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El gobierno alemán resuelve disputa a expensas de los refugiados

Los partidos gobernantes Unión Demócrata Cristiana (CDU) y Unión Social Cristiana (CSU) resolvieron provisionalmente su feroz disputa el lunes de noche con otro ataque contra los refugiados y los derechos democráticos básicos. El ministro de Interior y líder de la CSU, Horst Seehofer, que anunció su renuncia 24 horas antes, ahora permanecerá en su cargo. El tercer socio de la coalición, el Partido Socialdemócrata (SPD), recibió con satisfacción el acuerdo, pero quería discutir algunos detalles en una reunión del comité de coalición el martes de noche.

La CDU y CSU acordaron evitar que los solicitantes de asilo que ya están registrados en otro país de la Unión Europea entren a Alemania y encerrarlos en la frontera. "Estamos estableciendo centros de tránsito desde los cuales los solicitantes de asilo rechazados sean enviados a los países pertinentes (rechazo sobre la base de una ficción de no entrada)”, establece el acuerdo de tres puntos.

Esto debe hacerse en consulta con los países afectados. Si se niegan a recibir de nuevo a los refugiados, el "rechazo en la frontera alemana-austríaca se realizará sobre la base de un acuerdo con la República de Austria”.

En la práctica, esto equivale al establecimiento de campos o prisiones directamente en la frontera, que técnicamente no se consideran territorio alemán y, por lo tanto, representan una tierra de nadie legal—una especie de Guantánamo europeo. Tomando las cifras de los últimos años, se verán afectados decenas de miles de refugiados.

Hasta fines de 2017, el SPD rechazó esos centros de transición, que casi provocó el fracaso de la coalición. El entonces ministro de Justicia y hoy ministro de Asuntos Exteriores, Heiko Maas (SPD), tuiteó, "No necesitamos grandes prisiones en la frontera, sino lugares para decisiones rápidas. Centros de entrada en lugar de zonas de tránsito”.

La comisionada para Migración del gobierno federal, Aydan Özoguz (SPD), declaró, "En la práctica, esto no es diferente de los grandes campos donde familias enteras—hombres, mujeres y niños—están encerrados”.

¡Ahora el SPD celebra la misma medida!

Ante la insistencia de la canciller alemana, Angela Merkel, luego de que la cumbre de la UE decidiera la semana pasada establecer "plataformas de desembarco" y "centros de control" para "el reasentamiento y nuevo asentamiento" de los refugiados, se está implementando un sistema integral de campos dentro de la UE y en el norte de África que recuerda a los campos de concentración nazis. Para detener, capturar y encerrar a los refugiados en los campos, se expandirá la agencia de gestión fronteriza Frontex con 10.000 hombres en los próximos dos años y se convertirá en una fuerza de policía militar.

Los campos de concentración se establecieron en Alemania inmediatamente después de que Hitler tomó el poder para encarcelar a los comunistas, sindicalistas y otros opositores políticos de los nazis y colocarlos en un vacío legal. Luego se agregó a los judíos, los sinti y romaníes, presuntos inadaptados sociales, discapacitados, prisioneros de guerra y otros, hasta que después del comienzo de la guerra surgieron los campos de exterminio, con los que ahora está asociado para siempre el término campo de concentración.

Con los "centros de tránsito”, "plataformas de desembarco" y "centros de control”, una vez más se está creando una infraestructura técnica y legal que permitirá encerrar a las fuerzas de oposición y las minorías indeseables en el futuro. La policía alemana ya está persiguiendo a jóvenes que protestaron contra la cumbre del G20 en Hamburgo el pasado verano bajo cargos de "formar una organización terrorista”, uno de los cargos más graves en el código penal alemán. El ministro de Interior italiano, Matteo Salvini, ha ordenado que se registre a los sinti y romaníes como preludio para expulsarlos del país.

En la disputa feroz entre la CDU de Merkel y su partido hermano bávaro, que en las últimas dos semanas casi destruyó el gobierno federal y el grupo parlamentario de setenta años de antigüedad de CDU/CSU, el problema nunca fue si, pero solo cómo la gran coalición impondría su programa reaccionario contra la creciente oposición popular. Tanto la “solución nacional” de Seehofer, que insiste en rechazar de forma unilateral a los solicitantes de asilo que ya están registrados en otro Estado miembro de la UE, como la “solución europea” de Merkel significan el rechazo brutal de los refugiados.

Con las medidas ahora acordadas, la gran coalición se mueve más hacia la derecha y toda la Unión Europea está adoptando la política de refugiados de la extrema derecha.

