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Aparato sindical y Gobierno se movilizan para suprimir ola de paros en México

Una segunda ola de huelgas espontáneas o “salvajes” se sigue expandiendo en Matamoros, México y está comenzando a alcanzar otras partes del país. Desencadenada por las decenas de miles de obreros en 45 maquiladoras que se rebelaron el mes pasado contra los sindicatos propatronales, decenas de miles más están emprendiendo sus propias luchas después de que los trabajadores en Matamoros ganaran un aumento salarial del 20 por ciento y un bono de 32.000 pesos (USD$1.700).

Inspirados inmediatamente por la ola inicial de paros, al menos 20 otras maquiladoras en Matamoros comenzaron sus propias huelgas salvajes el martes de la semana pasada y se les unieron trabajadores de una planta embotelladora de Coca-Cola, tres supermercados, recolectores de basura y otros sectores de la clase obrera.

La ola de huelgas salvajes se está propagando por todo el país.

El jueves pasado, 680 trabajadores de una planta de General-Mills en la ciudad de Irapuato, en el estado central mexicano de Guanajuato, lanzaron una huelga salvaje de cuatro días contra dos despidos injustificados y por la demanda de un nuevo contrato con vacaciones pagadas y mejores condiciones. Las negociaciones siguen en marcha.

Cientos de maestros en el estado sureño de Michoacán continúan sus huelgas y bloqueos de líneas férreas para exigir un total de USD$311 millones en bonos debidos. Mientras se prolongan las negociaciones con el Gobierno, el sindicato Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) se ha “desvinculado” públicamente de los trabajadores que continúan los bloqueos, los cuales amenazan las críticas exportaciones de automóviles a Asia.

Mientras tanto, los trabajadores en los cinco campus de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) están llegando a su décimo día de una huelga por un aumento salarial del 20 por ciento, mientras que hay informes de una oposición cada vez mayor hacia el sindicato.

A medida que se expande la ola huelguística en México, la clase obrera está advirtiendo sobre un “contagio” y llevando a cabo un contrataque brutal en Matamoros. La asociación de maquiladoras local, Index, anunció la semana pasada que las empresas han despedido a más de 1,500 trabajadores que participaron en las huelgas y que planean despedir a 25.000 más en los próximos tres años.

El tema más discutido entre los trabajadores matamorenses en las redes sociales, además de deshacerse de los sindicatos, es luchar por librar una defensa de los despedidos y protegerse de los despidos masivos. En Trico Componentes, el cual ya acordó a las demandas del aumento y el bono, los trabajadores están discutiendo nuevas huelgas por el no pago del bono pactado.

Los trabajadores apoyan la manifestación del PSI contra los despidos en la industria automotriz

Al mismo tiempo, el Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y el oficialista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se han dedicado a apoyar al aparto sindical para prevenir las huelgas y contener la ola huelguística.

Las acciones de la Administración de AMLO no dejan campo para dudas sobre su papel proempresarial. El 25 de enero, el día en que los paros salvajes se convertirían en “legales”, el subsecretario federal del trabajo y el representante federal en Tamaulipas, quienes hablaron explícitamente en nombre del presidente, solicitaron posponer 10 días la huelga, mientras que amenazaron a los trabajadores con “consecuencias inesperadas”. El 27 de enero, el líder morenista del Senado, Ricardo Monreal, realizó llamadas telefónicas al sindicato y a las fuerzas apoyando el sindicato a poner fin a la huelga.

Esto estuvo complementado por el despliegue de policía estatal y federal, y soldados de la Marina y el Ejército para hostigar a los trabajadores en huelga. Más allá, el Associated Press reportó el 1 de febrero que el Gobierno de AMLO “presionó activamente al sindicato en Matamoros para que no buscara el aumento salarial”.

Por su parte, el aparato sindical ha respondido al resurgimiento de la lucha de clases movilizándose por todo el país para prevenir las huelgas y negociar rápido acuerdos entreguistas.

Por ejemplo, inspirados por las huelgas en Matamoros, alrededor de 6.000 trabajadores de autopartes en la vecina Ciudad Victoria amenazaron con una huelga por varias semanas exigiendo un aumento salarial del 30 por ciento. Sin embargo, el fin de semana pasado, el sindicato canceló la huelga e impuso un aumento de solo 16 por ciento.

