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Perspectiva

Las causas políticas de la crisis electoral española

El parlamento sin ninguna mayoría que resultó las elecciones generales de este diciembre en España marca un nuevo hito en la desintegración de la tradicional burguesía política que ocupaba el poder en esta nación ibérica desde el estallido de la crisis económica mundial hace siete años.

El año 2015 comenzó con el colapso del partido socialdemócrata PASOK de Grecia y la llegada al poder de Syriza (Coalición de Izquierda Radical). Ese gobierno rápidamente repudió su plataforma antiausteridad y actualizó recortes sociales por decenas de miles de millones de euros. El año termina con un colapso similar de partidos que por décadas han estado en el gobierno, esta vez en España.

Después de Grecia, España es el país de Europa occidental donde la política de crisis y austeridad financiera ha creado la mayor devastación. A pesar de un leve repunte económico basado en bajísimos salarios, el capitalismo español agoniza. Luego de enormes recortes a presupuestos fiscales y programas sociales, el desempleo supera el 20 por ciento, con la mitad de todos los jóvenes desempleados. Esto ha creado una explosiva ira social contra la austeridad y la élite gobernante.

La votación del domingo 20 de diciembre resultó en un repudio popular de los dos partidos tradicionales, el gobernante, y conservador, Partido Popular (PP) y el Partido Socialista (PSOE), ambos se han turnado gobernando España desde que se derrumbó la dictadura fascista de Franco en 1977. Ambas partes han impuesto brutales medidas de austeridad desde el 2008. En las elecciones del 20 diciembre, los dos partidos juntos apenas recibieron la mitad de los votos. El voto restante se divide entre Podemos, el Partido Ciudadanos (de derecha) y grupos más pequeños incluyendo partidos regionalistas vascos y catalanes.

No existiendo ningún partido o posible coalición de partidos capaz de lograr una mayoría parlamentaria, se ha desatado una crisis, sin precedentes y prolongada. Los varios sectores intentan desesperadamente formar un nuevo gobierno o colocarse en la mejor posición en caso de que se convoquen a nuevas elecciones.

La cuestión principal para la clase obrera española en esta crisis nada tiene que ver con en las tácticas electorales de los partidos burgueses. Es de como intervenir de forma independiente y hacer valer sus propios intereses de clase. El desafío que encara es que la política de los partidos de la clase media adinerada mal llamados "de izquierda", como Podemos y su par griego Syriza, es, en realidad, a favor de la austeridad. El propósito político de esas corrientes es llenar el vacío dejado por el colapso de los viejos partidos socialdemócratas.

Podemos, al igual que Syriza, proclama que el colapso del sistema de dos partidos PSOE-PP y la creación de un sistema de cuatro partidos inestables en España allanará el camino para una nueva era en la que la clase política de repente accederá a las demandas de los votantes. El primer ministro griego y líder de Syriza, Alexis Tsipras, publicó un mensaje de apoyo a Podemos en Twitter: "La austeridad ha sido derrotado políticamente en España [al igual que en Grecia]".

Por su parte, Pablo Iglesias, líder de Podemos, dijo: "Hoy ha nacido una nueva España ", y procedió a echarle la culpa a Alemania y la Unión Europea por las medidas de austeridad impuestas por el PP y el PSOE. "Nuestro mensaje a Europa es claro", proclamó, "España nunca más será la periferia de Alemania. Vamos a trabajar con vistas a devolverle el significado de ‘soberanía’ a nuestro país".

Esto no es más que una cínica demagogia nacionalista diseñada para adormecer a la clase obrera para mantenerla bajo control.

En Grecia Syriza impone medidas de austeridad en vez de luchar en su contra. Podemos respaldó a Syriza en sus campañas electorales y defendió la implantación de austeridad en Grecia, diciendo que Syriza no tenía otra opción; no actuará diferentemente contra los trabajadores españoles. Si tiene éxito en controlar la lucha de la clase trabajadora contra la austeridad, es para darle tiempo a la burguesía para reagruparse y preparar una nueva ofensiva, en la cual Podemos jugará un papel importante.

