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Trabajo temporario en la era de retiro

El programa Campforce de Amazon explota a trabajadores de edad avanzada

Por todo Estados Unidos, miles de trabajadores que viven en casas móviles —muchos de ellos de cincuenta, sesenta y setenta años de edad— han iniciado empleos temporarios rigurosos de largos meses en las instalaciones de Amazon como parte del programa “CamperForce” de la compañía. Lanzada en el 2008, CamperForce se enfoca a la creciente población de trabajadores migrantes de edad avanzada que se ven obligados a vivir en casas móviles después de perder sus hogares, retiros y ahorros de toda la vida en la crisis hipotecaria del 2008 y la consiguiente recesión económica.

Actualmente, Amazon está aceptando solicitudes de posiciones en CamperForce en Shephardsville y Hebron, Kentucky, con salarios de US$11 por hora “hasta US$11,50” por hora, respectivamente. Ambas solicitudes afirman: “Los asociados también tendrán derecho, durante el período de empleo, a tiempo fuera remunerado, médicos y otros beneficios laborales que la compañía pueda ofrecer de vez en cuando, sujetos a requerimientos de idoneidad aplicables”.

Los salarios de pobreza, los miserables beneficios que la compañía “pueda ofrecer” y las condiciones de trabajo y vida altamente inestables con las que se confrontan estos trabajadores desenmascaran la mentira de que ha habido una “recuperación” económica para la amplia mayoría de la población estadounidense. Estudios recientes han encontrado que todo el crecimiento de empleos en EUA entre el 2005 y el 2015 proviene de trabajadores en agencias de empleos temporarios, trabajadores de turno, trabajadores contratados por obra y servicio y los denominados trabajadores autónomos. Esta sub-clase de trabajadores altamente explotados y desechables se ha vuelto un pilar para compañías como Amazon, la cual anunció el mes pasado que tiene como intención contratar una cifra estimada de 120.000 trabajadores temporarios para su venidera temporada de ventas altas por las festividades.

Entre los de avanzada edad, el 2008 tuvo un impacto devastador: miles de personas perdieron sus hogares y los ahorros de su vida como parte del colapso del mercado de hipotecas de baja calidad. La desigualdad entre los ancianos adinerados y los de bajos ingresos en los EUA ha crecido firmemente, al punto de que la brecha es ahora mayor que en todos los países de las naciones miembros de la OECD con excepción de dos: Chile y México.

Este crecimiento de la desigualdad ha conducido directamente al declive de la esperanza de vida entre los ancianos, como ha sido documentado en la escala anual de mejoras de mortalidad de la Sociedad de Actuarios, el cual ha encontrado que la esperanza de vida para hombres y mujeres de 65 años declinó de 85,8 y 87,8 años a 85,6 y 87,6 años respectivamente entre el 2014 y el 2015, la primera disminución de año a año desde el 2005.

La Oficina de Estadísticas Laborales estima que el 12 por ciento de aquellos que tienen 70 o más años aún trabajan, comparado con el 6,7 por ciento en 1985; mientras que el AARP reporta que el 80 por ciento de la generación “Baby Boomers” espera continuar trabajando después de la jubilación si fuese necesario.

En su reciente libro, Nomadland: Surviving America in the Twenty-First Century (“Tierra Nómade: Sobreviviendo a los EUA en el siglo veintiuno”), la autora Jessica Bruder detalla las experiencias de variados trabajadores que han escogido o han sido obligados a abandonar sus hogares tradicionales y vivir sus vidas en casas móviles o los llamados “vehículos recreacionales” (conocidos como RVs en inglés).

Bruder dedica un capítulo de su libro a la difícil situación de los trabajadores CamperForce y el papel que Amazon juega explotando este segmento de la fuerza laboral. Este capítulo detalla las vidas de Chuck y Barb Stout, ahora de 73 y 60 años, respectivamente.

Tanto Chuck como Barb fueron devastados por el colapso financiero de 2008, perdiendo sus hogares y los ahorros de sus vidas, y fueron obligados a comprar un RV al hermano de Barb por US$500. Ellos se volvieron trabajadores migrantes, siguiendo el camino de trabajos temporarios por diferentes partes del país y viviendo de cheque en cheque.

A mitad de la primera década del 2000, a medida que Amazon expandía su negocio en un mercado online que abarcaba todo, la compañía estableció su red de almacenes y centros de distribución para guardar su inmensa variedad de mercadería. Cada año que pasaba, resultaron estar desprevenidos por el crecimiento anual en ventas con respecto al Cyber Monday y las fiestas de Navidad, lo que se llegó a conocer como la “temporada alta”.

De esta forma, en medio de la crisis hipotecaria del 2008, Amazon intentó contratar a un equipo de trabajadores que migraban en sus RVs para trabajar en una instalación en Coffeyville, Kansas. Este proyecto resultó ser exitoso, así que el año siguiente la compañía expandió este programa a almacenes en Campbellsville, Kentucky y Fernley, Nevada, y desde entonces se han expandido por más de una docena de estados por todo Estados Unidos.

Como parte del programa CamperForce, Amazon contrata a trabajadores en contratos temporarios desde comienzos de octubre hasta el 23 de diciembre, pagándoles casi sueldos mínimos mientras cubre los gastos de quedarse en el parque para RVs, excepto por el coste del propano. En entradas de blogs, algunos trabajadores que han pasado por la experiencia comparan esos campos de trabajo con los barrios de chabolas Hooverville de la Gran Depresión.

