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Niño guatemalteco detenido por Patrulla Fronteriza de EUA sucumbe a enfermedad

Un joven guatemalteco de 16 años, cuyo nombre aún no se ha dado a conocer, murió el martes en un hospital infantil de Texas luego de ser detenido por agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, todas las siglas en inglés). Su muerte sigue a otros dos niños inmigrantes de Guatemala que también murieron en custodia en los últimos cinco meses.

La causa exacta de la muerte no ha sido revelada, pero el joven había estado durante varios días en cuidados intensivos en el área de McAllen, Texas, debido a una “infección cerebral”. Aunque la fecha exacta de su captura por parte de la CBP cerca de El Paso, Texas, es desconocida, se sabe que fue trasladado el 20 de abril a unas instalaciones distantes más de 1,300 kilómetros de Brownsville, Texas, administradas por Southwest Key, una compañía sin fines de lucro que encarcela hasta 1,200 niños inmigrantes en un antiguo centro comercial de Walmart.

Pese a que se informó que a su llegada gozaba de buena salud, a la mañana siguiente fue llevado a una sala de emergencias después de quejarse de fiebre, escalofríos y dolores de cabeza. No obstante, a pesar de su condición, el joven fue dado de alta y llevado de regreso a la cárcel al día siguiente.

Según Evelyn Stauffer, portavoz del Departamento de Salud y Servicios Humanos, “la salud del menor no mejoró después de ser trasladado de regreso al refugio, por lo cual en la mañana del 22 de abril de 2019, el menor fue trasladado en ambulancia a la sala de emergencias del hospital.”

Desde allí fue llevado a una unidad de cuidados intensivos donde murió una semana después, el 30 de abril.

El hermano del niño y funcionarios del consulado de Guatemala lo visitaron mientras estaba en el hospital y familiares en Guatemala también fueron informados de la condición del niño. Los funcionarios guatemaltecos en McAllen dijeron que intentaron obtener visas humanitarias para los padres, pero se les negó debido a su edad.

El niño es el tercero en morir bajo la custodia del Gobierno estadounidense desde diciembre, cuando Jakelin Caal, de 7 años, murió en un hospital infantil en El Paso, y Felipe Gómez Alonzo, de 8 años, murió en un hospital de Nuevo México. Los tres niños eran de Guatemala y son parte del éxodo masivo de inmigrantes centroamericanos hacia los Estados Unidos en los últimos años.

En noviembre pasado, Guatemala tenía más inmigrantes bajo custodia del CBP que México, pese a que ese país es siete veces más pequeño que México.

El niño fallecido venía de Camotán, una ciudad cercana a la frontera con Honduras, conocida por sus altos niveles de desnutrición, donde la población empobrecida depende principalmente de la agricultura para sobrevivir.

La Administración de Trump se ha quejado en los últimos meses de que sus agencias fronterizas no están siendo lo suficientemente financiadas y que están abrumadas por el número de migrantes que cruzan la frontera. A principios del mes pasado, la agencia gubernamental responsable de encarcelar a los niños inmigrantes, la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR), dijo que iba a detener al mayor número de jóvenes en su historia, con aproximadamente 32,000 niños que ingresaron este año hasta fines de marzo.

Southwest Key, el mayor carcelero de niños inmigrantes en los Estados Unidos, ganó $626 millones de dólares en subvenciones federales en 2018 y $86 millones adicionales este año. Según la documentación del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), la cárcel de Casa Padre, donde el adolescente fue encarcelado, tuvo al menos cuatro denuncias de abuso sexual.

Durante la última década, Southwest Key recibió $1.7 mil millones de dólares en subvenciones según una investigación del New York Times. El fundador renunció en marzo pasado por mal manejo de fondos gubernamentales.

La Administración de Trump está solicitando $4.5 mil millones de dólares adicionales para financiar la “ayuda humanitaria”. La solicitud oficial —que afirma que el HHS se quedará sin fondos en junio—incluye $2.8 mil millones de dólares para aumentar la capacidad de las cárceles para niños no acompañados, para un total aproximado de 23,600 camas.

Se estima que hubo 50,036 niños no acompañados detenidos durante el último año presupuestario, con 35,898 niños hasta el momento en este año fiscal. El número más alto registrado fue bajo la Administración de Obama en 2014 con 57,496 niños bajo custodia.

El promedio de estadía en un campamento del Gobierno para niños es de 66 días, en comparación con 59 en el año fiscal 2018 y 40 en el año fiscal 2016.

Después de la muerte de los niños guatemaltecos en diciembre, la Administración de Trump prometió reformas que incluyen controles médicos más exhaustivos en estos campamentos. Los funcionarios federales han dicho que la muerte más reciente “estará sujeta a una revisión completa”.

(Publicado originalmente en inglés el 3 de mayo de 2019)

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