, al igual que la interminable oleada de asesinatos policiales y la militarización de las fuerzas policiales en EUA.

Luchamos por la verdad histórica y contra la falsificación de la historia. El desarrollo de un movimiento socialista hoy día requiere que los trabajadores y los jóvenes entiendan las experiencias esenciales y lecciones del siglo veinte, sobre todo la verdadera historia del movimiento socialista, incluyendo la Revolución Rusa y la oposición trotskista al estalinismo y la socialdemocracia.

Para alcanzar el socialismo, la clase obrera debe estar organizada como una fuerza política independiente, en oposición a todos los partidos de la burguesía, en un movimiento revolucionario para tomar el poder y reorganizar la sociedad con base en la igualdad social. Sin este movimiento, los trabajadores y jóvenes de todo el mundo se enfrentan a un futuro de dictaduras fascistas, empobrecimiento y guerras mundiales.

El futuro es el socialismo pero hay que luchar por él. No hay tiempo que perder.

Para unirte a los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social, visita iysse.com.

(Artículo publicado originalmente el 31 de agosto de 2018)

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