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Un segundo balotaje para Dilma Rousseff de Brasil después de peor desempeño del Partido de los Trabajadores en 12 años

Como resultado del balotaje del domingo 5 de octubre, la actual presidente de Brasil Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores, PT) encarará una segunda vuelta el 26 de octubre contra Aecio Neves (Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB, abanderado de la derecha tradicional brasileña,), después de una elección el domingo en que ningún candidato una obtuvo una mayoría absoluta.

Las elecciones, que ocurrieron en condiciones de desmoronamiento económico y de creciente inflación, resultó en el margen de ventaja más angosto para Rousseff desde que su partido ganó la batalla presidencial en el 2002 con la victoria del ex líder del sindicato metalúrgico Luis Ignacio Lula da Silva.

Roussef recibió el 41.56 por ciento de los votos, Neves el 33,6 por ciento y Marina Silva (ex secretaria del medio ambiente en el primer gobierno del PT, quien fue la candidata del PSB [Partido Socialista Brasileño]) el 21,3 por ciento.

Marina Silva fue catapultada brevemente en los sondeos después sustituir al candidato original del PSB, Eduardo Campos, muerto en un accidente aéreo el pasado agosto. Recibió un apoyo importante de la élite financiera y empresarial de Brasil, utilizando su origen en una familia la extracción del caucho empobrecida Amazonas y su exagerada fama de ecologista para hacerse pasar como candidata del "cambio", cuando estaba a favor de medidas que beneficiaban a las grandes empresas. La ventaja inicial de Silva se evaporó rápidamente bajo el ataque implacable del PT por su supuesta falta de experiencia de gobierno y sus vínculos con los bancos,.

Neves, es un ex gobernador y vástago de una familia política importante en del estado de Minas Gerais, y del PSDB. Este partido es la otra mitad de un sistema bipartidista de facto impuesto sobre la política brasileña durante las más recientes dos décadas. Pretende ahora tacharse de agente del "cambio", con un programa que es la versión ligeramente más a la derecha de la política del gobierno del PT.

Muchos analistas creen que Marina Silva respaldará a Neves y al PSDB, predicción congruente con un segundo balotaje muy peleado. Cuando los resultados ya se hacían convincentes el domingo por la noche, Silva declaró a los periódicos que la población había votado "en contra del status quo", y añadió que "no se pueden contradecir los sentimientos de un 60 por ciento del electorado". El diario O Globo de Río de Janeiro se refirió a personas "cercanas a Silva", que aseguran "no existe posibilidad de una alianza" con Rousseff tras las fuertes intercambios entre las dos candidatas antes de la primera ronda. Por otra parte el jefe de campaña de Silva es un ex líder del PSDB, que sigue ligado a ese partido.

El índice (bursátil) Bovespa de Brasil subió 8 por ciento el lunes 6 de octubre en la expectativa de que habiendo obtenido mejores resultados que lo que se esperaba, Neves podría resultar victorioso en la segunda ronda y que implementará medidas que vayan aún más lejos que las del PT que fomentan el lucro de los capitales brasileños y extranjeros .

Rousseff dejo ver la idea central de la campaña del PT en la segunda ronda, diciendo que los brasileños no quieren un retorno a los "fantasmas del pasado", en referencia al aumento del desempleo y los recortes en los programas sociales de la época del último gobierno del PSDB asociados con las medidas de libre empresa de ese periodo(1995-2002). En verdad la sarta de gobiernos del PT (de Lula y Dilma Rousseff) han continuado con estas mismas "reformas" de libre empresa que el PSDB implantó en esos tiempos.

Ha habido muy poca discusión pública acerca del las diferentes propuestas políticas después de esta segunda ronda. Neves, junto con Silva, asegura continuar con los programas de asistencia social mínima del gobierno PT, mientras que propone "independencia" del Banco Central de Brasil, efectivamente colocando la política monetaria más directamente en manos del capital financiero nacional e internacional.

