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Huelga general en Grecia contra el último paquete de medidas de austeridad por Syriza

Los trabajadores griegos organizaron una huelga general el miércoles contra el salvaje programa de austeridad impuesto por el gobierno pseudoizquierdista de Syriza. La huelga se produce tras una huelga general celebrada en diciembre pasado y un nuevo paro de los trabajadores en enero, incluidas las protestas contra medidas que restringen severamente el derecho a ir a la huelga.

La huelga, casi la 50ª huelga general desde 2010, fue convocada por la Confederación General de Trabajadores Griegos (GSEE), confederación sindical del sector privado y su homóloga del sector público, la Administración Suprema de Sindicatos de Funcionarios Griegos (ADEDY). La red del transporte urbano se detuvo en gran medida, incluidos los servicios de tren y ferry en toda Grecia.

Los servicios de autobuses y trolebuses operaron con un horario reducido. Los controladores del tránsito aéreo realizaron una huelga de tres horas, con Aegean y Olympic Air cancelando tres vuelos de regreso y reprogramando 50 vuelos. Las escuelas y los hospitales públicos se vieron obligados a funcionar con el personal de emergencia. Los periodistas apoyaron la huelga, lo que resultó en boletines informativos cancelados.

Los manifestantes se reunieron en el centro de Atenas y otras ciudades. La manifestación principal se llevó a cabo en la Plaza Klafthmonos. Trabajadores en huelga, incluidos trabajadores migrantes, marcharon por el centro de Atenas junto con jubilados y estudiantes. Los manifestantes portaban pancartas y la marcha terminó afuera del parlamento griego en la plaza principal Syntagma.

El Frente Militante de Todos los Trabajadores (PAME), la federación sindical afiliada al estalinista Partido Comunista de Grecia, celebró una manifestación por separado en la Plaza Omonia.

Tras su victoria electoral en enero de 2015, Syriza traicionó su mandato de poner fin a la austeridad impuesta por los gobiernos conservadores y socialdemócratas anteriores en nombre de la Unión Europea (UE), el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Ignorando un voto de referéndum que rechazó decididamente la austeridad en julio de ese año, el primer ministro Alexis Tsipras firmó un tercer memorándum con la UE comprometiendo a su gobierno a llevar a cabo recortes aún más brutales.

El 20 de agosto, Grecia saldrá formalmente del rescate de la UE y regresará a los mercados financieros internacionales para buscar fondos para sus deudas colosales. Desde que comenzó su crisis de deuda en 2009, Grecia ha recibido 260 mil millones de euros en préstamos a cambio de la implementación de medidas de austeridad, que incluyen despidos en el sector público, alzas de impuestos y recortes de pensiones. Esto no ha reducido la montaña de deuda del país en un solo euro. Prácticamente cada centavo ha sido devuelto a los bancos para cumplir con los pagos de intereses. La UE y el FMI están exigiendo que Grecia pague £57 mil millones en obligaciones de préstamo e intereses en los próximos cuatro años.

Syriza planea aprobar otro paquete de austeridad antes del 14 de junio que incluirá la privatización del sector energético. Una reunión de ministros de finanzas de la zona euro está programada para el 21 de junio para juzgar el cumplimiento de Grecia con los dictados de la UE.

La idea de que la austeridad cesará cuando Grecia salga del programa de rescate es una broma pesada. El programa acordado por Syriza se ha diseñado específicamente para garantizar una reducción en los niveles de vida de los trabajadores en los próximos años a fin de entregar más miles de millones a la élite financiera internacional. Las medidas propuestas incluyen aumentos de impuestos y nuevos recortes en las pensiones del 18 por ciento que se impondrán a partir de enero de 2019, con 300.000 a 700.000 familias afectadas. Otros recortes están programados para 2020.

El 21 de mayo, Kathemerini informó que “altos funcionarios del gabinete declararon públicamente ―tanto dentro de Grecia como a los acreedores del país― que se aplicarán medidas pendientes, incluidos recortes de pensiones”.

Esta semana, la Comisión Europea publicó un Memorando de Entendimiento Suplementario con Syriza para operar entre 2019 y 2022. Establece varios años de altos superávit primarios y la implementación de docenas de políticas de austeridad acordadas.

