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Aumenta la violencia antisemita y ultraderechista en Alemania

A lo largo de la semana pasada se publicaron estadísticas que arrojan luz sobre peligrosos desarrollos políticos en Alemania. Los delitos y los actos de violencia antisemitas han aumentado bruscamente a lo largo del año pasado. Según las más recientes cifras del gobierno federal, las fuerzas policiales registraron a lo largo del país 1.646 actos criminales antisemitas en 2018. Esto es un 10 por ciento más que en 2017. Para ese año, el gobierno federal registró 1.504 ataques antisemitas.

El número de actos de violencia antisemita creció aún más rápidamente el año pasado, un 40 por ciento. En 2018 la policía confirmó 62 crímenes violentos, que eran 37 un año antes.

Las cifras fueron ofrecidas en respuestas por la gran coalición a preguntas parlamentarias sometidas a discusión por el partido La Izquierda sobre criminalidad antisemita. Las respuestas también revelaron que el mayor número de crímenes violentos antisemitas fueron perpetrados por individuos asociados con el espectro de la ultraderecha. De 755 actos criminales categorizados como antisemitas, 670 fueron etiquetados como crímenes motivados políticamente (CMP). Veinticinco están listados como “CMP-ideología extranjera”, 17 como “CMP-ideología religiosa”, y ocho como “CMP-izquierdista”.

El establishment político y los principales medios de comunicación apenas notaron estas cifras extremadamente preocupantes. La mayoría de los periódicos publicó breves noticias, y no hicieron declaraciones ni la canciller alemana ni los principales políticos del gobierno ni los de la oposición. En la rueda de prensa del 13 de febrero, el portavoz del Ministerio del Interior Sören Schmidt desestimó la cuestión de cómo había que explicar esos ataques y qué se estaba haciendo para impedirlos diciendo que el mediador para antisemitismo del gobierno estaba investigando el asunto. No tenía “más comentarios que hacer en este momento”.

Las cifras publicadas son evidentemente una gran molestia para los partidos del establishment. Las cifras exponen la afirmación mentirosa oficial, apoyada por la ultraderechista AfD, de que el antisemitismo en Alemania ha sido “importado”, y está vinculado sobre todo a los inmigrantes musulmanes. Como lo revelan las estadísticas, la vasta mayoría de incidentes antisemitas no guardan relación con grupos religiosos ni de “ideología extranjera”, mucho menos izquierdistas, sino que son la responsabilidad de la extrema derecha.

El aumento de los crímenes antisemitas es parte de una ola creciente de violencia ultraderechista. Según las cifras más recientes sobre la criminalidad derechista publicadas por el Ministerio del Interior, hubo 19.105 crímenes cometidos entre enero y noviembre de 2018 que fueron clasificados como “CMP-derechistas”, que incluían 1.072 actos de violencia. Además, “tuvieron lugar un asesinato consumado y seis intentos, motivados por políticas derechistas”. El número real es probablemente mucho mayor.

La mayoría de los actos de violencia y criminalidad derechista del año pasado ocurrieron en septiembre. Durante ese mes, los neonazis repetidamente marcharon por Chemnitz en una caza de brujas a extranjeros y opositores izquierdistas. Durante las marchas de los extremistas de derecha, ocurrieron también ataques antisemitas. En uno de esos incidentes, una muchedumbre neonazi atacó el restaurante judío Schalom. En el momento, no hubo condenas en los medios ni en el establishment político. Por el contrario, destacados cargos del gobierno, incluyendo al Ministro del Interior Horst Seehofer y el antiguo jefe de la agencia de inteligencia doméstica Hans-Georg Maassen, declararon su solidaridad con las protestas de los extremistas derechistas, y negaron que hubiera tenido lugar cualquier ataque violento.

Las cifras que han sido publicadas ahora son una condena al gobierno alemán y toda la clase gobernante, que han creado las condiciones en las que violentos matones ultraderechistas y antisemitas son capaces de actuar cada vez más agresivamente. Los partidos establecidos están promoviendo y defendiendo a la ultraderechista AfD, y cooperan con esta en comisiones parlamentarias, y abrazan su programa para imponer políticas militaristas, el fortalecimiento del aparato represivo doméstico y recortes en el gasto social.

