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Wall Street aplaude las "reformas" económicas del Perú

Este artículo apareció en inglés el 19 de julio del 2014

Con gran entusiasmo El Comercio – el diario más representativo de la burguesía peruana – anunció la semana pasada que Moody’s, la agencia de calificación crediticia de Wall Street, había mejorado la calificación de la deuda del Perú por dos peldaños a un nivel de grado de inversión A3. Esto coloca a Perú a la altura de México y por delante de Colombia, Argentina y Brasil, países con economías más grandes y más diversificadas. Está sólo detrás de Chile en la región latinoamericana.

Según el diario, "la decisión de Moody’s se basa en el fortalecimiento de las cuentas fiscales y las proyecciones que el PIB aumentará." Por otra parte, Moody le asigna a Perú una calificación de "estable".

El catalizador de la decisión de Moody’s fue la aprobación por el Congreso de la República de las nuevas medidas económicas destinadas a promover las inversiones y favorecer a las empresas privadas mediante la relajación de las leyes de protección del medio ambiente y el perdón de miles de millones de dólares en impuestos que éstas debían.

El paquete de las nuevas medidas económicas fue presentado por el gobierno del presidente Ollanta Humala como medida para luchar contra la desaceleración económica. El Ministro de Economía y Finanzas, Luis Miguel Castilla, un ex funcionario del Banco Mundial y el hombre de Wall Street en el gabinete peruano, dijo que el gobierno tiene previsto hacer permanente los recortes de impuestos (que perdona siete mil trescientos millones de dólares, veinte mil millones de soles, con el argumento de que la tasa impositiva es demasiado alta para la actual etapa de desarrollo del país).

En su sección Portafolio, escrito para los empresarios, El Comercio, añade: "A pesar de la desaceleración cíclica de la actividad económica y la caída de los precios de los productos básicos, la diversificación de los ingresos fiscales ha contribuido a fortalecer la salud fiscal del país."

El economista principal Hugo Perea del banco español BBVA, con una gran presencia en Perú, defendió la perspectiva de Moody’s, diciendo que "la desaceleración actual de la economía no es a largo plazo," sino más bien "un problema pasajero”.

No hay nada "cíclico" o "pasajero" en la desaceleración económica del Perú. Las cifras citadas por Moody’s y analistas de los bancos son demasiado optimistas y van en contra de la desaceleración económica a largo plazo del capitalismo mundial.

Moody’s estima un crecimiento del 6 por ciento para 2015-2016, y espera que alcance el 5 por ciento a finales de este año. Hace apenas una semana, el gobierno de Humala había bajado sus proyecciones del PIB de 4.76 por ciento para el 2014, por debajo de la estimación original de 5.5 por ciento.

Ni precios más bajos de las exportaciones de minerales, ni los menores volúmenes de exportación a China, pueden ser controlados por futuros paquetes económicos.

Otra faceta de las llamadas "reformas" es la Ley de Seguridad y Salud Laboral, cuyo fin es reducir los costos empresariales.

Hubo una oposición significativa al paquete económico por parte de un miembro del gabinete y organizaciones internacionales. El ministro de Medio Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, votó en contra del proyecto de ley, ya que contiene propuestas de medidas "flexibles" del medio ambiente que han alarmado a los activistas ambientales e incluso a las Naciones Unidas.

En una entrevista en la televisión estatal Pulgar-Vidal reconoció que hay un "sector empresarial" que tiene influencia en el gobierno y quiere "debilitar a la oficina de certificación, evaluación y auditoría ambiental; repudiar normas y requisitos ambientales", entre otros objetivos proempresariales.

Hace un mes, el ministro de Energía y Minas, Eleodoro Mayorga, comentó cínicamente que desde su creación el Ministerio del Ambiente (MINAM) ha funcionado como un "freno" para las inversiones. "Los inversionistas no vienen a Perú para realizar operaciones, sino para resolver problemas (burocráticos)," dijo Mayorga en una conferencia sobre la exploración minera.

En la entrevista televisiva, Pulgar-Vidal dijo que los grupos que presionan a favor de la minera Yanacocha (una empresa de la compañía peruana Buenaventura y Newmont Mining con sede en EE.UU.) han tratado de presentar proyectos de ley para debilitar la Evaluación de Organización y Control Ambiental de la oficina (OEFA). Yanacocha, cuyo proyecto Conga de US$ 5,000 millones en la región de Cajamarca fue paralizado por las movilizaciones populares contra la amenaza ambiental, es la segunda empresa más penalizada por OEFA.

En un comunicado conjunto, casi un centenar de organizaciones no gubernamentales, las organizaciones ambientalistas y funcionarios regionales expresaron su oposición a las nuevas medidas. "El debilitamiento de las normas institucionales y ambientales pondrá en peligro el medio ambiente y crearán un conflicto social", dijo Pulgar-Vidal.

El secretario ejecutivo de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos, Rocío Silva Santisteban, llamó a una protesta a finales de junio en contra de las nuevas medidas económicas que estaba preparando el gobierno de Humala. Ella acusó al Gobierno de querer "repetir las 40 muertes en conflictos sociales", refiriéndose a la masacre de 2009 de manifestantes indígenas que intentaban bloquear la exploración de energía en la provincia amazónica de Bagua.

La medida de Moody’s representa un elogio al gobierno de Humala y da mano libre al capital extranjero en la explotación de los recursos naturales del Perú sin tener en cuenta el impacto ambiental. Una vez más, la agencia de calificación actúa al servicio del imperialismo norteamericano.

Durante la burbuja hipotecaria en EE.UU., Moody’s y otras agencias de calificación estamparon descaradamente como triple-A la deuda hipotecaria que ellos sabían que a largo plazo era basura. Y después de la debacle financiera, en el otoño de 2008, siguieron el mandato de Wall Street al rebajar la calificación de la deuda del gobierno de los EE.UU. con el fin de aumentar la presión para mantener las tasas de interés bajas, suministrando así préstamos baratos para seguir especulando en los mercados financieros a costa de un elevado desempleo y los bajos salarios.

Sin embargo, la reacción de algunos sectores de Wall Street ha sido prudente. El diario Gestión informa que "el riesgo país de Perú subió dos puntos básicos a 1.46 puntos porcentuales ayer (ajustado tras el cierre) a 1.48 puntos de hoy, según el EMBI + Perú calculado por el banco de inversión JP Morgan." A pesar de la mejora de crédito, Wall Street quiere asegurarse de que no habrá retirada a las "reformas" del gobierno peruano.

La evaluación por parte de JP Morgan sugiere que el capital financiero no está totalmente ciego a los enormes problemas socioeconómicos que pueden explotar en cualquier momento en Perú.

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