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Perspectiva

Ante el aumento de la oposición social, Silicon Valley y Washington expanden la censura en línea

Mientras los ejecutivos de Facebook y Twitter se preparan para dar testimonios ante el Congreso, los monopolios de las redes sociales están apurándose para demostrar cuán lejos han ido en implementar las medidas de censura exigidas por las agencias de inteligencia y secciones dominantes de la élite política.

Inevitablemente, estas acciones han sido cubiertas con un velo de frases como combatir la “interferencia extranjera” o la “injerencia” en la “democracia estadounidense” por medio de la divulgación de “noticias falsas”. Sin embargo, el verdadero blanco en la mira es el aumento de la oposición social entre millones de trabajadores y jóvenes.

Por todo Estados Unidos, cientos de miles de trabajadores están emprendiendo luchas contra los bajos salarios, los ataques contra programas sociales y el decaimiento de la infraestructura social. A comienzos del año escolar, los docentes en el estado de Washington han iniciado huelgas, mientras que los sindicatos buscan desesperadamente cómo contener el enojo de los educadores. Existe una oposición abrumadora entre los 230.000 trabajadores en EUA de UPS a un nuevo contrato entreguista que exigen tanto la empresa como el sindicato Teamsters. La clase gobernante sabe que cualquier estallido de la lucha de clases en cualquier sector de la economía podría llevar a una erupción social.

Al mismo tiempo, el apoyo popular al socialismo está aumentando. Una reciente encuesta Gallup muestra que, por primera vez, menos de la mitad de los jóvenes entre 18 y 29 años tienen una opinión positiva del capitalismo, mientras que la mayoría ve positivamente al socialismo.

Para combatir lo que “extremistas”, las principales compañías tecnológicas han acelerado agresivamente sus esfuerzos para espiar, vigilar y controlar el intercambio de información en línea.

Samidh Chakrabarti, el gerente de productos de Facebook para participación cívica le dijo a NBC News el lunes que la compañía estaba construyendo una “sala de guerra” para monitorear las declaraciones de sus usuarios durante las elecciones estadounidenses de 2018 que le permitirá a este monopolio de redes sociales “tomar acciones de manera rápida y decisiva”.

“Hemos estado construyendo esta sala de guerra, una sala de guerra física”, dijo Chakrabarti. Luego, insistiendo con esta metáfora militar, le dijo a NBC, “Cada rincón de esta empresa se está movilizando” para eliminar lo que llamó “cuentas falsas” y para detener “la propagación de desinformación y noticias falsas”.

Lo que la compañía llama “fake news” y “desinformación” ya ha sido demostrado en la práctica. Entre las páginas eliminadas por Facebook, había una página de evento para la protesta marcando el aniversario el mes pasado contra la marcha neonazi en Charlottesville, South Carolina. Todo el conjunto de páginas “falsas” eliminadas más recientemente por la empresa expresaba opiniones políticas izquierdistas, incluyendo algunas que se oponían a la política exterior y la violencia policial de EUA e Israel.

El alcance de las acciones policiales de la empresa es vasto. Chakrabarti presumió que en seis meses Facebook “detectó, bloqueó y eliminó más de mil millones de cuentas antes de que pudieran hacer nada como divulgar noticias falsas o desinformar”.

La compañía duplicó su equipo de seguridad y vigilancia, de 10.000 empleados hace un año a 20.000 en la actualidad, lo que significa que la mayoría de los empleados trabaja como “policías” para monitorear a los usuarios. Entre ellos se pueden contar miles de individuos con antecedentes en la policía y las agencias de inteligencia. “Básicamente tenemos a algunos de los mejores analistas de inteligencia de todo el mundo”, dijo Chakrabarti.

Varias otras organizaciones han empleado la analogía de “guerra” para describir el futuro del Internet. La historia en la primera plana de la actual edición de Foreign Affairs, una influyente revista de política exterior, lleva el título de “World War Web” (red informática mundial de guerra). El principal editorial indica que el “Internet abierto para todos” está siendo transformado en algo “diferente y, en muchas formas, peor de lo que tenemos ahora”. El internet, como lo afirma uno de los artículos, “se ha convertido en un campo de batalla activo”.

Al permitir que “propagandistas y extremistas… avancen contenido engañoso o estrictamente falso”, el internet les está “robando a los ciudadanos un entendimiento básico de la sociedad”, según Karen Kornbluh, investigadora líder en política digital en el centro de pensamiento Council on Foreign Relations y exembajadora estadounidense ante la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos bajo Obama. “Es difícil esquivar la conclusión de que la tecnología que prometía darles poder a los indefensos ha terminado haciendo daño a las mismas personas que supuestamente ayudaría”, escribe.

La conclusión es clara. Si el internet les está “robando a los ciudadanos un entendimiento básico de la realidad” y está “haciendo daño a las mismas personas que supuestamente ayudaría”, ¿no estarían mejor sin internet? O, al menos, que el Estado necesita tomar medidas agresivas para hacer valer su propio “entendimiento básico de la realidad”, es decir, medidas de censura.

La principal inquietud de la burguesía estadounidense no son las supuestas campañas desde San Petersburgo o Teherán, sino la creciente oposición política de la clase trabajadora y su hambre por una política socialista.

Y son precisamente las organizaciones izquierdistas, antiguerra y socialistas las que han sido el blanco central de la censura por parte de los gigantes tecnológicas.

En abril del año pasado, Google anunció medidas para promover “contenido de autoridad” por encima de “puntos de vista alternativos”, lo que resultó en una caída masiva en el tráfico desde búsquedas a sitios web izquierdistas. El tráfico proveniente de búsquedas al World Socialist Web Site cayó 75 por ciento en siguientes meses y se ha seguido reduciendo.

La prensa estadounidense se ha mantenido casi en completo silencio sobre la censura de opiniones políticas de izquierda por parte de Google. Sin embargo, la acusación del presidente estadounidense, Donald Trump, el mes pasado que que los medios noticieros conservadores estaban siendo censurados por Google provocó una serie de declaraciones de Google, varios medios impresos y televisivos, e importantes secciones de la élite política estadounidense negando que esto esté sucediendo.

Pero el senador Mark Warner, la principal figura en la campaña de los demócratas a favor de la censura en línea, respondió de manera reveladora a un reportero de Wired, refiriéndose a la forma en que Google trata a las “publicaciones extremas”.

“Hay preocupaciones auténticas sobre algunos de los algoritmos que prácticamente crean tendencias adictivas, pero estas preocupaciones normalmente se deben a cuando tienes un perfil personal de búsquedas y buscas una noticia de inclinación izquierdista, te van a mostrar otra noticia usualmente más extrema para seguir alimentando a la bestia”.

En otras palabras, cuando alguien busca “desigualdad social” y “huelga” en Google, esa persona podría encontrarse con el “socialismo” y las “publicaciones extremas” en la izquierda que lo promueven.

Lo que Warner esta describiendo es el método exacto que Google ha utilizado para atacar al World Socialist Web Site: enterrar sus páginas en los resultados de búsquedas de los principales temas que cubre.

La expansión de las luchas de la clase obrera también provee la forma para defender la libertad de expresión en el internet. A medida que los trabajadores en Estados Unidos e internacionalmente libran batallas contra la patronal y sus lacayos en los sindicatos deben asumir la lucha contra la censura en línea como una demanda política central”.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 5 de setiembre de 2018)

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