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Los trabajadores lesionados de Amazon en los Estados Unidos enfrentan un régimen de “ compensación” amañado a favor de los empleadores

Barbara, extrabajadora de Amazon en Carolina del Sur, recientemente relató una historia que se ha vuelto muy común a Voz Internacional de Trabajadores de Amazon (IAWV, siglas en inglés).

Como recolectora en la IAWV, a menudo caminaba 15 millas por día en una bodega donde se presionaba a los trabajadores para que hicieran su cuota acosta de su propia seguridad. La política de Amazon era la de despedir a los trabajadores después de tres reportes por no hacer su cuota. Un día, mientras corría para alcanzarla, Barbara intentó detener de manera abrupta su carro montacargas para evitar una colisión con otro trabajador. Como resultado, se lesionó un pie y su espalda.

Amcare, el puesto de enfermería de la compañía, estaba cerrado por el turno de noche. Al día siguiente, la compañía envió a Barbara a un médico que le recetó Tylenol y le dio unas muletas. Barbara regresó al trabajo a pesar de su lesión, después que le dijeron que no tenía otra opción. Fue asignada en la sección de embalaje y de trabajo de oficina. Su supervisor le dijo que debía continuar trabajando a pesar del dolor; en un día tuvo que permanecer de pie durante cinco horas con el pie fracturado.

Finalmente, recibió una liquidación de $4,000 en la cual se le exigía que firmara una declaración que establecía que ella no podía trabajar en Amazon, y que no podía demandar la compañía por daños adicionales y que tampoco podía generar beneficios de desempleo.

Después que sus pagos de compensación terminaron, Barbara no pudo encontrar trabajo en otro lugar. Perdió su casa y su automóvil.

“Fue devastador perder mi automóvil y mi casa”, le dijo a la IAWV. “Mi papá construyó mi casa … Todo eso a causa de este pequeño accidente”.

La carnicería en los lugares de trabajo de los Estados Unidos y el escandaloso maltrato a los trabajadores después de ser lesionados en sus sitios de trabajo no se denuncian en los medios de comunicación del establecimiento.

Según la Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos, aproximadamente 4,500 trabajadores estadounidenses mueren en el lugar trabajo cada año. Los empleadores registran oficialmente casi 3 millones de lesiones graves, y es probable que el número real sea mucho mayor. Decenas de miles mueren cada año debido a una exposición en el pasado al asbesto, al benceno y a otras sustancias tóxicas en sus trabajos.

Los regímenes de compensación laboral en los Estados Unidos varían de estado a estado, y muchos se originan a partir de reformas promulgadas a principios del siglo XX. Bajo estos regímenes, los trabajadores tienen prohibido presentar demandas contra sus empleadores, pero a cambio, tienen el derecho nominal de recibir cobertura médica y un porcentaje de su salario perdido mientras estaban sin trabajo debido a una lesión. En teoría, los beneficios médicos incluyen visitas al médico, tratamiento hospitalario, atención de enfermería, medicamentos, pruebas de diagnóstico médico, terapia física y equipo médico durable.

Sin embargo, los recursos una vez proporcionados a los trabajadores demandaban compensación , han sido socavados sustancialmente a través del tiempo por los empleadores y las compañías de seguros , cuyos lobistas ayudados e instigados por los gobiernos demócratas y republicanos han tenido la última palabra en cuanto a la legislación que establece las normas procesales y sustantivas.

Hoy en día, la realidad a la cual se enfrentan los trabajadores que ingresan a este sistema incluye diagnósticos falsos realizados por médicos a favor de la compañía, procedimientos tendenciosos y Kafkianos que favorecen a los empleadores en cada paso, acusaciones que los trabajadores exageran y fingen lesiones, una compensación absurdamente baja y la presión para regresar al trabajo lo antes posible, lo cual frecuentemente agrava las lesiones originales.

De acuerdo con la Administración del Seguro Social, aproximadamente el 75 por ciento de la compensación que reciben los trabajadores en los Estados Unidos solo pagan costos médicos. En otras palabras, a algunos de los médicos se les puede reembolsar el tratamiento médico que se les brindaron, pero los trabajadores lesionados no reciben ninguna compensación. Incluso en los casos de discapacidad donde el trabajador recibe algún pago, generalmente es solo una fracción del salario anterior a la lesión.

Un estudio de ProPublica de 2015 encontró que desde 2003, 33 estados habían aprobado leyes que reducen los beneficios de compensación para los trabajadores. En muchos estados, los trabajadores deben elegir un médico de una lista proporcionada por el mismo empleador cuyas prácticas carentes de la seguridad, en muchos casos fueron la causa de la lesión de estos trabajadores.

Shannon Allen, una trabajadora de Amazon en Texas que fue herida en su lugar de trabajo, informó que durante el transcurso de su larga lucha para obtener tratamiento médico por sus lesiones, un médico la examinó y determinó que sus heridas era de gravedad. Pero ese diagnóstico fue rechazado por otro médico que nunca la examinó personalmente y nunca revisó sus imágenes médicas.

