Falta menos de un mes antes de las elecciones legislativas en Estados Unidos. Se seleccionará a los 435 miembros de la Cámara de Representantes y a un tercio del Senado. Los partidos Demócrata y Republicano conspiran juntos para negarle al pueblo norteamericano voz y voto sobre la guerra que Estados Unidos dirige en el Medio Oriente.

La cámara baja y el Senado cerraron sus sesiones en septiembre después de aprobar el pedido del presidente Obama de autorizar que Estados Unidos envíe armas y entrene a "rebeldes" sirios contra el gobierno del presidente Bashar al-Assad, so pretexto que estos grupos ahora apuntarán sus armas contra las milicias del Estado Islámico en Irak y Siria (E.I.), que fue su aliado durante tres años de guerra civil contra Assad.

Los líderes de ambos partidos del Congreso rechazaron el ruego de un puñado de sus miembros a favor de un gran debate y votación sobre la acción militar en Siria e Irak. El gobierno de Obama comenzó a bombardear a E.I. en Irak a principios de agosto (poco después que el Congreso entró en un receso de cinco semanas) y extendió el bombardeo a Siria a finales de septiembre. No ha habido ninguna declaración de guerra ni ningún otro voto en el Congreso para autorizar estas operaciones militares, por lo que la nueva guerra de Obama es totalmente inconstitucional.

Pocos candidatos para la cámara baja o el Senado hablan del Medio Oriente. Aquellos (casi todos del Partido Demócrata) que en el 2006 y el 2008 se declaraban antiguerra, ahora son insistentes fanáticos de los bombardeos de Irak y Siria. Un informe en Politico.com, intitulado, "palomas liberales se comportan como halcones de guerra," perfila tres de esos miembros del Partido Demócrata: las senadoras Kay Hagan de Carolina del Norte y Jeanne Shaheen de Nueva Hampshire, y el congresista Bruce Braley, candidato al Senado, de Iowa.

Tanto John Boehner (Partido Republicano), presidente de la cámara baja, como su par en el Senado, Harry Reid (Partido Demócrata), han indicado que apoyarán la autorización del Congreso para el uso de la fuerza militar en Irak y Siria si el gobierno de Obama lo requiere. El voto tomará lugar en diciembre. En otras palabras, el voto sobre la guerra ocurrirá después de las elecciones legislativas de 4 de noviembre, sin que cuente para nada la opinión del pueblo estadounidense.

La maniobra de los Partidos Demócrata y Republicano de impedir toda discusión de la nueva guerra en Medio Oriente ocurre cuando crecen explosivamente la violencia y el alcance del conflicto. Durante la semana pasada:

• Cuatro países más se unieron a la guerra. Canadá, Australia y Dinamarca colaboran con aviones aviadores para bombardear las fuerzas de E.I. en Irak. Por su parte el parlamento de Turquía votó autorizar operaciones bélicas en Siria e Irak, incluyendo enviar tropas terrestres.

• Jens Stoltenberg, Secretario General de la OTAN, lanzó la amenaza que la OTAN estará justificada en movilizarse para defender a Turquía (según el artículo 5 del Acuerdo de la OTAN) si el conflicto entre E.I. y milicia kurda que hoy arrasa en la frontera entre Siria y Turquía, se fuera a extender a ese país,.

• El Pentágono anunció que helicópteros de ataque Apache (EE. UU.)se habían unido a la lucha contra E.I. en la provincia de Anbar en apoyo aéreo a las tropas del ejército iraquí. Eso es una burla a la afirmación de Obama de que no habría ninguna fuerza terrestre en Irak.

• Kevin McCarthy líder de la mayoría del Congreso (Partido Republicano), respaldó el uso de tropas terrestres en Irak y Siria y la extensión de los ataques aéreos contra el ejército sirio y las milicias E.I. "Si eso es lo que dicen los generales, entonces hay que hacerlo", dijo.

En una entrevista extraordinaria con el periódico USA Today publicado el lunes 6 de octubre, el ex secretario de Defensa, León Panetta, criticó a Obama por ser insuficientemente agresivo hacia Irak y Siria. Dijo que el presidente había "perdido su norte" y sólo ahora lo busca. Dando un espaldarazo al militarismo de la elite de poder, Panetta indicó que la aventura bélica de Estados Unidos en los países musulmanes de Noráfrica y del Medio Oriente duraría muchos años. "Creo que estamos viendo una especie de guerra de 30 años", dijo. Agregó que la lucha podría extenderse a Yemen, Libia, Somalia y a Nigeria, el país más poblado de África.

Nadie le ha preguntado al pueblo estadounidense si apoya décadas de guerra imperialista en dos continentes, a un costo astronómico en vidas humanas y recursos despilfarrados. El comando militar y de espionaje toma estas decisiones a puerta cerrada para que Obama y el Congreso las apruebe sin discusión.

Cuando McCarthy dice: "si eso es lo que dicen los generales, entonces hay que hacerlo", el significado real es que la detonación de guerras imperialistas es el motor del colapso de las formas democráticas y constitucionales de Estados Unidos, y el surgimiento de una dictadura militar apenas disimulada. Se permita o no votar al pueblo estadounidense (como en este 4 de noviembre), se despojado al balotaje de todo contenido democrático genuino, porque las cuestiones más importantes, (sobre todo, la guerra y la paz) ya están decididas.

La lucha contra la guerra imperialista significa movilizar a la clase obrera, en Estados Unidos y en el mundo, como fuerza política independiente contra todos los partidos políticos de la gran burguesía. La campaña antiguerra requiere una lucha contra su causa fundamental: el sistema capitalista.

El Partido Socialista por la Igualdad y nuestros compañeros en el Comité Internacional Cuarta Internacional estamos a favor de la movilización revolucionaria de la clase obrera para conquistar el poder político e implantar un programa socialista que consiste en la planificación racional y democrática de la producción para satisfacer las necesidades sociales, no el lucro privado. Animamos a los trabajadores y a los jóvenes a estudiar nuestro programa de lucha contra la guerra y el capitalismo, y tomar la decisión de unirse y construir el PSI, cuanto antes.