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Informe del Grupo de Trabajo sobre Siria, Propaganda y los Medios socava afirmaciones de ataque químico en Duma

El Grupo de Trabajo sobre Siria, Propaganda y los Medios (WGSPM) ha publicado un informe sobre el supuesto ataque con armas químicas en Duma este año y otros supuestos ataques con cloro en Siria desde 2014.

El informe de 8.300 palabras redactado por Paul McKeigue, Jake Mason, David Miller y Piers Robinson, es una denuncia devastadora de las afirmaciones propagandísticas hechas durante la guerra mediante representantes dirigida por los EUA y de siete años de duración por el cambio de régimen en Siria.

McKeigue es profesor de epidemiología genética y de genética estadística en la Universidad de Edinburgo. Mason es estudiante de investigación de doctorado, y su tesis de máster examina “el papel de las comunicaciones estratégicas de los Cascos Blancos en la Guerra Civil siria”. Miller es profesor de sociología en el Departamento de Ciencias Sociales y Políticas en la Universidad de Bath. El profesor Robinson es un académico de la Universidad de Sheffield.

El informe del WGSPM se produjo a pesar de una caza de brujas sostenida de los medios. Por cuestionar las narrativas oficiales promovidas por los medios y los gobiernos estadounidense y británinco en relación con el envenenamiento de los Skripal y el papel de los Cascos Blancos en Siria, el WGSPM fue calumniado en el Times de Londres como “apologista de Asad”.

El informe rechaza afirmaciones de que agentes nerviosos fueron usados en Duma en abril y concluye que la Primera Ministra británica Theresa May “engañó a la Cámara de los Comunes” al hablar de la obstrucción por parte de Siria y Rusia de una investigación sobre armas químicas. El WGSPM ha investigado el uso de fuentes secundarias no corroboradas para afirmaciones de supuestos ataques con cloro anteriores, demostrando que esas fuentes venían de grupos vinculados a uno de los bandos en conflicto.

Repetidamente se han hecho afirmaciones sobre el uso de armamento químico por parte de las fuerzas gubernamentales del presidente Bashar al-Asad para justificar y provocar intervenciones militares de los EUA y de la OTAN. Muchas de las afirmaciones han implicado a los Cascos Blancos, establecidos en 2013 como sustitutos de los gobiernos del Reino Unido y de los EUA para brindar apoyo logístico y propaganda a los “rebeldes” apoyados por Occidente.

Han aparecido vídeos de Cascos Blancos llevando armas junto al Frente Al Nusra, el afiliado sirio de Al Qaeda, y participando en atrocidades contra fuerzas del gobierno. Los Cascos Blancos han ofrecido vídeos de ellos mismos escenificando rescates en áreas bombardeadas por el gobierno y aviones rusos. También están implicados en inventar ataques para apoyar la campaña estadounidense. Filmaciones del período posterior al supuesto ataque con gas el 7 de abril en la ciudad de Duma fueron transmitidas en todo el mundo. Después de que los Cascos Blancos se filmaran a sí mismos gritando “gas” y rociando agua con mangueras a niños en un hospital, residentes y médicos salieron a decir que no había habido ataque alguno.

Este incidente inventado fue el pretexto para un lanzamiento de misiles una semana más tarde por parte de fuerzas estadounidenses, británicas y francesas.

Las alegaciones de Duma

El incidente de Duma ocupa la mitad del informe del WGSPM. Las alegaciones del ataque químico se centraron en el incidente del hospital y fotografías de edificios de apartamentos. En un edificio de cuatro pisos, imágenes revelaron 35 víctimas y un bote de gas encima de un agujero en el tejado. Había también una imagen de un apartamento con un agujero en el tejado y un bote de gas encima de una cama.

La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) ya había desmentido afirmaciones sobre el uso de un agente nervioso en Duma, ya que no se encontraron huellas de ello en muestras medioambientales ni en la sangre extraída a las supuestas víctimas. Esas afirmaciones fueron hechas por los gobiernos estadounidense y francés para justificar más ataques. El WGSPM las tildó de “mal informadas”.