Afirma: “El éxito requiere que las autoridades griegas se adueñen del programa de reformas. Por lo tanto, el gobierno está listo para tomar cualquier medida que pueda ser apropiada para este propósito a medida que las circunstancias cambien”.

Syriza no puede promulgar ninguna legislación sin el consentimiento de la “troika”. El memorando señala: “El gobierno se compromete a consultar y acordar con la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional todas las acciones relevantes para el logro de los objetivos del Memorando de Entendimiento antes de que estos sean finalizados y legalmente adoptados”.

El martes, el primer ministro Alexis Tsipras se jactó delante de los líderes empresariales en la conferencia anual de la Federación Helénica de Empresas (SEV) de que su gobierno ha impuesto todos los ataques a la clase trabajadora griega exigidos por la troika. Se refirió a los elogios que recibió a principios de mes por parte de Angel Gurria, jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Gurria le dijo en persona: “Me gustaría felicitarlo a usted, a su administración y a toda Grecia por su impresionante esfuerzo de estabilización y uno de los paquetes de reformas más ambiciosos que hemos visto en la OCDE en los últimos tiempos”.

Un artículo en el sitio de noticias Stuff señaló: “Tsipras sonrió, abrazó a Gurria y prometió seguir reformando la economía, y exigió el alivio de la deuda”.

Bajo el PASOK, Nueva Democracia y Syriza, la austeridad y el destripamiento de los derechos democráticos se han impuesto por medio de la represión estatal. Que esto continuará fue simbolizado el miércoles por el despliegue de la policía antidisturbios por toda Atenas. La policía, incluido un contingente que protege las oficinas de la SEV, atacó a varios manifestantes.

Los recortes que ya están vigentes todavía no son suficientes. La Comisión Europea, respaldando una convocatoria de la OCDE, emitió un informe que establece que la única vía para sacar a los pensionistas griegos de la pobreza es elevar la edad de jubilación para todos.

Desde 2010, el producto interno bruto de Grecia se ha reducido en un cuarto. Los salarios han sido recortados, con la colaboración activa de los sindicatos, en un promedio de 15 por ciento.

En el sector privado, el colapso ha sido asombroso. En 2012, el salario mínimo neto de un trabajador del sector privado a tiempo completo fue de $848 por mes. Esto se recortó a $690 por mes en febrero de ese año. Muchos trabajadores ganan mucho menos, ya que las cifras ocultan el hecho de que la mitad de todos los empleos nuevos son a tiempo parcial o estacional. Después de tres años de Syriza en el poder, las cifras del Ministerio de Trabajo revelan que el tercio más pobre de los trabajadores del sector privado ahora recibía un salario de hambre de solo $445 por mes.

Las masas permanecen desempleadas, con el desempleo oficial todavía por encima del 20 por ciento y en el 45 por ciento para los jóvenes.

En lo que respecta a las burocracias sindicales, la última huelga limitada de un día es un medio de desahogarse para que puedan seguir trabajando para imponer las demandas de las grandes empresas y los bancos. Después de felicitar a Syriza por su papel en empobrecer a la clase trabajadora, el presidente de SEV Theodore Fessas alertó a las grandes empresas de la necesidad de profundizar su colaboración con la burocracia sindical. “Necesitamos un nuevo acuerdo social entre trabajadores y empleadores que se establezca en términos del futuro y no del pasado”, dijo. “En colaboración con GSEE, en cuestiones de desarrollo laboral, estamos elaborando un plan estratégico para la capacitación de la fuerza de trabajo”.

A pesar de los esfuerzos de los sindicatos para reducir la lucha de clases, en los últimos meses los trabajadores de muchos sectores, incluidos los trabajadores portuarios, han participado en huelgas y protestas contra Syriza. En su declaración sobre la huelga general, en la que participaron los trabajadores portuarios, el sindicato se sintió obligado a advertir al gobierno: “Para los trabajadores, los jubilados y los desempleados, el final del rescate en agosto de 2018 no es un proceso automático que traerá prosperidad, sino el comienzo de nuevas luchas”.

(Publicado originalmente en inglés el 31 de mayo de 2018)

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