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La Administración de Trump anuncia el despliegue de la Guardia Nacional a la frontera entre México y Estados Unidos

El miércoles por la noche, la Casa Blanca anunció que el presidente Trump había firmado una proclamación para enviar a la Guardia Nacional a la frontera sur de Estados Unidos para tomar medidas de represión contra la migración. Anteriormente, la secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), Kirstjen Nielsen, informó que tanto el Departamento de Defensa como el DHS habían solicitado la coordinación con gobernadores de los estados fronterizos del sudoeste para facilitar la movilización de tropas.

Este anuncio viene después de una serie de tuits racistas y xenófobos de Trump desde el domingo. Casi inmediatamente después de que Fox News presentara una historia sobre la "caravana" migrante que se trasladaba por México hacia la frontera con Estados Unidos durante el fin de semana, Trump incursionó en Twitter denunciando las "leyes fronterizas débiles". En una reunión con los líderes del Báltico el martes, Trump prometió usar a los militares para "proteger la frontera", alegando que "no podemos permitir que la gente ingrese ilegalmente a nuestro país, desapareciéndose y, por cierto, nunca dar cara ante un tribunal [de inmigración]".

La "caravana" que provocó este último ataque es un pretexto utilizado por el Gobierno estadounidense para llevar a cabo una escalada de sus políticas antiinmigrantes. La caravana es un evento simbólico anual organizado por el grupo Pueblo Sin Fronteras. Los refugiados que finalmente llegan a la frontera de los Estados Unidos normalmente se entregan a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) y solicitan asilo.

En la conferencia de prensa del miércoles, anunciaron la nueva iniciativa. La secretaria del DHS, Nielsen, se mostró en desacuerdo sobre si esta era una medida dirigida contra la caravana de inmigrantes. "Creo que la verdad es que el presidente está frustrado. Ha sido muy claro en que quiere asegurar la frontera", dijo Nielsen. "Creo que lo que están viendo es que el presidente toma su trabajo muy en serio".

Los reporteros señalaron el propio estudio del DHS del otoño del 2017 afirmando que la frontera ya era más difícil de atravesar que en cualquier otro punto de la historia de Estados Unidos. Nielsen restó importancia a esto, alegando que hubo un "repunte" en los cruces fronterizos durante la primavera y que esta era una medida anticipatoria: "¿Por qué no ayer y mañana? Hoy es el día en que queremos comenzar este proceso ... La amenaza es real ... ".

Por el momento, no hay detalles sobre cuántas tropas se desplegarán, dónde se desplegarán, por cuánto tiempo estarán desplegadas ni cuál será su función concreta. Sin embargo, Nielsen declaró que las tropas podrían ser enviadas el miércoles por la noche. En cuanto a su rol, declaró vagamente: "Es nuestro entendimiento que la Guardia Nacional enviará personal para apoyar la misión de seguridad fronteriza de la CBP".

Donald Trump no es el primer presidente estadounidense en desplegar la Guardia Nacional para propósitos de cumplimiento de inmigración. Sus dos predecesores hicieron lo mismo. Del 2006 al 2008, George W. Bush desplegó a 6.000 efectivos en los estados fronterizos del sur, con un costo de $1,2 mil millones. Del 2010 hasta el 2012, Barack Obama envió a 1.200 soldados a la frontera a un costo de más de $110 millones.

En despliegues pasados, la Guardia Nacional ha ayudado a la CBP y al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en misiones auxiliares como capacitación, construcción y recopilación de inteligencia. La secretaria Nielsen se refirió a la proscripción constitucional sobre el uso del ejército para actividades policiales. Dijo que la Guardia Nacional sería utilizada de la misma manera que antes, y que “por el momento” no está autorizada para arrestar a inmigrantes indocumentados.

Sin embargo, dada la escalada de los ataques contra los inmigrantes, así como los derechos democráticos de la población en general, la medida es otro paso ominoso en la militarización de la frontera y presenta la amenaza de que se imponga ley marcial.

A diferencia del uso de tropas de la Administración de Obama en la frontera, Trump parece estar preparando a la Guardia Nacional para un papel más activo. El domingo, "Fox & Friends" describió la caravana como un "pequeño ejército de migrantes marchando hacia Estados Unidos".

Al enviar sus propias fuerzas militares para detener a este supuesto "ejército de migrantes", el ejército está creando las condiciones para un enfrentamiento potencialmente sangriento con civiles que son principalmente solicitantes de asilo. En un esfuerzo para enfriar las tensiones, el Gobierno mexicano ha anunciado que la caravana migrante se dispersará en los próximos días.

El Partido Demócrata no está interesado ni es capaz de oponerse seriamente a las políticas antiinmigrantes fascistoides de Trump. En las últimas semanas, los demócratas apoyaron abrumadoramente el acuerdo presupuestario de $1,3 billones, incluyendo $641 millones en fondos adicionales para el ICE y $1,6 mil millones adicionales para la militarización de la frontera entre Estados Unidos y México.

Estas medidas coinciden con un movimiento huelguístico cada vez más extenso entre los educadores, incluso a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México en el estado de Arizona.

En respuesta a la propuesta de Trump de desplegar tropas en su estado, el gobernador de Arizona, Greg Ducey, tuiteó: "Arizona da la bienvenida al despliegue de la Guardia Nacional en la frontera. Washington ha ignorado este tema durante demasiado tiempo y se necesita ayuda. Para Arizona, todo se trata de seguridad pública".

Ducey celebra el envío de la Guardia Nacional porque envía un mensaje a los maestros en protesta de que el estado está preparado para defender los intereses de la clase capitalista con violencia. Recientemente, Ducey rechazó las demandas de los maestros de un aumento salarial. Algunas ciudades de Arizona como Yuma (población 95.000) y Tucson (530.000) están cerca de la frontera y podrían usarse como centros de preparación para la Guardia Nacional. Los maestros que conducen a las protestas en el capitolio estatal en Phoenix pueden ser detenidos y ser sujetos a registros por parte de los militares en los retenes.

Todo esto tiene como objetivo intimidar a los trabajadores para que no avancen sus demandas salariales y de financiar plenamente el sistema de educación pública. Hace treinta y cinco años, en 1983, el gobernador demócrata de Arizona, Bruce Babbit, desplegó a cientos de soldados de la Guardia Nacional para aplastar una huelga de trabajadores del cobre en Phelps Dodge en las ciudades de Morenci, Ajo, Clifton y Douglas.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 5 abril de 2018)

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