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El PSOE y Podemos presentan juntos un presupuesto español a la Unión Europea

Hace dos semanas, el presidente del gobierno Pedro Sánchez y el líder de Podemos Pablo Iglesias alcanzaron un acuerdo para un presupuesto para 2019. El gobierno en minoría del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Sánchez está presentándolo ahora a la Unión Europea (UE) para que sea aprobado, justo cuando la Comisión Europea acaba de vetar el presupuesto de austeridad presentado por el gobierno ultraderechista italiano de Matteo Salvini.

Sánchez e Iglesias firmaban dos semanas atrás un acuerdo de 50 páginas sobre el presupuesto para 2019, que eleva el salario mínimo a €900 al mes desde €736, o un 22 por ciento —el mayor aumento en 40 años. También prometieron aumentos en las jubilaciones, del gasto en educación, prestaciones de desempleo, vivienda y baja por paternidad. El acuerdo prevé un aumento en los impuestos a la renta personal y corporativa a aquellos que ganen más de €130.000 al año, así como un nuevo impuesto a las transacciones financieras.

El acuerdo también especifica que si el presupuesto no logra ganarse la aprobación en las cortes y por lo tanto se convocan elecciones anticipadas, el presupuesto será una plataforma conjunta de campaña del PSOE y Podemos. Realmente, se espera ampliamente que el presupuesto no sea aprobado, ya que cuenta con la oposición de la Unión Europea y del senado español, que está dominado por el derechista Partido Popular (PP).

En una información sobre Análisis Económico y Financiero, el banco holandés ING escribió tajantemente: “Hay un acuerdo entre el PSOE español y Podemos sobre nuevas medidas fiscales para 2019, pero eso no significa que será aprobado en el parlamento”. Observaba que el PSOE mantiene encarcelados a los políticos catalanes, privándose a sí mismo del apoyo que necesita para conseguir la mayoría en la cámara baja, y “es difícil también obtener la mayoría en el senado. El PP tiene la mayoría allí. … Por lo tanto concluimos que la probabilidad de que Sánchez obtenga la aprobación es baja”.

Fuentes de la Comisión Europea ya le han dicho al diario El País que las medidas anunciadas “carecen de los medios para financiarlas”. Otro “funcionario de alto rango de la Unión Europea” le dijo a El País: “Un gobierno responsable que quiere gobernar no puede firmar un aumento del salario mínimo de más del 20 por ciento cuando tiene una tasa de desempleo del 15 por ciento y una fuerza de trabajo de baja cualificación en general; las medidas que afectan a los negocios no parecen estar tomando el rumbo correcto”.

Hay que hacer las advertencias de rigor: el presupuesto es una maniobra política, designada para ganar apoyo para el PSOE y Podemos bajo condiciones de un descontento social y una lucha de clases crecientes en España y en Europa. Sin embargo, los partidos que proponen el presupuesto no tienen la intención de luchar por los aumentos salariales que han inscrito en unos presupuestos que no fueron pensados para que fueran aprobados.

El PSOE es desde hace mucho un partido burgués que, desde que asumiera el poder por primera vez en su forma contemporánea en 1982, impuso políticas de austeridad y guerra. Podemos es el aliado cercano del gobierno de Syriza, que está imponiendo la austeridad de la UE en Grecia. Cuando el PSOE asumió el poder este año, respaldado por Podemos, conservó el presupuesto de austeridad del PP para el año. Quienquiera que creyera que estos partidos lucharían contra la UE para elevar los niveles de vida de los trabajadores se engañaría en grado sumo.

La única manera de obtener mejoras sustanciales en los niveles de vida y las condiciones sociales es una lucha socialista contra la austeridad y la UE, movilizando la militancia huelguística creciente de los trabajadores en España y Europa en un movimiento que plantee la transferencia del poder a la clase trabajadora. Esta lucha tendría que ser llevada a cabo en oposición a la UE y al gobierno del PSOE.

El acuerdo presupuestario para 2019 es la reacción del gobierno del PSOE y Podemos al aumento de las luchas obreras. En España, la cantidad de huelgas durante los tres primeros trimestres del año ascendió a 395, apoyadas por 641.038 trabajadores, causando la pérdida de 9,7 millones de horas de trabajo. En comparación con el mismo período del año pasado, la cantidad de trabajadores que participaron en huelgas aumentó un 98,61 por ciento.

Principales sectores son: el transporte (Ryanair, aeropuertos, el taxi, Deliveroo, el metro), minoristas (Amazon, H&M), servicios postales, sanidad pública, servicios sociales, educación, y muchos más.