La política hacia los refugiados de la gran coalición está tan influida por la AfD como lo está su fortalecimiento de la policía, las agencias de inteligencia y el ejército. El Informe Verfassungsschutz de la gran coalición, publicado por la agencia doméstica de inteligencia, también lleva la marca de la AfD. Mientras la AfD y sus simpatizantes ultraderechistas apenas son mencionados como “víctimas” de un supuesto “extremismo de izquierdas”, se denuncia toda oposición al capitalismo, al nacionalismo, al militarismo y al imperialismo como “extremismo de izquierdas” e “inconstitucional”. El Sozialistische Gleichheitspartei (SGP) está emprendiendo medidas legales contra la vigilancia por parte del servicio secreto alemán.

En su libro, ¿Por qué han vuelto? Falsificación histórica, conspiración política y el regreso del fascismo en Alemania, el vicesecretario nacional del SGP Christoph Vandreier examina en detalle cómo el ascenso de la AfD fue preparado de manera sistemática tanto ideológica como políticamente por parte de las agencias de inteligencia, los partidos políticos, los medios y los profesores universitarios. Esto creó el entorno intelectual dentro del cual el fascismo pudo prosperar una vez más casi 75 años después del colapso del Tercer Reich.

En el primer capítulo, “El regreso del militarismo alemán”, Vandreier trata con lo que es en cierto sentido un artículo programático, “La transformación del pasado”, que apareció en Der Spiegel a principios de 2014. El artículo fue escrito por Dirk Kurbjuweit, quien fuera posteriormente ascendido al cargo de editor en jefe adjunto de la revista de noticias más grande de Alemania, y reclama una “revisión” de los crímenes del imperialismo alemán del siglo XX. Como testigos clave en apoyo de esta “transformación”, Kurbjuweit citó al historiador derechista de la Universidad de Humboldt Jörg Baberowski, y al más conocido defensor de los nazis del período postbélico, Ernst Nolte.

Citó esto que dijo Nolte, entre otras cosas, “Estoy cada vez más convencido de que deberíamos dar más peso al papel desempeñado por los polacos y los británicos [en el asunto de la responsabilidad por desencadenar la Segunda Guerra Mundial] del que se le da habitualmente”. Nolte también acusó a los judíos de “‘Su propio papel en el gulag’, porque algunos bolcheviques eran judíos”. Aunque Kurbjuweit remarcó que este es desde hace mucho tiempo un argumento de los que “odian a los judíos”, prosiguió y comentó, “Pero este hombre [Nolte] no estaba equivocado en todo”. Después citó a Baberowski, un firme simpatizante de Nolte, quien declaró, “Hitler no era un psicópata, no era feroz. No quería hablar del exterminio de los judíos en su mesa”.

“La descarada falsificación de la historia que hace Baberowski y el que les quite importancia a los crímenes de los nazis no encontró absolutamente oposición alguna desde el ámbito académico ni en los medios de comunicación”, escribió Vandreier en ¿Por qué han vuelto? Después abordó las razones de ello. El brusco desplazamiento a la derecha en la vida intelectual alemana “no se puede explicar refiriéndose a la falta de carácter de unos pocos profesores”. Tras esta quietud hay “un desarrollo fundamental: el regreso del militarismo alemán. La falsificación de la historia les prepara el camino a nuevas guerras”.

Se ha vuelto un lugar común ahora el que los ultraderechistas y los neonazis ridiculicen a las víctimas de los nazis sin que haya protestas del establishment político ni de los medios. A finales de enero, el diputado de AfD Marc Jongen pronunció un discurso fascista tras la conmemoración anual en el parlamento del Holocausto en el que relativizó los crímenes de los nazis. Antes de eso, diputados de AfD en el parlamento del Estado de Baviera boicotearon un acto en conmemoración del Holocausto. Y en el aniversario de la liberación de Auschwitz, ultraderechistas polacos se manifestaron en el recinto del antiguo campo de concentración y corearon consignas antisemitas.

A diferencia de los años treinta, el fascismo no es aún un movimiento de masas. Pero es igualmente peligroso debido al apoyo del que goza desde las altas esferas. La lección más importante de la historia alemana es que la lucha contra el fascismo, el antisemitismo y el militarismo es inseparable de la lucha contra su fuente, el sistema capitalista, y contra todos los defensores de este sistema arruinado. Esta es la perspectiva del SGP. El SGP presenta candidatos a las elecciones europeas para armar con un programa socialista la oposición de trabajadores y jóvenes al peligro de la ultraderecha.

(Publicado originalmente en inglés el 21 de febrero de 2019)

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