El principal desafío que encaran los trabajadores y la juventud española es aprender las lecciones políticas y estratégicas de la llegada al poder de Syriza, el partido que sirvió de modelo para la formación de Podemos a principios del año pasado. Las promesas de Syriza de llevar a cabo una política de "izquierda" contra la austeridad han demostrado ser mentiras, solamente diseñadas para conquistar el poder. Una vez en el poder, su política se alineó con los intereses de los sectores de la clase media afluente que en verdad representa, incluyendo el bagazo del oficialismo estalinista "eurocomunista", de elementos pequeño burgueses griegos y del movimiento estudiantil que surgieron después del colapso de la junta militar griega en 1974.

Syriza nunca luchó para atraer el apoyo de la clase obrera europea contra las demandas de la Unión Europea de austeridad. Por el contrario, después de unas semanas de negociaciones con la Unión Europea, firmó un compromiso para defender el memorándum de austeridad. Cuando la Unión Europea exigió recortes adicionales en el verano, Tsipras organizó un referéndum sobre las exigencias de austeridad de la Unión Europea –que esperaba perder a fin de proporcionar un pretexto para renunciar y permitir que un gobierno de derecha tomara el poder e impusiera las exigencias de la Unión Europea.

Cuando la clase obrera desafío las amenazas de la Unión Europea y de los grandes medios de comunicación griegos y votó "no" a la austeridad de la Unión Europea, Tsipras repudió el voto. Para evitar que Berlín expulsara a Grecia de la eurozona, aceptó un nuevo y draconiano paquete de austeridad.

Más tarde, en una visita a Wall Street y la Clinton Global Initiative, Tsipras habló de sus política de libre empresa a favor de los inversores y prometió que "en pocos años Grecia se convertirá en un destino principal para la inversión extranjera", es decir, los banqueros se sentirán atraídos por la superexplotación del proletariado griego, como consecuencia de las medidas de Syriza.

Explicando las lecciones de la experiencia de Syriza, el Comité Internacional de la Cuarta Internacional escribió en su declaración del 13 de noviembre de 2015: “El único camino a seguir es por medio de una política genuinamente revolucionaria que movilice a la clase trabajadora a la lucha en Grecia y en el mundo. Esto exige un asalto directo a la clase capitalista, la confiscación de su riqueza, la posesión de los principales bancos y las fuerzas productivas, para así colocarlos bajo el control democrático del pueblo trabajador y la creación de estados obreros en toda Europa y el mundo. Tales luchas requieren la construcción de partidos marxistas que otorguen el liderazgo político a la clase trabajadora, en una lucha implacable contra partidos como Syriza".

Un partido de luche por los trabajadores en España puede surgir sólo en la lucha implacable contra Podemos. Formado por un grupo de profesores estalinistas de la Universidad Complutense de Madrid, con la ayuda de grupos de pseudo-izquierda tales como la Izquierda Anticapitalista, que había apoyado Syriza, Podemos combina consignas populistas en contra de la "casta" dirigente española, poniéndose del lado del patriotismo español, del ejército, y de la libre empresa.

El año pasado, en una entrevista con el canal financiero CNBC durante una visita a Nueva York, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, proclamó que su partido podría trabajar tanto con el PSOE o el PP, y declaró que el sistema de libre empresa era una "realidad". Tras el lanzamiento de una campaña de reclutamiento en el ejército este año, Podemos con orgullo anunció que presentaría al general Julio Rodríguez Fernández como candidato en la provincia de Zaragoza. Fernández encabezó la participación de España en las fuerzas del la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en la guerra de 2011 contra Libia.

Igual que Syriza, Podemos se convertirá en un rival implacable de la lucha para unificar a la clase trabajadora europea contra la guerra, la austeridad y la Unión Europea.

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