Anoche, Proceso reportó que la confederación sindical CROC en la ciudad cercana de Monterrey estaba utilizando volantes para atraer a trabajadores en Walmart no sindicalizados que han estado exigiendo aumentos salariales como los de Matamoros, a fin de afiliarlos al sindicato en vez de lanzar los paros salvajes.

Reforma también informó ayer que los patrones de las maquiladoras en Ciudad Juárez, la cual se encuentra en la frontera con El Paso, Texas, están expresando una inquietud cada vez mayor de que la ola de huelgas llegue ahí.

Como resultado, las mismas fuerzas desplegadas a Matamoros para aplastar la rebelión están siendo enviadas a Juárez. Omnia reportó el fin de semana que han aparecido publicaciones en las redes sociales dirigidas a los trabajadores juarenses y llamando a aquellos interesados en unirse a los paros a comunicarse con la abogada y activista de Morena Susana Prieto y a la agrupación pseudoizquierdista llamada Organización Política del Pueblo y los Trabajadores (OPT).

Prieto y el OPT han estado trabajando juntos durante la última semana en Matamoros, visitando planta por planta y promoviendo la creación de un nuevo sindicato “independiente”. El activista de la OPT que acompañó a Prieto, Luis Carlos Haro, se presentó como representante de un sindicato “independiente y democrático” de San Quintín, Baja California, que forma parte de la Unión Nacional de Trabajadores (UNT).

Es preciso hacer una advertencia a los trabajadores. Estas fuerzas buscan crear una nueva fachada para la misma burocracia sindical a fin de subordinar las iniciativas independientes de los trabajadores a los dictados de las corruptas estructuras sindicales, el Gobierno y, en el análisis final, a la clase gobernante y el imperialismo.

El líder del UNT, Francisco Hernández Juárez, le dijo a El Economista en un artículo publicado el 8 de noviembre que la posición de los 200 sindicatos que lidera es que “no hay condiciones para una nueva central de trabajadores pero sí para una agenda común sindical” con las confederaciones sindicales establecidas como el CT y la CROC, lo que involucraría “respetar el propósito de cada sindicato”.

Hernández, quien fue diputado nacional del Partido de la Revolución Democrática (PRD) afirmó recientemente que la Presidencia de AMLO “es una de las mejoras cosas que le ha sucedido al país en años recientes”, y respaldó la candidatura de su compañero dirigente sindical, Napoleón Gómez Urrutia, como senador de Morena. Estando en el Senado, Gómez Urrutia sigue liderando el Sindicato Minero, afiliado formalmente a la Confederación de Trabajadores de México, la más grande del país, al sindicato siderúrgico estadounidense USW, IndustriAll, United Here, entre otros.

Después de décadas de supresión de la lucha de clases por parte de los sindicatos, la ola huelguística en México forma parte de un resurgimiento de la militancia entre los trabajadores internacionalmente. En todas partes, la burguesía está buscando apuntalar a estas organizaciones sindicales, las cuales son antiobreras y nacionalistas, para prevenir que los trabajadores aúnen sus luchas como parte de un movimiento internacional contra el capitalismo y por la igualdad social.

Ayer, unos 5,600 maestros de Denver iniciaron su primera huelga en 25 años, la cual se suma a una ola de huelgas involucrando a decenas de miles de educadores en varios estados de EUA en oposición a las décadas de austeridad y privatización.

De forma similar como la lucha en Matamoros, México, esta huelga fue desatada por paros salvajes en los estados de West Virginia, Arizona y Oklahoma organizados por medio de las redes sociales y en rebelión contra los sindicatos.

El único camino adelante para los trabajadores en México, toda América del Norte e internacionalmente es luchar por la construcción de sus propias organizaciones independientes de base y conectar sus luchas más allá de los sectores y las fronteras para construir un movimiento político independiente y en contra de los sindicatos y las otras organizaciones y partidos de la clase gobernante, por el socialismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 12 de febrero de 2019)

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