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Perspectiva

Engaño y la desilusión en las Naciones Unidas

Esta perspectiva apareció en inglés el 25 de septiembre del 2014 Traducido por Rafael Azul

Luego de detonar otra guerra ilegal, el presidente Barack Obama se presentó el miércoles 24 de septiembre ante de las Naciones Unidas (ONU) para justificar las acciones estadounidenses ante todo el mundo y exigir que todas las naciones se aten al carro de hegemonía mundial estadounidense.

El discurso fue una colección de declamaciones, amenazas y ultimátums engomados con frases huecas y lugares comunes. Fue una charla pronunciada con vacilación en una manera ritualista. Hilos de palabras iban separados por pausas largas y por un fruncimiento de los labios. No hubo ningún intento de ser coherente.

Pero lo que sobre todo distinguió el discurso fue la desconexión completa entre las palabras del presidente y la realidad política. Las tan extremas y descaradas mentiras de Obama, cobraban un aspecto de delirio. Nos encontramos ante una enorme crisis de toda la estructura política y económica cuando la política mundial situación ha llegado a un punto en que los que están en el poder no pueden reconocer ni una sola verdad.

A manera de resumir todas las mentiras y todas las hipocresías el discurso reprocha "una visión del mundo en el que la fuerza da derechos; un mundo en el que las fronteras de una nación pueden ser rehechas por otra ... Estados Unidos representa algo diferente. Creemos que ser poderoso viene de ser justo, que los países más grandes no deberían ser capaces de intimidar a los más pequeños; que la gente debería ser capaz de elegir su propio futuro. "[nuestro énfasis].

Esta declaración salió de entre los dientes del representante del país más violento y amenazante del mundo, que (en violación directa de la Carta de la ONU) basa su política externa en la guerra preventiva, que se ha otorgado el derecho ilimitado de intervenir militarmente en todos los lugares donde su intereses económicos, políticos o geoestratégicos están en juego.

Desde su transformación en potencia imperialista a fines del siglo XIX, Estados Unidos se ha arrogado el derecho de intimidar e imponer su voluntad sobre países pequeños y grandes. El último cuarto de siglo, en particular, ha sido de una serie interminable y creciente de guerras, invasiones, operaciones encubiertas y bombardeos de parte del imperialismo norteamericano contra países en todos los rincones del globo. Por culpa de las acciones militares del imperialismo estadounidense durante estos cinco lustros han muerto cientos de miles de personas.

Una corta lista de las intervenciones de Estados Unidos incluiría, la invasión de Panamá en 1989, la primera guerra del Golfo contra Irak en 1991, la intervención en Somalia en 1992-93, la invasión de Haití en 1994, el bombardeo de Sudán y Afganistán en 1998, la guerra contra Serbia en 1999, y la invasión y ocupación de Afganistán en 2001 e Irak en 2003. Bajo Obama, los Estados Unidos le ha hecho la guerra a Libia, organizado una guerra civil en Siria para derrocar al gobierno de Bashar al-Assad, y atacado desde el aire con drones a Afganistán, Pakistán, Yemen y Somalia.

En su afán de controlar el mundo, el imperialismo estadounidense está llevando a la humanidad hacia una nueva y catastrófica guerra mundial. En la ONU, Obama comenzó diciendo: "La sombra de la Primera Guerra Mundial que existía en la fundación de esta institución se ha levantado, y la perspectiva de una guerra entre grandes potencias reducidas" Esto lo dijo cuando Washington y la OTAN transforman a Europa del Este en un campamento armado y utilizar la guerra civil en Ucrania (una crisis de su propia creación) para traer al mundo al borde el la barranca de un conflicto nuclear entre Occidente y Rusia.

Sólo un minuto después, Obama lanzó una amenaza de guerra contra Moscú: "Reforzaremos nuestros aliados de la OTAN y mantendremos nuestro compromiso a la autodefensa colectiva,"dijo.

En Asia, Washington conduce una ofensiva agresiva diplomática, económica y militar contra China. Y la nueva guerra en Siria amenaza a todo el Medio Oriente, reacción bélica en cadena entre los EE.UU. y sus aliados contra los aliados del régimen sirio, Irán y Rusia. En directa contradicción con la afirmación de Obama, la prognosis de guerra entre las grandes potencias nunca ha sido mayor.

En cuanto al tema principal de su discurso (la guerra sin fin, “de generaciones” supuestamente contra el terrorismo islamista), Obama declaró que "en un asunto tras otro, no podemos depender en las reglas de un siglo pasado." En otras palabras, ya no tiene validez la Carta de la ONU, que veda la guerra como instrumento de política exterior y prohíbe que países intervengan en las guerras civiles de otros países.

Obama en seguida hizo referencia al desastre que existe en Irak y Siria, que él atribuye enteramente a lo que él llamó "el cáncer del extremismo violento" en el mundo musulmán. Pero todos en la audiencia era muy consciente de que la culpa de la catástrofe en la región se es abrumadoramente del imperialismo estadounidense.

En un momento dice Obama: "Es buena hora reconocer la destrucción causada por las guerras por encargo y campa campañas de terror entre sunitas y chiítas en todo el Medio Oriente", en el siguiente momento se hace el gran mandaparte: "Junto con nuestros socios, Estados Unidos se encarga de entrenar y equipar la oposición de Siria [mayoritariamente suní] para ser un contrapeso a los terroristas de E.I. y a la brutalidad del régimen de Assad [relacionados con el Chiismo] ".

No es posible aquí catalogar la colosal montaña de mentiras apiladas en discurso de 45 minutos de Obama. Pero su representación de la crisis en Ucrania ejemplifica de la colisión entre sus declaraciones y la realidad.

"Aquí están los hechos", dijo. "Después de que los ciudadanos de Ucrania movilizaron protestas populares y demandas de reforma, huyó su presidente corrupto. En contra de la voluntad del gobierno en Kiev, Crimea fue anexada. Rusia vierte armas en el este de Ucrania, para apertrechar a los separatistas violentos y crea un conflicto que está matando a miles."

Claro está que las supuestas "protestas populares" han sido financiadas y organizadas por Estados Unidos y Alemania, y dirigidas por fascistas armados que glorifican a los colaboradores ucranianos de la ocupación nazi y el asesinato en masa de los judíos de Ucrania.

El presidente electo, que favorecía a Rusia, fue derrocado en un golpe de Estado, y el gobierno ilegal que lo reemplazó, integrado por neonazis y ultranacionalistas, fue rechazada por la mayoría de los residentes en la zona oriental del país.

La gran mayoría de los miles que murieron posteriormente en el este de Ucrania, fue a manos de los militares de Ucrania apoyado por Estados Unidos y de las milicias fascistas que sitiaron las ciudades que controlan los separatistas que favorecen a Rusia.

Hace sólo un mes, Israel, el aliado de Washington en el Medio Oriente salvajemente bombardeaba a palestinos indefensos en Gaza, matando a más de 2.200 personas, civiles en su gran mayoría.

Es difícil decir lo que lo más preocupante, que Obama sí es plenamente consciente de la brecha entre sus afirmaciones y la realidad, o que está tan lejos de la realidad, que en verdad cree lo que dice. Futuros historiadores posiblemente consideren este discurso el momento en que la clase gobernante de Estados Unidos se volvió totalmente loca y encarriló la humanidad en las vías de una nueva guerra mundial.

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