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Oponente derechista de la UE gana las elecciones parlamentarias checas

Después de las elecciones en Alemania y Austria, las elecciones parlamentarias del domingo en la República Checa también han resultado en un fuerte giro hacia la derecha. La Alianza de Ciudadanos Descontentos (ANO) del multimillonario Andre Babiš, conocido como el “Trump checo”, aseguró una victoria cercana al 30 por ciento del voto.

En total, nueve partidos tendrán representación en el nuevo parlamento. Mucho más lejos en el segundo lugar se encuentra el conservador Ciudadanos Demócratas (ODS, siglas en checo) con 11,3 por ciento del voto. El Partido Social Democrático (CSSD, siglas en checo) del oficialista primer ministro Bohuslav Sobotka, el cual ha dominado la política checa junto con el ODS desde 1990, fue decimado y sólo ganó 7,3 por ciento.

El CSSD terminó sexto, detrás del recientemente formado Partido Pirata (10,8 por ciento), el partido extremista de derecha Democracia Directa y Libertad (SPD, siglas en checó) del hombre de negocios checo-japonés Tomio Okamura (10,6 por ciento) y el ortodoxo estalinista Partido Comunista (7,8 por ciento). Para el CSSD, el cual está dividido en tres facciones, esto podría significar el fin del partido.

El resultado expresa el amplio abismo entre la población y los partidos del establishment. Como en las últimas elecciones, el número de votantes fue tan sólo 60 por ciento. 28 años después de la denominada revolución de terciopelo, el cual planteó las bases para la reintroducción del capitalismo, la abrumadora mayoría de la población ha perdido toda la confianza en las instituciones democráticas burguesas del país. Casi 60 por ciento de los votantes apoyaron a partidos populistas o de protesta.

Los medios occidentales han tomado nota que “el país le está yendo mejor que en cualquier otro momento de su pasado reciente”. Según el Süddeutsche Zeitung, el desempleo está “alrededor del 3 por ciento más bajo de la completa Unión Europea, las tasas de crecimiento se encuentran entre las más altas, y los salarios continúan creciendo cada vez más fuertemente”. Y aún así todo esto solamente remarca qué tan alejados están los medios y la política oficial de la realidad social.

Aunque la República Checa tiene fronteras directas con Alemania y Austria, los salarios promedios checos son menos que el tercio del salario promedio en esos países vecinos, además de que los precios son comparables a los niveles en Europa Occidental. El salario mínimo ha sido 66 coronas (€2.44) desde enero. En la industria textil, el cual ha crecido rápidamente, los salarios son a veces menos que el salario mínimo legal de €407. Se han desatado huelgas en varios sectores recientemente debido a ello.

Sin embargo, el enojo reprimido no encuentra ninguna salida progresiva. Los partidos del establishment son vistos como corruptos debido a una serie de escándalos. Oligarcas adinerados, enfocados ante todo en enriquecerse a sí mismos, los dirigen detrás de escenas. Muchos culpan a la Unión Europea por las pobres condiciones sociales. Tan sólo el 29 por ciento de la población piensa que la UE es algo bueno. Y aunque la República Checa tiene todos los requerimientos, el 85 por ciento se opone a la introducción del euro.

Bajo estas condiciones, partidos derechistas han sido capaces de expandir su influencia con eslóganes contra la corrupción, la UE y contra los refugiados, a pesar de que casi no los hay en el país.

Babiš, el ganador de las elecciones, polemizó contra los partidos del establishment y la UE. Afirmó no ser un político y declaró que conduciría al país al éxito como una corporación privada. Prometió recortes de impuestos, botar a políticos corruptos fuera del país y sellar las fronteras de Europa para que ni un solo refugiado sea aceptado en la República Checa.

Babiš, sin embargo, encarna más que nadie más la cleptocracia que ha saqueado al país desde la reintroducción del capitalismo. Él es un multimillonario y es considerado ser el segundo hombre más rico de la República Checa. Miembro del Partido Comunista desde 1978, él usó sus conexiones después de la restauración capitalista para privatizar secciones de la propiedad estatizada en sus propias manos.

