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El ministro de Finanzas alemán saliente advierte sobre burbujas financieras

El ministro de Finanzas alemán saliente, Wolfgang Schäuble, advirtió que las políticas de los principales bancos centrales del mundo han creado el peligro de una nueva crisis financiera debido a la formación de burbujas especulativas en el sistema.

Expresó sus preocupaciones en una entrevista con el Financial Times, publicada el lunes, al abandonar su cargo como ministro de Finanzas del país tras ocho años para asumir la presidencia del Parlamento alemán.

Schäuble, que ha sido uno de los principales arquitectos de las medidas de austeridad que han devastado las condiciones de los trabajadores, pensionistas y jóvenes en Grecia, junto con otros países europeos, dijo al periódico que se oponía al término (austeridad), diciendo que era una forma anglosajona de describir una "política financiera sólida".

"El FMI y otros coinciden con nosotros en que estamos en peligro de fomentar la formación de nuevas burbujas. No tenemos idea de dónde ocurrirá la próxima crisis, pero los economistas de todo el mundo están preocupados por el aumento de los riesgos derivados de la acumulación de más y más liquidez y del crecimiento de la deuda pública y privada. Y yo también estoy preocupado por esto", dijo.

Estas afirmaciones representan una admisión contundente en dos sentidos. Primero, que se producirá otra crisis, con consecuencias potencialmente más devastadoras que en 2008, revelando que los gobiernos y bancos centrales no han hecho nada para superar las condiciones que llevaron al colapso hace una década. Y en segundo lugar, que "no tienen idea" de cómo y cuándo puede ocurrir, y mucho menos que hayan puesto en marcha las medidas para evitarlo.

Schäuble, cuyas opiniones reflejan las de los sectores clave del capital financiero alemán, también alertó que habían riesgos de estabilidad en la zona euro como resultado de grandes cantidades de préstamos morosos en poder de los principales bancos.

Sus advertencias sobre los peligros de una burbuja financiera se hacen eco de las del director ejecutivo del Deutsche Bank, John Cryan. En un discurso del mes pasado, Cryan advirtió sobre las "señales de burbujas financieras en más y más partes del mercado de capitales donde no las esperábamos". Pidió poner fin a la "era de dinero barato", diciendo que estaba causando "trastornos cada vez mayores".

Como resultado de sus políticas de relajación cuantitativa desde 2008, los cuatro principales bancos del mundo —la Reserva Federal de EE.UU., el Banco Central Europeo, el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra— ahora poseen US$ 14 billones de activos financieros. Esto se compara con sus tenencias de bonos de US$ 6 billones antes de la crisis financiera. La Reserva Federal aumentó sus tenencias de alrededor de US$ 800 mil millones a US$ 4,5 billones.

La Reserva Federal terminó la facilitación cuantitativa y anunció que comenzará a reducir sus tenencias de activos por la suma de US$ 100 mil millones al mes desde el comienzo del próximo año. Pero las tasas de interés se mantienen en niveles históricamente bajos y la reducción mensual en las tenencias es pequeña en comparación con las tenencias totales. Al anunciar la decisión el mes pasado, Janet Yellen, presidenta de la Reserva Federal, enfatizó que no quería provocar ningún movimiento "desproporcionado" en los mercados financieros como resultado de la nueva política.

Con un programa actual que terminará en diciembre, el Banco Central Europeo (BCE) todavía tiene que indicar cómo reducirá su compra de activos financieros. Actualmente tiene € 2,3 billones en su balance general.

La justificación oficial de la política del BCE es que era necesario elevar la inflación cerca, aunque debajo, del 2 por ciento. Sin embargo, hay indicios de que las compras de activos se pueden extender hasta 2018, posiblemente a una tasa inferior, porque la inflación todavía está estancada en alrededor del 1,5 por ciento e incluso puede bajar más.

Las actas de la reunión de septiembre del BCE, publicadas a principios de mes, indicaron que el banco central podía seguir siendo una fuerza activa en los mercados de bonos europeos por más tiempo del que se esperaba. Según las actas, los miembros del consejo de gobierno del BCE expresaron el deseo de "mantener flexibles las condiciones monetarias en el área de 19 miembros y consolidar la recuperación económica de la región".

Analistas de la corporación financiera ING han denominado a la próxima reunión del BCE, agendada para el 26 de octubre, como "probablemente uno de los mayores actos de equilibrio" en la historia del banco central.

El BCE tendría que anunciar algún tipo de reducción en el programa de compra de bonos y, al mismo tiempo, "tendrá que evitar que los mercados interpreten el anuncio como excesivamente duro, conduciendo a un endurecimiento prematuro de las condiciones financieras", escribieron.

Por ahora, en su política oficial, el BCE está atrapado en una contradicción. Por un lado, la limitada recuperación económica en la eurozona apunta a un recorte en el nivel de apoyo financiero que está proporcionando. Pero, por otro lado, el aumento del valor del euro está empujando a la inflación por debajo de la tasa objetivo del banco debido al abaratamiento de las importaciones.

El mayor peligro de una burbuja financiera parece estar, en este momento, en el mercado de valores. El mercado de EE.UU. sigue cotizando a cifras récord, mientras que los mercados de Japón y Europa también han levantado.

El jueves de la semana pasada, el índice S&P 500 cerró en su sexto récord diario consecutivo, su racha más larga desde 1997, durante el boom de las puntocom. Pero a pesar de las advertencias de que los valores están históricamente sobrevaluados —las valoraciones fueron más altas sólo en 1929 y en el período previo al colapso de la burbuja de las puntocom, según el economista Robert Shiller— el mercado sigue subiendo.

El estado de ánimo fue resumido por un analista financiero, citado por el Wall Street Journal. Comparó la situación con 1996, cuando el presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, señaló una "exuberancia irracional", pero el mercado siguió subiendo durante los siguientes tres años.

La semana pasada, la página web financiera MarketWatch informó que el mercado parecía estar en una "etapa de derretimiento", impulsada por un crédito excesivo y por una "Reserva Federal tímida", reacia a elevar las tasas de interés.

Definió el derretimiento como un aumento "dramático e inesperado" en una clase de activo "impulsado en parte por una estampida de inversores que no quieren perderse en el aumento en lugar de por mejoras en los fundamentos".

Esto recuerda sobre todo al comentario famoso del ex director ejecutivo de Citigroup, Chuck Prince, que señaló en julio de 2007: "Cuando se detenga la música, en términos de liquidez, las cosas se pondrán complicadas. Pero mientras siga sonando la música, hay que pararse y bailar".

Si bien en ese momento habían señales de una gran crisis en formación, el boom financiero continuó. Pero condujo a la mayor crisis económica y financiera desde la Gran Depresión. Las condiciones actuales, en que los mercados en alza no se alimentan de un crecimiento en la economía real sino de dinero ultra barato, apuntan en la misma dirección.