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La oposición de los trabajadores de UPS crece ante la desconsideración de Teamsters de la votación del contrato

La ira está creciendo entre las decenas de miles de trabajadores de United Parcel Service (UPS) en los Estados Unidos ante la decisión del sindicato Teamsters de imponer su contrato completo desconsiderando la votación negativa de los trabajadores del viernes pasado.

Una clara mayoría de los trabajadores, más del 54 por ciento, votó por el “no” al contrato. Teamsters está utilizando una cláusula oscura y, evidentemente, antidemocrática en sus estatutos que le permite imponer el contrato si menos de la mitad de los trabajadores participan en la votación, a menos que una mayoría de dos tercios vote por el “no”. Teamsters afirma que participó el 44 por ciento de los trabajadores.

Entre los trabajadores hay un apoyo generalizado para una lucha. En el sindicato Teamsters, la gerencia de UPS y toda la clase gobernante, existe un inmenso nerviosismo ante la posibilidad de una rebelión de los trabajadores, en condiciones de un creciente estado de ánimo de lucha entre los trabajadores en los Estados Unidos y en el resto del mundo. Los medios corporativos han guardado silencio en gran medida sobre el repudio de la votación de Teamsters: el New York Times, el Washington Post y otras publicaciones importantes ni siquiera lo mencionan.

Camiones de reparto en las instalaciones de UPS en Madison Heights

Hay una profunda desconfianza y escepticismo entre los trabajadores sobre las cifras oficialmente reportadas tanto respecto a la votación como respecto a la participación en esta. Este fue el primer contrato de UPS durante el cual Teamsters utilizó un sistema de votación electrónica que requería que los trabajadores votaran en su computadora o teléfono utilizando un código que se les envió por correo. Muchos trabajadores han reportado que nunca han recibido su código de papeleta.

Tim, un repartidor matinal en Michigan, nos dijo ayer: “No confío en lo electrónico ni en que lo envíen por correo. ¿Por qué no podemos simplemente celebrar una reunión en cada centro y votar públicamente? Eso sería más honesto, y entonces todos podríamos ver el voto también. Ellos [los de Teamsters] no quieren eso”. Tim dijo: “Les estoy pagando mis cuotas sindicales a estas personas, para que no tengan en cuenta mi voto. Me pregunto cuánto están cobrando por esto”.

“Creo que todos debemos ir a la huelga”, agregó. “Estoy por la labor totalmente. Todos votamos ‘no’ al contrato. Si alguien no quiere votar, debería ser un voto nulo. Si no voté por un presidente de los Estados Unidos, ¿mi voto va al titular? No. Votamos por una huelga y dijimos un 93 por ciento votó que sí”.

En Pensilvania, Brad, un conductor de tractor caravana a tiempo completo, dijo que de un grupo de otros 15 conductores con los que trabaja, solo uno recibió una papeleta. “Inicialmente no obtuve una boleta”, dijo. “El lunes después de que debíamos recibirlos, tuve que contactar a la administradora de mi sindicato local. Dijo que puso mi nombre en la computadora para conseguir una. Luego, cuando no la recibí, tuve que hablar con mi agente de negocios local de Teamsters. Después de hablar con él, obtuve una, pero las otras no. Después de eso, no pudimos contactar al agente comercial por teléfono”.

Brad dijo que el jueves antes de la votación sus compañeros de trabajo publicaron un comentario en Facebook al sindicato de que todavía no tenían su papeleta electoral y que se les dijo que esperaran. “Entonces los centros de votación cerraron. Creo que estaban jugando un juego. Y las personas que juegan el juego son pagadas por nosotros. Todos sabemos que las cuotas sindicales están aumentando. No nos apoyas, pero ahora las cuotas aumentan”.

El viernes por la noche, Brad estaba viendo el conteo de votos anunciado en vivo en vídeo. Dijo: “Cuando vi el voto por el ‘no’, llamé a mis amigos y dijimos: ‘Lo hemos conseguido’. Entonces, de repente, salió esto. Llamé a los dirigentes sindicales. Estaba más que sorprendido. Pasé de sentirme extasiado a estar fuera de mis cabales en una hora, sin saber qué hacer. Antes de que se votara, muchos de los trabajadores decían ‘huelga’. Ahora, Teamsters ni siquiera menciona la palabra ‘huelga’”.