Tras el arreglo de la disputa, la vicepresidenta de la CDU, Julia Klöckner, apareció ante las cámaras con una sonrisa radiante y elogió el acuerdo inhumano como un compromiso "humano" que "respira el espíritu de Europa" y "defiende la idea europea”.

Klöckner agregó que la CDU y CSU siempre estuvieron de acuerdo en que no debería haber "turismo de asilo" en Europa. Cuatro días antes, incluso Seehofer tuvo que retirar este término provocador en el programa de entrevistas "Sandra Maischberger."

La aspereza que adquirió el conflicto entre la CDU y CSU es el resultado de los objetivos reaccionarios buscados por la gran coalición, a los que se oponen grandes sectores de la población—recortes sociales, militarismo y la construcción de un Estado fuerte. Esto inevitablemente genera fricciones, conflictos y crisis.

La formación del nuevo gobierno llevó un récord de seis meses, después de que todos los partidos de la gran coalición anterior fueron castigados en las elecciones para el Bundestag (Parlamento Federal) y obtuvieron el peor resultado de su historia.

Cuando fracasó el intento de forjar una alianza conservadora-neoliberal entre la CDU y el FDP, con el apoyo de los Verdes, la WSWS escribió: "La causa de la crisis no son las míseras riñas entre los tentativos miembros de una coalición ‘Jamaica’, sino la profunda brecha entre los intereses económicos y geopolíticos de la clase gobernante, defendidos por todos los partidos representados en el Bundestag, y las necesidades de las masas”.

Finalmente, la CDU/CSU y el SPD concertaron el programa de gobierno más derechista de la historia de Alemania. "La gran coalición que se formará en su base representa los intereses de los bancos, las corporaciones y los súper ricos. Continuará los ataques contra la clase trabajadora y se armará enormemente tanto a nivel interior como exterior. Sus políticas conducen inevitablemente a la guerra y la dictadura", advirtió el Partido Socialista por la Igualdad (Sozialistische Gleichheitspartei, SGP), pidiendo nuevas elecciones y la publicación de "todos los secretos minutos y listas de participantes en las conversaciones de la coalición”.

La clase trabajadora tiene "el derecho a saber lo que está haciendo la gran coalición”, subrayó el SGP. Esto se aplica "también a los acuerdos y arreglos de largo alcance que se hicieron detrás de bambalinas”.

Ahora se confirmaron estas advertencias. Ante la intensificación del conflicto con Estados Unidos, una guerra comercial inminente y las tensiones nacionales crecientes dentro de la Unión Europea, la clase dominante está aumentado el armamento militar y preparando nuevos ataques sociales contra la clase trabajadora.

La canciller Angela Merkel admitió abiertamente los objetivos reaccionarios de su gobierno en una declaración hecha el martes de la semana pasada en el Bundestag.

Merkel reafirmó explícitamente el objetivo del dos por ciento de la OTAN, que significa duplicar el gasto militar anual a 70 mil millones de euros. En vista de “una nueva calidad de amenaza para Europa... Alemania también decidió este objetivo”, dijo ella.

El gobierno ya puede "mirar hacia atrás en cuatro años de ajustes exitosos”, agregó. Esto también se reflejaría en los presupuestos de 2018 y 2019. "Debemos ser más coherentes y efectivos en política exterior”, continuó Merkel, refiriéndose a los conflictos comerciales con EE.UU.

Con respecto a la política de refugiados, ella abogó por un mayor desarrollo de la agencia de gestión fronteriza Frontex "en una auténtica policía europea de fronteras con aún más poderes y posibilidades”.

El número de solicitantes de asilo en Alemania ha caído, pero ella dijo explícitamente, "Todavía no podemos estar satisfechos”. Elogió expresamente el “plan maestro” de Seehofer, insistiendo en que tanto “las medidas nacionales como internacionales son necesarias” para mantener la seguridad doméstica.

El acuerdo entre la CDU y CSU es una advertencia para los trabajadores y los jóvenes. Si la clase trabajadora no interviene de forma independiente con un programa socialista, la clase dominante resolverá dichas crisis de la forma más reaccionaria posible y usará estas crisis para un giro político mayor hacia la derecha.

No hay resistencia de los llamados partidos de oposición. Por el contrario, todos ellos coinciden de forma más o menos abierta con las políticas de rechazo a los refugiados, militarización interna y rearme, y están preparados para asumir la responsabilidad gubernamental de su implementación si es necesario. Esto se aplica a los Verdes y el FDP, así como al Partido de la Izquierda y Alternativa para Alemania (AfD).

(Publicado originalmente en alemán e inglés el 3 de julio de 2018)

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