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Perspectiva

El ataque estatal contra los estudiantes universitarios en Estados Unidos

La Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó este jueves un proyecto de ley fiscal cuyo carácter reaccionario y antiobrero no cuenta con un precedente moderno. Le regalará aproximadamente $1,5 billones en recortes de impuestos a las empresas y a los más ricos del país, en parte a través de un aumento en los déficits fiscales, que a su vez minarán garantías sociales como el seguro social y el programa de atención médica para adultos mayores, Medicare, y en parte a través de aumentos en los impuestos de personas de clase trabajadora y media.

Entre los recortes más bruscos, se encuentra una desinversión en los jóvenes en la estela de sus vidas productivas, aquellos en universidades comunitarias y otras universidades y programas de posgrado. Estos jóvenes ya están enfrentando un futuro de deudas estudiantiles inmensas y probablemente impagables. Más de 44 millones de estadounidenses tienen deudas estudiantes, que suman $1,4 billones, una cantidad mayor a toda la deuda en tarjetas de crédito o la deuda en automóviles.

Pronto, las deudas estudiantiles competirán con el total de préstamos hipotecarios. El tiempo promedio que le toma a un estudiante pagar su deuda está alcanzando los 20 años, mientras que más de 3000 personas incumplen con el pago de su deuda cada día.

De ser aprobado por el Senado y promulgado por el presidente Donald Trump, el plan fiscal de la mayoría de la cámara baja empeoraría dramáticamente las condiciones de vida de millones de jóvenes y adultos jóvenes que ya están teniendo graves dificultades. La legislación aumentaría el gasto total de los estudios terciarios en $65 000 millones durante los próximos diez años, según un estimado de la organización American Council on Education (ACE).

El proyecto de ley elimina deducciones fiscales por los pagos de intereses de préstamos estudiantiles, que les ahorran $625 a aquellos con préstamos estudiantiles que ganan menos de $65 000 al año o a parejas casadas que ganan menos de $130 000. En el 2015, más de 12 millones de personas entregaron sus declaraciones de impuestos con dichas deducciones.

Además, la legislación requiere que las exenciones de matrícula, que 145 000 estudiantes de posgrado reciben a cambio de trabajar en la universidad, frecuentemente como asistentes de profesores, sean gravadas como ingresos. En las universidades con matrículas caras, este cargo podría ser equivalente a dos o tres veces la remuneración que reciben los estudiantes de posgrado por su trabajo. El resultado será que un gran número de estudiantes de posgrado verán sus impuestos subir hasta 400 por ciento, según el ACE.

Este cambió hará que un gran número de estudiantes de posgrado tengan que dejar la universidad y hará prácticamente imposible que estudiantes de clase trabajadora o de ingresos bajos reciban una maestría o un doctorado, ni hablar de un grado de medicina o derecho, los cuales son más caros. También afectará a los empleados de dichas instituciones que reciban descuentos o una matrícula gratis si sus hijos estudian en la universidad que trabajan. Estos trabajadores también que tendrán que pagar impuestos sobre la renta en sus exenciones de matrícula, como si fuese parte de su cheque.

El voto de la cámara de representantes sigue una serie de acciones administrativas y propuestas presupuestarias de la Administración Trump que parecen haber sido motivadas por una venganza hacia estudiantes universitarios y sus familias:

  • El programa de condonación de deudas por servicio público, establecido en el 2006 para limitar la carga de deuda en los estudiantes que optaron por empleos de servicio público con un salario bajo, está haciendo finalizado y están descalificando administrativamente a la mitad de los aplicantes del programa ambiente, según un reporte. Las propuestas presupuestarias de Trump eliminan el programa enteramente para julio del 2018.
  • El presupuesto de Trump también incluye la disposición para eliminar enteramente el préstamo subsidiado Stafford el cual les ha permitido tradicionalmente a los estudiantes no tener que pagar mientras estén inscritos en una universidad y cuya tasa de interés es relativamente menor.
  • En general, el Gobierno de Trump propone recortar $9000 millones de sus gastos en educación para el año fiscal 2018 incluyendo $3900 millones de fondos de los subsidios llamados Pell Grants y una reducción de los subsidios para las guarderías para estudiantes que tengan hijos.
  • Trump ha nombrado a Julian Schmoke, un exadministrador de la universidad con fines de lucro DeVry, como titular de la unidad antifraudes del Departamento de Educación. Casi 2000 estudiantes de DeVry emitieron reclamaciones por “reembolsos en defensa de prestamistas” ante el Departamento de Educación, indicando que dicha universidad los defraudó con falsas promesas de un empleo bien remunerado al graduarse. En diciembre del año pasado, DeVry pagó por los cargos $100 millones en la Comisión Federal de Comercio en diciembre del año pasado y se cambió el nombre a Adtalem.

