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Por una estrategia internacional para ganar la huelga de trabajadores de CAMI

El Boletín de los Trabajadores Automotrices del World Socialist Web Site llama a los obreros de Canadá, Estados Unidos y México a movilizarse en apoyo a la huelga de los 2800 trabajadores de GM Canadá de la planta de ensamblaje de CAMI en Ingersoll, al este de Londres, estado de Ontario.

Los trabajadores de CAMI han cerrado las líneas de montaje en una de las instalaciones más productivas y rentables del imperio manufacturero norteamericano de GM. Los trabajadores de la fábrica son sometidos a aceleraciones incesantes, trabajando tres turnos al día, seis días a la semana, para producir cada año 300 000 vehículos de utilidad deportiva Equinox, de gran venta y muy lucrativos para GM.

Esta es la primera huelga en CAMI en un cuarto de siglo y la primera en Canadá de uno de los fabricantes de automóviles con sede en Detroit desde que el sindicato Trabajadores Automotrices Canadienses (CAW, por sus siglas en inglés) organizó una breve huelga contra GM en 1996. La fábrica Ingersoll, que opera bajo un acuerdo laboral separado, se ha utilizado repetidamente para fijar las concesiones de referencia para extorsionar así a los trabajadores de todas fábricas de las tres grandes compañías automotrices de Detroit.

Los trabajadores de CAMI han dicho basta con las aceleraciones, el sistema de salarios escalonado, la expansión de trabajos temporales y el asalto corporativo a los empleos. Desde el fracaso financiero y la reestructuración de GM en el 2008-09, los trabajadores automotrices de toda América del Norte han visto cómo sus niveles de vida siguen cayendo en picada, al mismo tiempo que GM ha acumulado una fortuna de 22 000 millones de dólares y les ha repartido miles de millones de dividendos y recomprado las acciones de sus principales inversionistas y ejecutivos.

Pero los trabajadores de CAMI no pueden luchar por si solos contra este gigante corporativo. La compañía ya está haciendo planes para acelerar la producción en otras fábricas de Canadá, Estados Unidos y México para compensar el impacto de la huelga. GM tiene el respaldo de todos los medios de comunicación controlados por las corporaciones y los partidos de las grandes empresas, ya sean los liberales, los conservadores y el NDP en Canadá o los demócratas y republicanos en los Estados Unidos.

Mientras que los trabajadores de CAMI se enfrentan a enemigos considerables, sus aliados potenciales son mucho más poderosos. A través de Canadá, Estados Unidos y el mundo, decenas de millones de trabajadores están cansados de los constantes recortes de salarios y beneficios, de la austeridad del gobierno y del despilfarro de miles de millones de dólares en la guerra. A medida que comienza la huelga de CAMI, las luchas de masas contra las "reformas" antiobreras del primer ministro Emmanuel Macron están arrasando en Francia. En los últimos años, los trabajadores automotrices han montado luchas decididas y han desafiado los contratos sindicales entreguistas en México, China, India, Estados Unidos y más recientemente en Corea, Serbia y Eslovaquia.

Sin embargo, debe hacerse una advertencia. Los funcionarios de Unifor han dejado claro que quieren concluir la huelga lo antes posible. No tienen la intención de expandir la lucha a otras instalaciones canadienses de GM, mucho menos a la industria automotriz del resto de América del Norte, y se oponen totalmente a convertir la lucha de los trabajadores del CAMI en la punta de lanza de una contraofensiva de la clase trabajadora.

GM Canadá emitió una declaración expresando su decepción porque no pudieron llegar a un acuerdo con "nuestros socios de Unifor". Instaron a los funcionarios de Unifor a reanudar las negociaciones "para continuar trabajando juntos para lograr un acuerdo competitivo".

La referencia de los patrones de GM a sus "socios de Unifor" es absolutamente precisa. Unifor y su predecesor del CAW han pasado las últimas tres décadas ayudando a la compañía a recortar los costos laborales en nombre de hacer que GM y los otros fabricantes de automóviles sean "más competitivos".

En comentarios a los medios de comunicación el lunes, el presidente del local sindical 88, Mike Van Boekel, dijo que Unifor enviará a los trabajadores de vuelta a trabajar incluso antes de que tengan la oportunidad de revisar y votar sobre cualquier acuerdo alcanzado con la gerencia. "Pienso", dijo van Boekel, "si llegamos a un acuerdo tentativo a mediados de semana, volveremos al trabajo al día siguiente y luego votaremos ese domingo todos, al menos, empezarán a ganar algo de dinero".

