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Informe del Pentágono apunta a preparativos de Estados Unidos para librar una guerra total

Durante las últimas dos semanas, prácticamente ignorado por los medios, los Estados Unidos se ha acercado sustancialmente a una confrontación militar abierta tanto con Rusia como con China, la segunda y tercera mayor potencia nuclear del mundo.

El 3 de octubre, Estados Unidos amenazó, por primera vez desde la Guerra Fría, con atacar directamente suelo ruso. La embajadora de la ONU ante la OTAN, Kay Bailey Hutchison, acusó a Rusia de violar el tratado de las Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF, por sus siglas en inglés) al desarrollar un misil nuclear de crucero y dijo que Washington se estaba preparando para "extirpar" el armamento con un ataque estadounidense.

Esta declaración se produjo apenas tres días después de que un buque de guerra chino estableciera un curso de colisión contra un destructor estadounidense que realizaba una supuesta operación de "libertad de navegación" en el mar de China Meridional, lo que obligó al barco estadounidense a maniobrar para evitar una colisión y potencialmente el enfrentamiento militar más mortal en el Pacífico en décadas.

Detrás de estos incidentes espeluznantes, los Estados Unidos está emprendiendo serios preparativos a largo plazo para reestructurar la economía estadounidense y librar una guerra importante con un adversario "par", que conlleva cambios radicales en la vida económica, social y política de los Estados Unidos.

Este es el contenido esencial de un documento de 146 páginas publicado por el Pentágono el viernes pasado, titulado “Evaluación y fortalecimiento de la base industrial de manufactura y defensa y la capacidad de recuperación de la cadena de suministro de los Estados Unidos”. Deja en claro que Washington no se está preparando solo para choques regionales aislados, sino más bien por un esfuerzo de guerra masivo a largo plazo contra Rusia y China en condiciones de potencial autarquía nacional.

Empleados de Martin construyendo un avión de caza F-35 Lightning II Joint Strike en una línea de producción en Fort Worth, Texas [crédito: Agencia de Gestión de Contratos de Defensa]

El documento dejó en claro que una importante reestructuración de la economía estadounidense será necesaria para alcanzar el objetivo declarado de los militares de los Estados Unidos de estar preparados para "luchar esta noche" contra un "adversario par". Los Estados Unidos debe "reconfigurarse" para una competición entre "grandes potencias", declaró el documento.

"La base industrial de manufactura y defensa de Estados Unidos", observa el informe, crea la "plataforma y los sistemas" de los cuales "depende nuestro Combatiente". Este complejo abarca no solo el Gobierno, sino también el sector privado, así como a las "organizaciones de investigación y desarrollo" y las "instituciones académicas”. En otras palabras, toda la economía y la sociedad.

Advierte que "la erosión de la manufactura estadounidense en las últimas dos décadas ... amenaza con socavar la capacidad de los fabricantes estadounidenses para cumplir con los requisitos de seguridad nacional". Hoy, contamos con fuentes nacionales únicas para algunos productos y cadenas de suministro extranjeras para otros, y enfrentamos la posibilidad de no poder producir componentes especializados en casa para el ejército".

La corrección de esta deficiencia estratégica, concluye el informe, significa "el apoyo a un sector industrial doméstico vibrante, una base industrial de defensa sólida y cadenas de suministro resilientes es una prioridad nacional".

El informe se dirige directamente a China, declarando que "las estrategias económicas de China, combinadas con los impactos adversos de las políticas industriales de otras naciones, representan amenazas importantes para la base industrial de los Estados Unidos y, por lo tanto, representan un riesgo creciente para la seguridad nacional de los Estados Unidos".

La promoción del dominio manufacturero de los Estados Unidos, en otras palabras, es vital para promover el dominio militar.

La protección de la industria pesada se une a los esfuerzos de la Administración para defender el sector de alta tecnología de Estados Unidos, la fuente de una gran parte de la rentabilidad de Estados Unidos.

Como señala el informe, "Una de las principales iniciativas industriales del Partido Comunista Chino, Hecho en China 2025, se centra en la inteligencia artificial, la computación cuántica, la robótica, los vehículos autónomos y con nuevas fuentes energéticas, los dispositivos médicos de alto rendimiento, los componentes de alta tecnología para navegación y otros elementos de industrias emergentes y críticas para la defensa nacional".

Advierte que "el gasto en I + D en China está alcanzando rápidamente al de los Estados Unidos y probablemente alcanzará la paridad en un futuro cercano", e indica preocupadamente que el fabricante chino DJI domine el mercado de drones aéreos comerciales.

Los planes del Pentágono para proteger y expandir el sector de alta tecnología de los EUA incluyen su apoyo a los esfuerzos de la Administración para limitar la admisión de estudiantes chinos a las universidades estadounidenses mediante restricciones de visas. El informe se queja de que, hasta el 25 por ciento de los graduados en las disciplinas STEM [Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas] en los Estados Unidos son ciudadanos chinos ... Las universidades estadounidenses son importantes facilitadores del auge económico y militar de China".

La visión del documento, en otras palabras, es la expresión concreta de la concepción descrita en la última estrategia de seguridad nacional de los EUA, la cual demanda "la integración perfecta de múltiples elementos del poder nacional: diplomacia, información, economía, finanzas, inteligencia, policía y ejército".

Un elemento destacado de esta ecuación es el sector tecnológico de Estados Unidos, que ha luchado por obtener contratos del Pentágono para desarrollar la última generación de sistemas de armas. A cambio de estos desembolsos y la protección agresiva de sus rivales internacionales, han trabajado estrechamente para implementar lo que se filtró en un documento interno de Google, "un giro hacia la censura" en cooperación con las demandas de las agencias militares y de inteligencia estadounidenses.

La lógica de esta creciente fusión entre el aparato represivo del Estado y los monopolios cada vez más poderosos persigue la correlación necesaria entre una "guerra total" y una sociedad "totalitaria", en la que las disposiciones constitucionales básicas carecen de significado.

El objetivo central de tales medidas será la supresión forzosa de la lucha de clases en nombre de la promoción de la "seguridad nacional". La escalada del militarismo global de los Estados Unidos ha coincidido con un aumento importante en la lucha de clases, incluido el rechazo de un contrato de concesión por parte de los trabajadores de UPS, el gigante logístico cuya poderosa fuerza de trabajo es capaz de paralizar no solo la base industrial de Estados Unidos, sino secciones sustanciales de la economía bélica.

(Publicado originalmente en inglés el 11 de octubre de 2018)

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