Estas acciones están siendo impuestas al mismo tiempo que los estudiantes universitarios encaran un recrudecimiento dramático en sus condiciones de vida, teniendo que equilibrar empleos, pagar deudas y manejar las presiones académicas. Según la encuesta anual de la Asociación de Salud Universitaria de EUA, la proporción de estudiantes de grado que reportaron “una ansiedad abrumadora” paso del 50 por ciento en el 2011 a 62 por ciento en el 2016.

Los Gobiernos estatales están también realizando su propio ataque de escala completa contra los estudiantes universitarios en todos los niveles del Estado capitalista. Según una encuesta, de los 50 estados del país, 44 han recortado sus gastos para la educación avanzada desde la crisis financiera del 2008.

El diario New York Times reportó el domingo un ataque brutal contra los estudiantes que estén morosos en los pagos de sus deudas. En al menos 20 estados del país, se suspenden las licencias ocupacionales —en un estado, South Dakota, también las licencias de conducir— de los estudiantes que hayan incumplido con el pago de sus deudas.

Cientos de enfermeras en estados como Luisiana y Tennessee, cientos de profesores en Texas y un total de 8700 estudiantes en total en una amplia gama de profesiones han sufrido suspensiones e incluso cancelaciones de sus licencias. Esta medida es contraproducente. Un enfermero o una profesora que no pueda trabajar sin una licencia tampoco podrá continuar pagando su deuda.

Esta ofensiva contra los estudiantes de grado y posgrado por parte del Gobierno de Trump y los congresistas republicanos no significa del todo que los congresistas demócratas tengan una agenda más ilustrada. Las objeciones de los demócratas al plan fiscal republicano son en gran medida una pantomima, ya que los demócratas también apoyan completamente el componente central de la legislación, una disminución dramática en la tasa impositiva sobre las empresas, estando en contra solo de ciertos puntos específicos de cómo pagar por ella.

En donde sea que hayan estado en el poder los demócratas a nivel estatal, han realizado recortes presupuestarios tan agresivos como los de sus contrapartes republicanas. Bajo la Administración Obama, más de 300 000 empleos de educación pública fueron destruidos como parte de la respuesta a la crisis de Wall Street del 2008, colocando así el peso del rescate bancario a expensas de la clase obrera.

Ambos partidos defienden los intereses de la aristocracia financiera y el sistema capitalista. De ellos proviene solo un sinfín de excusas de “que no hay dinero” para las escuelas, las universidades ni para cualquier otra necesidad social auténtica, mientras arrojan una lluvia de dinero para el Pentágono y los aparatos de Estado policial siendo establecidos por las agencias de inteligencia y el Departamento de Seguridad Nacional.

Hay una simetría ilustrativa en el hecho de que el proyecto de ley de la Cámara de Representantes les ofrece un recorte fiscal a los ricos de $1,5 billones, mientras que la deuda estudiantil en EUA es un tanto mayor a $1,4 billones. La deuda entera de una generación de estudiantes podría ser eliminada simplemente descartando esta enorme bonanza para los ricos.

No es un accidente que entre las generaciones más jóvenes esté aumentando el interés y apoyo en políticas socialistas. Una encuesta reciente encontró que más jóvenes en EUA prefieren vivir bajo el socialismo o el comunismo que bajo el capitalismo, si pudiesen elegir.

Y tendrán esa elección. La construcción de un movimiento de masas de la clase obrera y los jóvenes, basado en un programa socialista e internacionalista, es la perspectiva del Partido Socialista por la Igualdad y su movimiento juvenil, los Jóvenes y Estudiantes Internacionales por la Igualdad Social.

El PSI y el JEIIS luchan por desarrollar un movimiento político de la clase trabajadora y la juventud en oposición a los dos partidos de las grandes empresas y al sistema de lucro capitalista. Demandamos la cancelación completa de la deuda estudiantil al Gobierno y los bancos, como parte de un programa de la nacionalización de los bancos y las principales corporaciones para transformarlos en utilidades públicas bajo el control democrático de la clase trabajadora.

Urgimos a todos los jóvenes y estudiantes a unirse al JEIIS y a ayudar a construir el PSI y ampliar la audiencia del World Socialist Web Site.

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