El embajador drancés François DeLattre le dijo al Consejo de Seguridad de la ONU que pruebas en vídeo y en fotografía de un ataque con agente nervioso combinado con cloro no dejó “duda alguna sobre los perpetradores”. Solo el gobierno sirio y sus aliados tenían esta capacidad, afirmó. Funcionarios estadounidenses informaron a la prensa que las muestras biológicas habían dado positivo en la prueba de cloro y un agente nervioso, probablemente sarín. Su comunicado de prensa se refería solo a los síntomas, no a las muestras biológicas.

Para justificar ataques renovados a Siria, el 16 de abril May le dijo al parlamento que las autoridades sirias y fuerzas rusas habían impedido que el equipo de la OPAQ visitara Duma. No era cierto. La visita de la OPAQ se postergó tras una reevaluación de riesgo llevada a cabo por el Departamento de Protección y Seguridad de las Naciones Unidas. Según el WGSPM, May “puede que también haya engañado a la Cámara” al afirmar que el ataque con misiles dirigido por los EUA que siguió tenía como “blanco específico” tres supuestos sitios de armamento químico, en vez de infraestructura militar siria.

El informe del WGSPM destaca que si existieran preocupaciones sobre armamento químico en las instalaciones de investigación de Barzeh, se podría haber solicitado una inspección. La inspección anterior de la OPAQ, en noviembre de 2017, no encontró los químicos previstos.

El informe del WGSPM cita varias afirmaciones de propaganda infladas. El 11 de abril, el exmilitar británico Hamish de Bretton-Gordon le dijo al Financial Times, “No cabe duda de que este fue un serio atentado con armas químicas”, que él pensaba que era probable que fuera “una mezcla de” cloro y sarín.

La OPAQ no encontró restos de agente nervioso en las muestras del sitio y de las supuestas víctimas del atentado. El principal producto de la descomposición del sarín es estable y duradero, de manera que postergar el test no explicaría su ausencia. Se encontró que muestras ambientales contenían moléculas orgánicas cloradas. No se dieron resultados cuantitativos, de manera que no se puede saber si estos eran de la concentración esperada con una emisión de cloro.

Se encontró a las víctimas agrupadas juntas en el medio del edificio, en vez de cerca de la ventana. En accidentes industriales que implican cloro, lo más a menudo las víctimas han intentado salir escapando, de manera que este agrupamiento parece indicar exposición a agente nervioso y no a cloro. Con todo, dada la ausencia de huellas de agente nervioso, el WGSPM sugiere que “la única explicación que queda es que se mató a las víctimas por otros medios”.

El WGSPM dijo que era imposible concluir si un ataque químico había tenido lugar, a pesar de la presencia de compuestos orgánicos clorados. La OPAQ no había llegado a ninguna conclusión, y decía que tenía que continuar su trabajo antes de sacar conclusiones definitivas.

La presencia de cloro no distinguiría entre un ataque químico y un incidente escenificado. Sin embargo, testigos afirmaron que la escena del hospital fue un montaje y el balcón donde se encontró el bote de gas, con la válvula encima de un hoyo muy conveniente, ocupa más o menos la veinteava parte de toda la zona del tejado del edificio —lo que también hace menos probable un ataque químico que una masacre dirigida. El balcón es la única parte del tejado fácilmente accesible desde el interior del edificio. La eficacia del cloro como arma requiere que sea soltado en cantidades industriales y no en recipientes solos como los que se encontraron en Duma.

Uso supuesto anterior de cloro

La segunda parte del informe del WGSPM examina las afirmaciones de la OPAQ según las cuales se usó cloro en supuestos atentados en Siria desde 2014 hasta la fecha. Subraya el carácter dudoso de las pruebas producidas para respaldar esas afirmaciones y algunos de los que las brindan.

Desde 2013, las pautas de la OPAQ declaran que los inspectores solo pueden concluir que se usaron agentes químicos si pudieron personalmente acceder a los sitios y si procesaron muestras tomadas personalmente en laboratorios certificados. El informe del WGSPM concluye que desde 2014, tras un incidente en Talmenes la OPAQ violó estas pautas al basar sus evaluaciones en fuentes secundarias.