Los sindicatos, que están integrados de cerca en el medio político de Podemos, están intentando frenéticamente suprimir esas luchas. Han reclamado un acuerdo en el handling en los aeropuertos para evitar huelgas y demandaron “paros parciales” y huelgas esparcidas por noviembre y diciembre para evitar convocar huelgas en el servicio postal nacional. Desconvocaron huelgas previstas por bomberos, trabajadores del metro de Madrid y Barcelona, chóferes de Uber y Cabify, metalúrgicos de Alumalsa, y personal de ambulancias en Canarias.

La salida para los trabajadores que luchan para mejorar los estándares y las condiciones de vida es quitar estas luchas de manos de los sindicatos, establecer sus propias organizaciones de lucha independientes y de base, y establecer vínculos con las luchas de clase en ascenso en Europa. Esto implica una ruptura, sin embargo, con Podemos y sus confluencias, que están desesperados por atar a la clase trabajadora al marco del presupuesto del PSOE y de la UE.

El principal arquitecto tras el acuerdo es Podemos, que está buscando una alianza duradera entre el PSOE y Podemos, para replicarla a nivel local y regional. En una maniobra siniestra, Pablo Iglesias dijo que visitará a los dirigentes independentistas encarcelados para intentar obtener su apoyo, y el viernes visitó a Oriol Junqueras, el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Esta es la primera vez en la historia de España que unos presupuestos son negociados con presos políticos encarcelados por haber organizado protestas pacíficas.

Los presupuestos, sin embargo, están enteramente en el marco de la austeridad de la UE. Contiene el gasto público más bajo como porcentaje del PIB desde 2007. Según estimaciones del gobierno, el gasto caerá el año que viene al 40,9 por ciento del PIB, un 0,3 por ciento menos que el presupuesto diseñado por el Partido Popular y aprobado por el gobierno del PSOE al poco de desbancar al gobierno del PP.

El acuerdo también deja fuera las recientes reformas laborales que han diezmado a la clase trabajadora, los notorios Centros de Internamiento de Inmigrantes, y las leyes antiterroristas —medidas que tanto Podemos como el PSOE prometieron derogar si llegaban al poder.

Los presupuestos no tocarían el gasto de defensa, aunque los irrisorios €5 mil millones en aumento del gasto social en el acuerdo igualan la cantidad anunciada por la Ministra de Defensa Margarita Robles para la compra de nuevas armas para el resto de este año. Este año el PSOE había aprobado los presupuestos del PP, que incluían un aumento en el gasto militar del 10,5 por ciento, el mayor que haya hecho alguna vez cualquier gobierno español.

El diario pro-PSOE El País recibió bien el acuerdo sobre los presupuestos, jactándose: “En menos de cinco años, el partido antiausteridad Podemos ha ido de querer ‘tomar los cielos por asalto’ durante las protestas de los Indignados en la Puerta del Sol de Madrid a firmar solemnemente un pacto presupuestario con el Partido Socialista (PSOE) en el Palacio de la Moncloa”.

Otro escritor, Adolfo Piñedo, escribe en Nueva Tribuna: “La verdad es que el acuerdo marca una evolución en Podemos hacia el realismo. Un camino que Syriza ya ha recorrido en Grecia. [Alexis] Tsipras es hoy un valorado estadista europeo, respetado por la troika y los mercados. Opino que son muy buenas noticias”.

Esto debería servir como advertencia de la necesidad urgente de una movilización de la clase trabajadora independiente de Podemos y contra este partido.

En 2015, Syriza ganó las elecciones griegas prometiendo poner fin a seis años de austeridad devastadora de la UE impuesta por gobiernos sucesivos socialdemócratas y conservadores. Syriza ha prometido negociar el fin del Memorándum de austeridad de la UE y mejorar la vida de la gente en el marco de la UE y del capitalismo. Fue aclamado como modelo por sus partidos hermanos a nivel internacional; Iglesias saludó a Tsipras como un “león” y gritó “¡Syriza, Podemos, venceremos!”.

Desde que fuera elegido, Tsipras ha impuesto cuatro rondas de medidas draconianas de austeridad. Un quinto de la población griega está ahora “severamente privada desde el punto de vista material”. La UE estima que uno de cada tres griegos vive “en riesgo de pobreza y exclusión social” y 420.000 griegos en edad laboral se han ido del país.

(Publicado originalmente en inglés el 24 de octubre de 2018)

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