Unifor está centrando la lucha en CAMI en ganar “garantías” que no valen nada en absoluto de productos e inversiones de GM, igual que lo hizo en las negociaciones del año pasado con las tres grandes compañías de Detroit. A cambio de promesas en el papel que los patrones de la industria pueden renegar al instante en que digan que las "condiciones del mercado" han cambiado, Unifor acordó continuar el odiado sistema de dos escalones, la eliminación de beneficios jubilatorios definidos para los nuevos empleados y escasos aumentos salariales después de una congelación salarial de 10 años).

Van Boekel ha dejado en claro que la demanda de Unifor GM de reconocer la fábrica de Ingersoll como el "productor principal" del Equinox será utilizada de manera similar para justificar la capitulación del sindicato ante las demandas concesionarias de GM. "Podemos gritar todo lo que queremos", dijo van Boekel, "pero si las fábricas están vacías, no hay nada que ganar.... Antes del dinero, antes de la hablada, tenemos que garantizar que nuestros puestos de trabajo existan y que podamos apoyar a nuestras familias".

De hecho, las concesiones continuas entregadas por Unifor y el CAW anteriormente nunca han salvado un solo trabajo. Después de una década de salarios congelados y otras concesiones, se ha vuelto cada vez más imposible que los trabajadores apoyen a sus familias.

Unifor también afirma que los trabajadores canadienses pueden defender sus empleos apelando al gobierno de Trudeau y al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para renegociar. El presidente de Unifor, Jerry Dias, se ha reunido repetidamente con el secretario de Comercio de Trump, Wilbur Ross, un multimillonario como Trump, y un expatrón en las industrias de acero, autopartes y carbón. ¿Realmente algún trabajador cree que estos parásitos corporativos pretenden defender los derechos de los trabajadores?

La afirmación de que los trabajadores y los ejecutivos automovilísticos tienen el mismo "interés nacional" se ha utilizado durante mucho tiempo para suprimir la resistencia de los trabajadores y amarrar su destino a la incesante campaña de lucro. Cuando el CAW se separó del sindicato Trabajadores Automotrices Unidos (UAW) en 1986, los líderes del CAW como Bob White afirmaron que un dólar desvalorado y Medicare le darían a Canadá una ventaja competitiva y que les asegurarían puestos a los trabajadores. Al final, esta visión nacionalista, retrógrada y políticamente procapitalista allanó el camino para decenas de miles de despidos y concesiones innumerables.

Durante las últimas tres décadas, los sindicatos de ambos lados de la frontera han dividido sistemáticamente a los trabajadores, ayudando a los fabricantes de automóviles a coaccionar a los trabajadores y atraparlos en una carrera hacia el fondo. El verdadero significado de la "asociación" de los sindicatos se puede ver en las revelaciones de que los altos funcionarios del UAW recibieron millones de dólares en sobornos para asegurar acuerdos entreguistas con Fiat Chrysler.

El enemigo de los trabajadores canadienses no son los trabajadores en México, EUA ni cualquier otro lugar. Son las compañías globales de automóviles y los banqueros de Wall Street y Bay Street.

Los funcionarios de Unifor han tratado de silenciar la oposición y calificar de desleal todo disentimiento hacia su colaboración con la gerencia. Sin embargo, para no perder esta lucha, los trabajadores deben quitarle las riendas de la huelga de las manos de Unifor.

El Boletín de Trabadores Automotrices del WSWS insta a los trabajadores de CAMI a votar por comités de base, dirigidos por los trabajadores más militantes y abnegados. Estos comités deben formular sus propias demandas — incluyendo la recontratación de todos los trabajadores despedidos, la eliminación del odiado sistema de salarios y prestaciones escalonadas y las horas extras forzadas, y un inmediato aumento salarial del 30 por ciento.

Los trabajadores deben bloquear todos los esfuerzos para concluir la huelga e imponer un acuerdo entreguista, y luchar por extender la lucha por toda la industria automotriz canadiense, estadounidense y mexicana.

La lucha industrial de la clase obrera debe combinarse con una nueva estrategia política que incluya una ruptura con todos los partidos capitalistas y la construcción de un movimiento político socialista de masas destinado a transformar a las gigantescas empresas automotrices y bancos en empresas de propiedad pública y que también incluya la reorganización de la economía para satisfacer la necesidad humana, no las ganancias privadas.

El WSWS ofrecerá a los trabajadores de CAMI toda la asistencia posible en esta batalla crítica.

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