El WGPSM llama la atención sobre el carácter político y procedencia de terceros testigos que suministraron las muestras que impulsaron las conclusiones de la OPAQ. Estas “pretendidas organizaciones no gubernamentales con acceso a zonas mantenidas por la oposición” incluyen:

  • Un Cuerpo Especial Químico/Biológico/Radiológico/Nuclear (CBRN) establecido por de Bretton-Gordon, a quien Piers Robinson describió para el World Socialist Web Site como “nunca demasiado lejos de la línea gubernamental”.
  • El Centro de Documentación de Siria Misma Justicia/Violaciones Químicas (CVDCS), que apareció por primera vez en 2015 con un despacho en Bruselas, con la capacidad aparente de tomar muestras y desplazar testigos desde Idlib a otros países entrevistadores, y cuyas operaciones el WGSPM tacha de “no transparentes”.
  • Los Cascos Blancos, quienes “estarían implicados si estos incidentes fueran escenificados”, ya que imágenes de los supuestos ataques después de 2015 a menudo los muestran en el lugar o filmando a las víctimas.

La evidencia de algunos de los incidentes de perfil más alto es dudosa. El 16 de marzo de 2015, mataron a una familia de seis personas en Sarmin con un barril bomba de cloro. El WGSPM declara “la supuesta munición no es plausible, el supuesto modo de ejecución es improbable, y las imágenes de los niños víctimas en el hospital son coherentes con sobredosis de drogas más que con exposición al cloro como la causa de la muerte”.

El Mecanismo Investigativo Conjunto ONU/OPAQ, refiriéndose a “otras fuentes” no especificadas, decidió que un helicóptero de la fuerza aérea siria había dejado caer un arma química.

La composición de los miembros y la transparencia de la Misión Buscar Hechos (FFM) de la OPAQ han cambiado a lo largo del tiempo. Al principio tenía la intención de tener una composición equilibrada de miembros, y sometidos a la aprobación del gobierno sirio, pero después el FFM se subdividió. Un equipo tiene contacto con el gobierno sirio, pero el “Equipo Alfa” trabaja “de manera completamente no transparente” con la oposición y la composición de sus miembros es “clasificada”: “nadie sabe adónde va ni cómo opera”.

Los grupos tienen que emplear los mismos métodos, pero el Equipo Alfa está “trabajando a las claras principalmente a distancia, basándose en el Internet y los inventos brindados por las ONGs de la oposición siria”. El WGSPM duda de que este equipo opere siquiera sobre el terreno.

El FFM también usa material de fuente abierta como prueba, sin explicar cómo se lo consigue o analiza. El material es recogido por la Célula de Información de la OPAQ bajo el teniente coronel Leo Buzzerio, anteriormente de la Agencia de Inteligencia de Defensa de los EUA.

El FFM concluyó “con un alto grado de certeza” que se usó cloro en el incidente del 21 de abril en Talmenes, sin especificar cómo se identificó a los testigos, cómo se facilitó su viaje hacia afuera de Siria, ni la fuente de las imágenes y los documentos. El FFM dijo que había recibido información del CBRN de Bretton-Gordon.

Al comparar tres Informes Interinos del FFM sobre el supuesto atentado con barril bomba de cloro en Talmenes, el WGSPM reconstruyó el papel del CBRN al brindar pruebas. El WGSPM señala hacia incoherencias en materiales de vídeo, incluyendo filmaciones que llevan la fecha del día anterior al del supuesto incidente. Esto se aceptó, aunque había “claras pruebas de una escenificación” en la otra supuesta ubicación.

De Bretton-Gordon le habló a la prensa y al parlamento sobre su papel encubierto en la toma de muestras concernientes a los ataques químicos. Él data esto a cuando la prensa estaba discutiendo una “operación encubierta” con el “MI6, el Servicio de Inteligencia Secreto” a su cabeza. Como declara el WGSPM, la OPAQ se apoyó en pruebas “reunidas mediante una red establecida por un agente de un servicio de inteligencia de un Estado comprometido con uno de los bandos del conflicto sirio”.

(Publicado originalmente en inglés el 6 de septiembre de 2018)