Sam, un conductor de primer año en California, nos dijo que el desconocimiento de la votación por parte de Teamsters establece un precedente. “¿Por qué estamos manteniendo siquiera negociaciones? ¿Por qué tenemos un contrato? ¿Por qué celebramos votaciones? ¿Por qué simplemente no tienen un acuerdo entre la empresa y el sindicato?”. Señaló que después de que Teamsters anunciara el 54 por ciento de votos en contra, “UPS dijo que planeaba volver a la mesa de negociaciones. Y es Teamsters quien dice: ‘En realidad, estamos contentos con eso’”.

Sam dijo que le daba la impresión de que “estos muchachos [los de Teamsters] solo me sacan el dinero y ni siquiera sé qué hacen con él. Lo he visto una y otra vez desde que comencé aquí, que no me apoyan si tengo una queja sobre mi ruta. Yo no presentaba quejas, porque entonces el sindicato me catalogaría como un quejica”.

Para colmo de males, el domingo el director de la División de Paquetes del sindicato, Denis Taylor, dijo que usaría la misma cláusula estatutaria de hace 30 años, que requiere un voto por el “no” de dos tercios para rechazar un contrato si menos de la mitad de los miembros vota, para aprobar cinco de los diez suplementos locales que también fueron rechazados por los trabajadores de UPS. De acuerdo con los estatutos del sindicato, ningún Acuerdo Maestro Nacional de UPS puede ser implementado sin la ratificación de suplementos locales.

Sin embargo, en 2013, la burocracia sindical, encabezada por James P. Hoffa, anuló los votos de rechazo local basados en otra cláusula constitucional engañosa, que permite al sindicato enmendar el proceso de ratificación “si en algún momento cree que tal acción será de interés de la Unión Internacional o de sus órganos subordinados”.

Ante la creciente rebelión de los trabajadores, las dos facciones leales de la oposición dentro de la burocracia sindical, Teamsters por un Sindicato Democrático (TDU) y Teamsters Unidos (TU) están tratando desesperadamente de contener la oposición y apuntalar al sindicato desacreditado.

En una declaración del 6 de octubre, TDU implora a Hoffa, un funcionario sindicalmente corrupto que gana casi $400.000 al año, y mucho más en beneficios, que convoque una Junta Ejecutiva General del sindicato “para resolver esta crisis”. Hoffa, agregan, debe “respetar el voto mayoritario de los miembros, eliminar a Taylor como negociador sindical, regresar a la mesa de negociaciones y solicitar una votación por el contrato una vez que se haya alcanzado una nueva oferta”. Cualquier otro resultado, dijo TDU, “debilitaría a nuestro sindicato”.

De manera similar, Sean O'Brien (que cobra un salario de $130.559), un expatrocinador de Hoffa que dirigirá la lista de Teamsters United respaldada por TDU en las elecciones sindicales de 2021, envió una carta a Hoffa y al principal negociador de UPS Denis Taylor advirtiendo de que la implementación del acuerdo rechazado conduciría a una “agitación política” en las filas de los miembros del sindicato, “tanto los empleados por UPS como los empleados por otros empleadores”.

Una declaración oficial de TU advierte: “Si Hoffa y Taylor imponen devoluciones de contratos que han sido rechazados por la mayoría de los miembros, traicionarán a todos los trabajadores de UPS y enviarán a cada Teamster el mensaje de que su voz y su voto no cuentan”.

Este mensaje, sin embargo, ya se ha enviado y ha provocado una avalancha de oposición por parte de los trabajadores que ven correctamente que Teamsters no es más que una herramienta de administración patronal.

Para llevar adelante su lucha, los trabajadores deben elegir comités de base en cada centro, que sean independientes del sindicato y estén controlados democráticamente por los propios trabajadores y que respondan ante ellos.

Estos comités deben declarar nulo e inválido ese contrato alcanzado mediante el engaño y acumular apoyo para una lucha unificada, incluida la preparación de una huelga nacional, basada en sus propias demandas de abolir todos los niveles de salarios y prestaciones, para un aumento general del 30 por ciento, y el derecho de todos los trabajadores a tiempo parcial a ocupar puestos de tiempo completo con atención médica completa y beneficios de pensión. Para fortalecer esta lucha, los trabajadores de UPS deben comunicarse con los de los Servicios Postales de los Estados Unidos, FedEx, Amazon y otros trabajadores de logística, así como con docentes, acereros, trabajadores de hostelería y otros para preparar una lucha común.

(Publicado originalmente en inglés el 9 de octubre de 2018)

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