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GM, Ford, Bayer, Bombardier

Los inversores globales exigen una escalada de la guerra de clases a los empleos y salarios de los trabajadores

En medio de los estragos en las bolsas de valores mundiales el martes, desencadenado por las preocupaciones sobre una guerra comercial entre Estados Unidos y China, las señales de una desaceleración económica mundial y la creciente resistencia de los trabajadores, los intereses financieros más poderosos exigen una aceleración de la guerra contra la clase obrera.

Una semana después de que General Motors anunció el cierre planificado de cinco plantas en los EUA y Canadá y la eliminación de casi 15,000 empleos asalariados y por hora, un analista del banco de Wall Street Morgan Stanley dijo a los inversionistas que Ford probablemente realizaría recortes aún más profundos, eliminando a 25,000 empleados de su fuerza laboral global.

Mientras la Ford aún tiene que proporcionar detalles de su “Programa de acondicionamiento físico” de $11 mil millones, el analista de Morgan Stanley, Adam Jonas, dijo en una nota a los inversores: “Estimamos que una gran parte de las acciones de reestructuración de Ford se centrarán en Ford Europa, un negocio que actualmente valoramos en $7 mil millones negativos. Pero también esperamos un importante esfuerzo de reestructuración en América del Norte, que involucre un número significativo de trabajadores asalariados y por hora de UAW y CAW". Aquí Jonas se refiere a los trabajadores de automóviles que pertenecen a United Auto Workers (UAW) y Canadian Auto Workers, ahora conocido como Unifor.

La decisión de GM para cerrar las principales plantas de ensamblaje en Detroit, Lordstown, Ohio y Oshawa, Ontario, más dos plantas de transmisiones en Michigan y Maryland, dio lugar a un fuerte aumento en las acciones de GM la semana pasada. La compañía, que se espera que obtenga $10 mil millones en ganancias en 2018, está liberando miles de millones en efectivo para continuar con su programa de recompra de acciones y pagos de beneficio a inversores ricos.

Después de vender sus operaciones en Europa y cerrar todas sus plantas en Australia y Sudáfrica, GM cerrará una planta de ensamblaje en Gunsan, Corea, y otras dos plantas internacionales, aún sin especificar, el próximo año.

A pesar de ocho años consecutivos de ganancias, Wall Street ha estado castigando las acciones de Ford, que han caído un 25 por ciento este año, cotizándose a solo $9.24 por acción. En agosto pasado, el servicio de calificación de riesgo, Moody’s, rebajó la calificación de Ford a Baa3, una calificación por encima del estado de chatarra, lo que apunta a la suavización de los márgenes de ganancias en América del Norte, las reversiones en el mercado chino y las grandes pérdidas en Europa y América del Sur.

La reducción brutal de los fabricantes de automóviles localizados en Estados Unidos es parte de una ola de recortes de empleos internacionales.

La compañía fármaco con base en Alemania, Bayer AG acaba de anunciar planes para eliminar 12,000 empleos de su fuerza laboral global de 118,000 para fines de 2021. El lunes, más de 1,000 trabajadores de Bayer protestaron frente al local de la compañía en Wuppertal, en el oeste de Alemania. La compañía, que planea llevar a cabo un "número significante de reducciones" en Alemania, también está eliminando más de 4,000 empleos en su división de ciencias de la cosecha, como consecuencia de la adquisición de Bayer a su rival estadounidense Monsanto a principios de este año. Los movimientos, que se produjeron después de que las acciones de la compañía cayeran en más de un tercio este año, se consideran un esfuerzo para calmar a Wall Street.

El fabricante francés Vallourec de tubos de acero, que posee una fábrica de acero en Youngstown, Ohio, cerca de la planta amenazada de GM Lordstown, anunció la semana pasada planes para recortar 1,800 empleos: 1,200 en tres locales en Francia y 600 en Alemania. La compañía, que suministra la industria del petróleo y el gas, ha luchado por recuperarse desde que los precios del petróleo se desplomaron en 2015. Sus acciones se desplomaron un 56.6 por ciento en el último año.

El mes pasado, el fabricante Bombardier de trenes y aeronaves basado en Montreal anunció el despido de 5,000 trabajadores para 2021 para reducir su deuda a largo plazo en $9 mil millones. Entre los trabajadores despedidos se incluyen 2,500 en Quebec, 500 en Ontario y otros 2,000 en operaciones en el extranjero, incluyendo 490 en Belfast, Irlanda. El anuncio sigue a la eliminación de 14,500 empleos en todo el mundo en los últimos tres años.

Thomson Reuters Corporation, en Toronto, dijo el martes que reducirá su fuerza laboral en un 12 por ciento para 2020, eliminando 3,200 empleos. La compañía de medios de información dijo que comprará $9 mil millones en acciones a los accionistas a partir del martes, lo cual elevará sus acciones en un 4 por ciento.

Se espera que las corporaciones estadounidenses gasten un récord de $1 billón en recompras de acciones este año, según Goldman Sachs, un 46 por ciento más que en 2017. Las fusiones y adquisiciones globales alcanzaron un récord de $3.3 billones en los primeros nueve meses del año, sobrepasando el máximo anterior en la víspera de la crisis financiera mundial hace más de una década.

En su informe más reciente, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) llegó a la conclusión de que la economía mundial se expandiría solo un 3.5 por ciento el año próximo, frente al 3.7 por ciento de este año. Los 34 estados miembros de Europa y América del Norte verían un descenso aún mayor, con un crecimiento del 2.5 por ciento en 2017-18 a poco menos del 2 por ciento para 2020.

Al comentar sobre el informe, el New York Times escribió que la OCDE había "llegado a la conclusión de que la situación actual es la mejor posible antes de la próxima pausa o recesión". Si este es realmente el punto culminante de la prosperidad global, es probable que esto sea un shock para las decenas de millones de personas que aún no se han recuperado de la devastación de la Gran Recesión”.

"Esto solo va a exacerbar las tensiones que han llegado a los problemas socioeconómicos y políticos que hemos visto en los Estados Unidos y partes de Europa", dijo Thomas A. Bernes, economista del Centro para la Innovación en Gobernanza Internacional, una institución de investigación canadiense, le dijo al Times. "La desigualdad va a ser aún más pronunciada".

Durante la última década, la clase dominante ha confiado en los sindicatos y en los partidos ostensiblemente reformistas y de "izquierdas" para reprimir la oposición a una transferencia histórica de riqueza a los súper ricos, en gran parte a través de la inflación de los mercados bursátiles. Los sindicatos han promovido el nacionalismo económico como un medio para cubrir su colusión con la clase dominante en la destrucción de empleos, salarios y beneficios de los trabajadores.

Sin embargo, después de décadas en que se ha suprimido la lucha de clases, este año ha habido un resurgimiento de huelgas y protestas masivas, desde las huelgas salvajes de los maestros en los EUA, hasta las huelgas masivas recientes en Sri Lanka, Grecia y ahora en las calles de París. Si el movimiento de los “chalecos amarillos” ha ganado impulso es porque no ha estado bajo el control de los sindicatos, que lo opusieron y ahora están unidos con Macron para reprimirlo.

La escalada de la contrarrevolución social por la clase dominante, en condiciones de una nueva crisis económica, apunta a la intensificación explosiva de conflicto de clases en 2019, que entrará en lucha cada vez más directamente contra los sindicatos, y todo el aparato político y el sistema capitalista entero.

(Publicado originalmente en inglés el 5 de diciembre de 2018)

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