La compañía tiene en la mira a trabajadores más viejos, de quienes cree que tienen una ética laboral más fuerte que la de sus contrapartes más jóvenes. Bruder reporta que Kelly Calmes, un representante de CamperForce, declara en el seminario online de reclutamiento: “Tenemos a trabajadores de ochenta y pico años de edad que nos hacen un trabajo fenomenal (…) Ustedes ya tienen una vida de trabajo. Entienden lo que este es”.

Como todos los trabajadores en los almacenes de Amazon, los trabajadores de CamperForce mayormente ancianos son obligados a trabajar bajo condiciones de fábricas explotadoras, en las que usualmente caminan hasta 20 kilómetros por día dentro del almacén.

Barb y Chuck comenzaron su primer empleo en CamperForce en Fernley, Nevada, en el 2013. En su libro, Bruder reporta que “Chuck y Barb encontraron que tenían un montón en común con sus colegas de trabajo, todos venían de todos los rincones de los Estados Unidos. Muchos habían visto que sus ahorros habían desaparecido en el mercado de acciones o habían perdido sus hogares en desahucios. Otros habían visto a sus negocios caer en bancarrota o habían luchado contra el desempleo y la vejez. Un número mayor se dedicaba a vivir en RVs por tiempo completo o en furgonetas porque ya no podían comprar una casa tradicional, lo que ellos llamaban ‘palos y ladrillos’. Ellos hablaban sobre cómo la Seguridad Social no era suficiente para cubrir las necesidades básicas y sobre el yugo de la deuda desde cada fuente imaginable: facturas médicas, tarjetas de crédito rebasadas de su límite e incluso préstamos estudiantiles”.

Bruder nota que “en días libres, varios de los colegas de Barb y Chuck estaban demasiado exhaustos para hacer algo que no sea dormir, comer y hacer la colada (…) A medida que la temporada continuaba, surgían quejas de fascitis plantar, tendinitis y repetitivas heridas por estrés, incluyendo una condición llamada ‘dedo de gatillo’, el cual proviene de usar con la mano una pistola escáner una y otra vez”.

Ante estos y otros malestares, el único apoyo médico otorgado por Amazon implica estaciones de primeros auxilios básicas con “analgésicos gratis o genéricos ofrecidos en el almacén”.

Los Stout continuaron trabajando para CamperForce las dos siguientes temporadas altas, incluyendo en un almacén en Haslet, Texas, en el 2015, en aquel entonces Chuck tenía 71 y Barb 58. Esta vez, tenían que acampar a 54km de la instalación y estaban obligados, debido al tráfico, a despertarse a las 4AM para llegar a su turno que comenzaba a las 6AM. “Salíamos a trabajar en la oscuridad y regresábamos a casa en la oscuridad”, Chuck le dijo a Bruder.

En Haslet, Chuck trabajó como una “araña de agua”, una posición similar a la de un conserje. Bruder escribe: “Estaba en movimiento constante, caminaba 24km por turno, pausando solamente en raras ocasiones. Una de esas veces fue cuando una caja se cayó de una cinta transportadora y el golpe lo dejó en el suelo. El sonido de su cabeza chocando con el piso de concreto fue aterradoramente fuerte; en un instante, fue rodeado por sus preocupados colegas y un médico de Amazon. El médico levantó un dedo, le pidió a Chuck que lo mirara a medida que lo traía de vuelta y hacia adelante. Pronto tenía buenas noticias: Chuck no había sufrido una conmoción cerebral, así que volvió al trabajo. (Amazon declinó comentar sobre el incidente)”.

Mientras los Stout y miles de otros trabajadores de la tercera edad son obligados a pasar sus años dorados trabajando y em la dureza económica, el estrato social de banqueros y estafadores de Wall Street responsables de su pobreza ha amasado riquezas inimaginables desde el 2008. Tan sólo durante el año pasado, la riqueza de los multimillonarios del mundo se incrementó un 17 por ciento o casi un US$1 billón, superando un total de US$6 billones.

El ejecutivo principal de 53 años de Amazon Jeff Bezos encarna el proceso de redistribución de la riqueza que viene teniendo lugar desde el 2008: Bezos ha acumulado casi todos sus US$94,6 mil millones estimados desde la crisis financiera del 2008. Al enfocarse en regiones socialmente devastadas y de bajos ingresos como los locales primordiales para sus inmensos almacenes, Amazon ha emergido de las ruinas de la crisis económica como el preeminente gigante de ventas al por menor online y la fuente más grande de todo el crecimiento mundial de ventas al por menor.

A medida que miles de trabajadores temporarios de temporada en CampForce y en otros sitios se unen a las filas de la fuerza laboral de fin de año de Amazon, su trabajo está impulsando los valores de las acciones de la compañía en una alza sin precedentes.

El mes pasado, Bezos se volvió la persona más rica en el mundo luego de que amasara US$10,4 mil millones en un solo día luego de un boom en el mercado de acciones de Amazon. Desde el colapso del 2008, su riqueza ha crecido en más de US$85 mil millones, dinero suficiente para acabar con la falta de vivienda en los EUA y otorgar servicios de agua y saneamiento a toda la población mundial.

Si la riqueza total de Bezos se dividiera entre todos los 120,000 trabajadores temporarios de Amazon de esta temporada, cada uno recibiría un bono de US$788.333 más que suficiente para comprar una buena casa y vivir el resto de sus vidas en un retiro confortable.

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