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Perspectiva

La epidémia de Ébola: un desastre en África occidental

El mundo está horrorizado ante la epidemia catastrófica de Ébola en África occidental. La actual crisis ya ha infectado a más de ocho mil personas.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la crisis sigue en deterioro. Se transmite por todos los lados la enfermedad. La OMS también informa que no hay ninguna razón para creer que la epidemia esté bajo control. Si se han reportado menos casos es sólo porque el personal médico está tan abrumado que no puede producir informes que estén al día.

El miércoles 8 de octubre, Thomas Eric Duncan, la primera persona en Estados Unidos enferma de Ébola, falleció en un hospital de Texas, tres semanas después de visitar a Liberia. Una enfermera española que había acudido al auxilio de las víctimas en Europa, es la primera persona infectada con el virus fuera de África.

Estos dos casos ponen el dedo en la posibilidad de que el virus se esparce a través del mundo, y a zonas con sistemas de salud subdesarrollados. La exagerada concentración de la prensa sobre estos casos, ayuda a ignorar la catástrofe africana, que es consecuencia de la chocante pobreza que ha resultado de la explotación capitalista.

Sierra Leona, Liberia y Guinea han sido tremendamente afectadas por la epidemia. Casi la mitad de los infectados ha muerto (3.857 personas). Indudablemente el total de muertes crecerá. Se ha puesto en preaviso a los grupos humanitarios que la enfermedad se puede descontrolar a fines de este mes.

No obstante su severidad, el virus de ébola se esparce con menos facilidad que otros. Los infectados pueden ser aislados en centros de salud. Ese tipo de centro no existe en el occidente africano. La epidemia acaba de desmoronar el andamiaje de salud de esa región, desgastado por décadas de guerras civiles. OMS indica que Liberia sólo tiene 621 camas (de las 2,930 que necesita) para tratar los enfermos de hoy. Sierra Leona sólo cuenta con 304 camas (necesita 1,148).

La pobreza amamanta la epidemia. Liberia, Guinea y Sierra Leona están en la lista de los países más pobres del mundo. Liberia tiene in ingreso anual por persona de 790 dólares, Guinea de 1,160 y Sierra Leona de 1,750. El gasto anual en salud en Guinea (público y privado) es de treinta y dos dólares por persona, en Liberia sesenta y cinco, en Sierra Leona de noventa y seis.

Meses pasaron y las potencias imperialistas casi ignoraron la crisis. Los 350 millones de dólares prometidos por Estados Unidos es una miseria en comparación don loe cientos de miles de millones que se gastan en agresiones militares y los billones monopolizados por la oligarquía financiera y de las empresas.

So pretexto de proyectos humanitarios de construir clínicas para la ébola, las potencias mayores intensifican sus aventuras militares en sus excolonias. Estados Unidos envió más de tres mil soldados a Liberia, parte de su ambición de control hegemónico sobre la región, estableciendo en ese continente su Cuerpo Africano (AFRICOM, que ahora tiene su sede en Stuttgart, Alemania).

Similarmente, El Reino Unido anunció el miércoles 7 de octubre que enviará 750 soldados a su excolonia Sierra Leona, también en una mal llamada misión humanitaria.

La pobreza extrema que levanta las barreras a la ébola, es la resaca de los imperialismos yanqui, inglés, y francés en Liberia, Sierra Leona y Guinea. Estas naciones han sido siendo fuentes importantes de recursos para sus tiranos coloniales desde hace más de cien años.

Francia sometió a Guinea (1898-1958) y extrajo bananas, café, piñas [ananás], aceite de palma y maníes [cacahuates]. En la actualidad Guinea posee las más grandes reservas de bauxita (una cuarta parte de las reservas mundiales). Casi toda la bauxita sale de Guinea a refinerías de aluminio en otras partes del mundo. Ese mineral representa 60 por ciento de las exportaciones anuales del país.

Sierra Leona se originó con colonias de esclavos que habían sido puestos en libertad por Gran Bretaña durante la Revolución de Independencia norteamericana. Pisando los talones a la Conferencia de Berlín (1885) que fue máquina de la repartición de África, Gran Bretaña, con gran violencia, consolidó su control sobre toda Sierra Leona.

Se le otorga la independencia a Sierra Leona en 1961. Hoy en día es una fuente mayor de diamantes, el 46 por ciento de sus exportaciones en el 2008.

Libera fue fundada en 1822 como colonia de Estados Unidos para enviar a exesclavos y afroamericanos libres. Supuestamente independiente desde 1846, estuvo bajo el control de gobiernos en manos de una pequeña elite de poder hasta 1980.

El caucho y la madera dominan las exportaciones de Liberia. La Compañía Firestone es dueña de la plantación de caucho más grande del mundo allí desde 1926, cuando arrendó por 99 años más de 400 mil hectáreas.

Para mantener control, las mayores potencias imperialistas se han enroscado en una manga de guerras civiles que han despedazado el lugar. Sierra Leona y Liberia sufrieron sangrientísimas guerras civiles (1989-2003). Los combates crearon cientos de miles de refugiados, migración interna a la capital de Monrovia que produjo villas miseria como West Point, aislada en agosto del 2014, con una maniobra represiva y fútil de frenar la ébola en Monrovia.

Los intereses de lucro de las empresas y bancos decretan la política de los mayores Estados en estos países y en toda África. Sólo se fijan en la gran mayoría, empantanada en la pobreza, como fuente de mano de obra para sus minas y plantaciones.

El virus de ébola es muy fatal. La epidemia que barre a través de África occidental es un desastre social, y la culpa es de las principales potencias imperialistas.

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