Este último médico basó su opinión, en parte porque él aparentemente no podía leer la letra de algunos de los registros médicos más antiguos de Shannon. “Me parece desafortunado”, escribió, “que los únicos registros médicos sean estas notas de una sala de emergencias, con extremadamente pobre escritura”.

Este último médico, que nunca había conocido a Shannon y que aparentemente no podía leer sus registros, opinó que Shannon no estaba herida en absoluto y solo sufría “leves cambios degenerativos” debido al envejecimiento. Este tipo de desprestigio indignante y degradante no es una experiencia poco común para los trabajadores que son víctimas de accidentes industriales.

Un médico determina que Shannon no está lesionada, a pesar de que nunca la ha examinado y no ha revisado su imagen médica

Las cantidades reales de dinero que reciben los trabajadores a través de la compensación por lesiones son peligrosamente insuficientes. Un artículo publicado en el sitio web del bufete de abogados Littler, dando su perspectiva sobre una ley de Texas de 2005 firmada por el entonces Gobernador Rick Perry se quejó que antes de la promulgación de la ley, el promedio por reclamo en Texas de $5,900 había sido 76 por ciento por encima del promedio de Estados Unidos.

Según el estudio de la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés), los empleadores de los Estados Unidos “proporcionan ahora solo un pequeño porcentaje (alrededor del 20 por ciento) del costo financiero total de las lesiones y enfermedades en el lugar de trabajo”. Por su parte los trabajadores lesionados pagan en promedio el 50 por ciento de estos costos con dinero de sus propios bolsillos.

Muchos empleadores tienen políticas que establecen trampas procesales para que los trabajadores pierdan sus beneficios, como exigir que los trabajadores reporten las lesiones dentro de 24 horas. En 2014, la compañía Acero de Estados Unidos, suspendió a dos trabajadores por cinco días sin pago debido a dicha política.

El informe de OSHA confirma que la desigualdad de ingresos exacerba las consecuencias de una cobertura inadecuada, en parte porque otros miembros trabajadores de una familia a menudo necesitan tomar un tiempo libre para atender a la persona lesionada. Trabajar dos o tres trabajos para llegar a fin de mes causa fatiga y aumenta el riesgo de lesiones. Las lesiones en el lugar de trabajo también dañan la seguridad en sí mismos y causan estrés en las familias.

Mientras tanto, las aseguradoras ganan miles de millones por primas no utilizadas en las pólizas. Según las estadísticas de la Asociación Nacional de Comisionados de Seguros, el total en 2017 fue de más de $50 mil millones de dólares para las 20 aseguradoras privadas más grandes. De acuerdo con la Administración de la Seguridad Social, el total de nóminas cubiertas en los Estados Unidos fue de $7.2 billones en 2015.

Por el contrario, el riesgo de multas para los empleadores que participan en prácticas ilegales es pequeño. En Massachusetts, por ejemplo, solo se recaudaron poco más de $1 millón en multas durante 2017, a pesar de la emisión de 1,900 órdenes de parar de trabajar.

Las prácticas ilegales comunes de los empleadores estadounidenses incluyen pagar en efectivo a los trabajadores extraoficiales, usar compañías fantasmas para comprar una póliza para múltiples empresas, clasificar erróneamente a los trabajadores como consultores e informar sobre trabajos peligrosos como hacer techos como trabajos de oficina. Pero como demuestran las experiencias de muchos trabajadores de Amazon que han hablado con IAWV, incluso cuando el sistema de compensación de trabajadores funciona “legalmente” y “como se esperaba”, el resultado es una injusticia terrible para innumerables trabajadores.

Por ejemplo, si bien es legal que los empleadores utilicen personal proporcionado por agencias temporales, se sabe que esta práctica disminuye la probabilidad que los trabajadores realicen reclamos de compensación laboral. La razón es que los trabajadores temen no recibir más asignaciones de la agencia de personal si presentan una reclamación. Las empresas que contratan agencias temporales también ahorran dinero al reducir la capacitación en seguridad. Según OSHA, la agencia “se ha encontrado con muchas situaciones, incluidas algunas en las cuales han matado trabajadores temporales y los empleadores han optado por no proporcionar la capacitación de seguridad requerida para estos trabajadores temporales”.

Sedgwick, el administrador de reclamaciones de Amazon, tuvo ingresos de $1,74 mil millones de dólares en 2017. Trabajadores de diferentes industrias se han reunido en Facebook para denunciar a Sedgwick y compartir sus experiencias. Los trabajadores de Pepsi, de Filtros para Baterías, de hospitales, los empleados de FedEx y Amazon, y los trabajadores de Hertz han experimentado atrocidades similares a manos de esta empresa.

Según un informe de Reuters de septiembre de 2018, la firma de capital de riesgo Carlyle Group LP está en conversaciones para comprar Sedgwick por $6 mil millones de dólares a un consorcio liderado por KKR & Co. (Kohlberg Kravis Roberts). El grupo KKR pagó $2.4 mil millones en 2014. En 2016, Moody's sacó provecho de las “ganancias estables” de Sedgwick.

(Publicado originalmente en inglés el 11 de octubre de 2018)

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