Forbes Magazine estimó que su patrimonio total está alrededor de los $4 mil millones, Él posee un conglomerado de más de 250 firmas en 18 países con 34.000 empleados en los sectores químico, agrícola y alimenticio. Junto a esto, él posee un imperio mediático que desplegó contra sus oponentes en las elecciones. Posee tres diarios: Mladá fronta Dnes, Lidové noviny, y Metro, el canal de radio Radio Impuls, y los periódicos Tema y 5 plus 2.

ANO ya se había vuelto el segundo partido más grande hace cuatro años con el 18,7 por ciento del voto, entonces entró al gobierno como el compañero menor de los Social Demócratas. Babiš se volvió vice primer ministro y ministro de finanzas y continuó expandiendo su riqueza. Él fue obligado a renunciar en Mayo cuando fue acusado de fraude de impuestos. Desde entonces fue acusado. Se sospecha que él fue también un espía para el servicio de inteligencia comunista, lo cual impediría que tenga un alto puesto en el gobierno.

La formación de un Nuevo gobierno será muy difícil. Será prácticamente imposible hacerlo sin ANO, pero para ANO también será difícil encontrar compañeros de coalición. Una continuación del previo gobierno con los socialdemócratas y el derechista KDU-ČSL sería matemáticamente posible, pero esta vez bajo el liderazgo de ANO. Sin embargo, esto sería problemático dado la crisis de los Social Demócratas.

Una coalición entre ANO y el conservador ODS también disfrutaría de una pequeña mayoría pero es considerado políticamente improbable.

Una coalición entre ANO y el extremista de derecha SPD también está siendo discutida. Tal alianza mantendría 100 de los 200 puestos, pero sería tolerado por el ultranacionalista Partido Comunista.

El SPD, dirigido por la ex estrella de televisión realidad Okamura, enfocó su campaña entera en eslóganes contra refugiados, musulmanes y la UE. Okamura, 45 años de edad, hizo un llamado para abandonar la UE. Él comparó al Islam con los nazis, afirmó que no es una religión sino una “ideología maléfica” y exigió que sea prohibida. Pidió “tolerancia cero” hacia extranjeros y urgió a las personas que dejen de comprar döner kebabs. De manera provocativa, hizo una caminata en frente de mezquitas con cerdos y pidió que sean demolidas.

En contraste, los Piratas, que recibieron votos sobre todo por parte de gente joven, no son vistos como un potencial compañero de coalición. El partido hizo una campaña sin ningún programa real, protestando contra la rampante corrupción y exigiendo la legalización de la marihuana.

Todos los partidos acordaron fortalecer el aparato del estado nacional e internacionalmente. La República Checa planea expandir de manera considerable su ejército. En los próximos cinco a siete años, el número de personal militar aumentará de 23.000 a 30.000 y el presupuesto de defensa incrementará a 1,4 por ciento del PBI, como así lo anunció el saliente Ministro de Defensa Martin Stropnicky en julio. El ejército ya ha hecho un incremento de 1300 en su personal en el 2016. Todos los partidos quieren satisfacer las demandas de EE.UU. y la OTÁN de que el gasto de defensa sea aumentado al 2 por ciento del PBI.

El auge de la derecha es sintomático de un desarrollo por toda Europa e intensificará las contradicciones dentro de la UE. Gobiernos de ultraderecha mantienen poder en Polonia y Hungaria, y el Partido del Pueblo, un partido abiertamente fascista, está expandiendo su influencia en Slovakia y cada vez más tiene al primer ministro Robert Fico bajo su control. Partidos extremistas de derecha por lo tanto tienen influencia considerable en todos los estados en Visegrado.

El entrante canciller de Austria Sebastian Kurz, quién ganase las elecciones con una campaña xenofóbica y está buscando una coalición con el extremista de derecha Partido de la Libertad (FPÖ, siglas en alemán), está encaminado en una dirección similar. Babiš ya lo ha descrito como un aliado para una estricta política anti-refugiados.

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