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Trabajadores y estudiantes argentinos marchan contra “presupuesto de hambre”

En las primeras horas de la mañana del jueves, tras un debate de 18 horas en medio de violentos enfrentamientos fuera de la legislatura nacional, la cámara baja del Congreso argentino aprobó un presupuesto sumamente austero que recortará el gasto público en $10 mil millones. El voto finalizó 138 a favor y 103 en contra.

El presupuesto austero fue exigido por el Fondo Monetario Internacional (FMI), junto a otros ataques contra los empleos y prestaciones sociales, siendo éste el precio a pagar por el recate del profundamente endeuda Gobierno argentino. El FMI ha prometido un préstamo de $57 mil millones durante los próximos tres años para balancear las finanzas gubernamentales. El grueso se dirigirá a los cofres del capital financiero argentino e internacional.

El miércoles, 25 de octubre, decenas de miles de protestantes marcharon frente al Congreso desplegando consignas en rechazo al presupuesto propuesto por el presidente Mauricio Macri y el FMI. Trabajadores en huelga de los sectores de salud, educación y de los suburbios industriales de Buenos Aires, y estudiantes denunciaron la medida como un “presupuesto de hambre” y se unieron a la marcha en protesta, oponiéndose a la medida y exigiendo una renegociación para superar el techo de 15 por ciento de aumento impuesto por el Gobierno (según un estimado, se espera que los precios aumenten 40 por ciento este año) y la dolarización de la economía.

El martes, los manifestantes comenzaron a reunirse en las inmediaciones del Congreso en anticipación al debate y la votación sobre el presupuesto.

El Movimiento Evita (peronista), la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP; peronista), la Corriente Clasista y Combativa (CCC; estalinista/maoísta) y el Frente Popular Darío Santillán (populista de izquierda) y otros grupos representando a desempleados y organizaciones barriales colocaron comedores populares para la vigilia ante el debate del miércoles en la cámara baja sobre el llamado Ajuste de las Cuentas Públicas.

Al comenzar el debate el miércoles, los enojados manifestantes embistieron las barricadas policiales colocadas en anticipación a la manifestación de masas. Siguiendo el patrón establecido en diciembre en las protestas contra la reforma jubilatoria, la policía bonaerense respondió con actos brutales e indiscriminados de represión, empleando balas de goma y cubriendo con gases lacrimógenos el perímetro e incluso la sede legislativa. Docenas fueron heridos y 30 manifestantes fueron arrestados.

La burocracia sindical peronista, organizada en las centrales CTA y CGT, las cuales habían organizado cinco días antes una misa católica masiva en el suburbio bonaerense de Luján dedicada a los trabajadores y jubilados, ignoró en gran medida la protesta.

A fin de cumplir con las demandas del FMI, el presupuesto recorta el gasto educativo en 16 por ciento, las obras públicas en 30 por ciento, formación laboral en 40 por ciento y al transporte en 30 por ciento (incluyendo la eliminación de subsidios al transporte público), mientras que los pagos de la deuda a Wall Street estarán plenamente cubiertos. Los intereses sobre la deuda argentina en dólares representan 20 por ciento del presupuesto, después de tomar en cuenta los efectos de la inflación.

Este presupuesto prioriza los pagos de la deuda por encima de las necesidades de las familias y los jóvenes de clase trabajadora. Es el único ítem en el presupuesto que experimentaría un aumento.

Los pagos sobre la deuda equivalen a 26 veces lo presupuestado para los programas de vivienda, 16 veces el gasto en ciencia y tecnología, 11 veces la asistencia social, 5 veces el gasto en salud y transporte, 3 veces más de lo dedicado a la educación y cultura y dos veces la seguridad social.

Tomando en cuenta la inflación, los gastos en infraestructura verán recortes de 77 por ciento, en jardines de niños de 68 por ciento, en programas escolares de tecnología de 69 por ciento, en becas docentes de 60 por ciento, en formación docente de 30 por ciento y en becas estudiantiles de 35 por ciento.

El presupuesto se propone la meta de un déficit cero en 2019 y anticipa dos años de contracción económica.

Mientras que todavía falta que el Senado vote, el Gobierno del presidente Macri quería que el proyecto de ley estuviera parcialmente aprobado antes de su reunión con el FMI el viernes, el día después del voto en la Cámara de Diputados. Tras la votación el FMI aprobó una entrega inmediata de $5,4 mil millones del total, menos de la mitad de los $13,6 mil millones que esperaba recibir Macri.

Las muestras masivas de enojo contra las políticas de austeridad del Gobierno de Macri dan señal de un próximo estallido social por toda Argentina que va más allá del repudio a la deuda con Wall Street, así como sucedió con la explosión social en 2001 y 2002. Sin embargo, dicha explosión, la cual resultó con la caída de toda una serie de Gobiernos en cuestión de unas cuantas semanas, dejó a la misma clase dominante capitalista a cargo.

Lo que se requiere ahora es que la clase obrera esté armada con un programa socialista e internacionalista para reorganizar la sociedad en su conjunto. El primer paso en Argentina debe ser romper con los partidos peronistas y los sindicatos, al igual que los programas nacionalistas de la pseudoizquierda, y construir un movimiento independiente que conecte a los trabajadores de todo el continente americano.

(Publicado originalmente en inglés el 27 de octubre de 2018)

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