Además haberse deteriorado la posición del PT versus el PSDB (obtuvo el margen de votos más angosto en 12 años), el PT obtuvo el menor número de puestos en la legislatura nacional de Brasil. Fueron elegidos sólo setenta petistas a la Cámara de Diputados (16 menos que en el 2010). Por lo tanto son los partidos de la derecha brasileña los que ahora controlan la cámara de diputados (Partido del Movimiento Democrático Brasileño PMDB, 66 puestos, PSDB 54 puestos, Partido Progresista, PP, 36 puestos).

Tal vez uno de los resultados más reveladores en la elección fue la derrota del PT ante el PSDB en la región "ABCD" al sur de São Paulo (Santo André, São Bernardo do Campo, São Caetano y la cinta industrial Diadema), el centro industrial de sindicatos y el lugar de nacimiento del PT, que nació de las grandes huelgas de al final de la dictadura militar de dos décadas.

Cara a cara a esta inesperada y reñida contienda, Rousseff renovó su equipo de campaña hace un mes. Elevó a Miguel Rossetto (ministro de desarrollo agrario) a coordinador de la campaña y se declaró a favor una "nueva política", que aún no se define.

Rossetto es uno de los dirigentes del grupo Democracia Socialista (DS). El DS era la sección oficial de la agrupación (pablista) revisionista internacional Secretariado Unificado. Los pablistas aclamaron el PT como el nuevo camino hacia el socialismo y ledieron un espaldarazo a Rossetto cuando este entró al gobierno capitalista de Lula que imponía medidas del FMI.

Rossetto se quedó de ministro; el DS siguió lealmente apoyando al PT, aún después que éste expulsó a sus miembros legisladores que habían votado en contra de una "reforma" de pensiones. Entre los expulsados se contaba la senadora Heloisa Helena y otros que integraban la dirección de DS.

Los expulsados fundaron el PSOL (Partido Socialismo y Libertad), en base al proyecto de retorno a la "ortodoxia" del PT. Rossetto y sus aliados se quedaron con la dirección que había expulsado a sus compañeros. En reacción, el Secretariado Unificado (pablista) aconsejó a las dos partes a adoptar una política de convivencia y de "no quemar sus naves."

Rossetto y el DS acabaron rompiendo con la internacional pablista (que consideraban de obstáculo a sus ambiciones en el PT). El sitio Web pablista Internacional Viewpoint sigue refiriéndose a la organización como "una corriente del PT (grupos de activistas brasileños que simpatizan con la Cuarta Internacional)". Las organizaciones neopablistas están siguen con esa misma ficción. Mantienen la consigna" de no quemar las naves" con respecto a la burguesía brasileña.

Se dice que Rousseff escogió personalmente a Rossetto como jefe de su campaña (los dos habían trabajado juntos en el gobierno del estado de PT en Rio Grande do Sul antes de entrar en el gabinete de Lula). Esa decisión conlleva peligros. Sectores de la prensa vinculan a Rossetto con negociados y el lavado de dinero en Petrobrás, escándalo que también enmaraña a gobernadores, ministros y decenas de senadores y diputados del PT y sus partidos aliados.

Rosseto, como director general de Biocombustibles de Petrobras, supervisa la producción de combustible biodiesel. El Tribunal de Cuentas de Brasil (TCU) corrientemente investiga la venta de dos instalaciones de combustibles a precios inflados.

El PSDB ha puesto al centro de su campaña los sobornos Petrobras. aunque muchos de sus propios miembros (oficiales electos) están enredados en escándalos similares.

Mientras tanto, las cuestiones centrales de la desigualdad social, el deterioro de los servicios públicos, incluyendo el cuidado de la salud, la educación y el transporte público y el creciente costo de vida, lo que llevó a millones a las calles en protestas masivas del año pasado, no sean atendidos en la campaña electoral.

Los signos son que todo va a empeorar, se perfilan enormes explosiones sociales. Una encuesta publicada por el Banco central estima que la producción industrial se achicará en un 2.4 por ciento. Se espera que la inflación este año sea del 6.3 por ciento.

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