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Despido de ministro de Defensa británico profundiza crisis de conservadores ante mayores tensiones entre Reino Unido y Estados Unidos

El despido de Gavin Williamson como secretario de Defensa solo ha intensificado la desintegración del Gobierno conservador de Theresa May, ya sumido en una crisis por la salida programada del Reino Unido de la Unión Europea.

Williamson fue despedido después de que el secretario del Gabinete, sir Mark Sedwill, anunciara una investigación sobre quién filtró al Daily Telegraph las deliberaciones de la reunión del Consejo de Seguridad Nacional (NSC, por sus siglas en inglés) del 23 de abril, en la que se decidió aprobar la participación del gigante chino de telecomunicaciones, Huawei, en la próxima generación 5G de la red de datos británica.

La política, que aún no se ha anunciado oficialmente, está totalmente en desacuerdo con las demandas de los Estados Unidos y solo se aprobó gracias al voto decisivo de la propia May. Esta fue la primera ocasión en que se filtraron las deliberaciones de una reunión del NSC. Williamson es el primer ministro despedido por una filtración en 70 años.

Los miembros del NSC están sujetos a la Ley de Secretos Oficiales, que abarca a los ministros del gabinete y los funcionarios superiores involucrados en la política exterior y de defensa, así como a representantes de las agencias de inteligencia y las fuerzas armadas.

Entre los ministros que se sabe que se oponen al acuerdo con Huawei están Williamson, el secretario de Interior, Sajid Javid, el secretario de Relaciones Exteriores, Jeremy Hunt, la secretaria de Desarrollo, Penny Mordaunt, y el secretario de Comercio, Liam Fox.

El miércoles por la tarde, Williamson fue despedido, y May le informó que había "pruebas convincentes" de que filtró detalles de las discusiones del NSC. May enfrentó a Williamson con el hecho de que se había descubierto una llamada telefónica de once minutos entre él y el periodista del Daily Telegraph y editor político adjunto, Steven Swinford. Williamson ha declarado que había informado al Telegraph sobre la contienda anticipada de la dirigencia conservadora, el brexit y otras cuestiones menores. Se negó a renunciar, diciendo que May tendría que despedirlo.

El Partido Laborista, que ya había pedido una investigación oficial sobre la filtración, insistió con un llamado de su líder adjunto, el blairista Tom Watson, a emprender una investigación policial. Watson dijo sobre Williamson: "La primera ministra no le cree ... Ahora, si no lo hizo, eso significa que alguien más lo hizo, por lo que creo que una investigación criminal llegará a los hechos de este caso. Por eso creo que la extensión lógica de lo que la primera ministra ha alegado en su carta es que se ha cometido un acto criminal y la policía debe examinar los hechos".

El intento de May de frenar una escalada de la crisis fracasó, con Williamson despedido el día anterior a las elecciones locales en las que los conservadores sufrieron un colapso masivo, perdiendo más de 1,300 escaños concejales y más de 40 concejos.

Rechazando llamadas a una investigación policial, el secretario del Gabinete, David Lidington, dijo el jueves que May consideró el asunto "cerrado" y que "el secretario del Gabinete no considera necesario referirlo a la policía". Esto fue después de que el ex fiscal general conservador, Dominic Grieve, dijera que "sin duda existe un argumento" a favor de referir el asunto a la policía.

Williamson, un destacado representante del ala pro- brexit del partido, está causando estragos. En respuesta a la carta de May, escribió que "una investigación exhaustiva y formal" limpiaría su nombre. Agregó: "Aprecio que me ofrezcan la opción de renunciar, pero renunciar hubiera sido aceptar que yo, mis funcionarios, mis asesores militares o mi personal fueron los responsables: este no fue el caso". Hablando a Sky News el jueves, dijo que había sido "completamente jodido" y que se sentía "enormemente cómodo" con la posibilidad de una investigación policial sobre la filtración relacionada a Huawei.

Fue respaldado por los parlamentarios conservadores, incluido el exministro sir Desmond Swayne, quien dijo: "La justicia natural requiere que las pruebas se presenten para que su reputación pueda ser salvada o destruida por completo". El dirigente del ala que apoya un brexit total, Peter Bone, declaró: "Esto parece un tribunal irregular que llegó a una decisión secreta sobre la cual no tenemos pruebas que corroboren ninguna decisión".

Como antiguo w hip o líder parlamentario adjunto, exdirector de la exitosa campaña por la dirección del partido en 2015 y secretario de Defensa de May, Williamson es descrito como alguien que sabe dónde están "enterrados los cuerpos". Hablando en el "Newsnight" de BCC, el editor político Nicholas Watt dijo: “No se equivoquen, Gavin Williamson está en pie de guerra ... Hablé con un amigo esta noche y dijo que está pensando en pronunciar un discurso en el nivel del discurso de renuncia de Geoffrey Howe [de 1990], que precipitó la caída de Margaret Thatcher".

Ya sea que Williamson filtrara la información o no, y cualquiera que sea el papel que pueda desempeñar en la caída de May, esta disputa es solo un síntoma de la intratable crisis que enfrenta la burguesía británica.

Williamson mantuvo la cartera de Defensa por menos de 18 meses, luego de haber reemplazado a sir Michael Fallon luego de su renuncia. Pero él ha declarado que es el defensor más belicoso de la alianza más cercana posible con el imperialismo estadounidense, después del brexit, en la medida en que se enfrenta a Rusia y China.

Pocas semanas después de asumir el cargo, declaró provocativamente que Rusia planeaba matar a "miles y miles y miles" de británicos para intentar controlar la infraestructura vital.

A medida que la crisis se intensificaba en torno al envenenamiento de marzo de 2018 en Salisbury del agente doble Sergei Skripal y su hija Yulia, Williamson respondió a la demanda de Moscú de información que los vinculara a que May llamó un intento de asesinato al declarar que Rusia debería "irse" y "callarse."

En un discurso este febrero, insistió en que el Reino Unido debería estar preparado para enfrentar a Rusia y China en todos los frentes. Denunció a Rusia por "reconstruir su arsenal militar" y advirtió que China está "desarrollando su capacidad militar moderna y su poder comercial".

Los ataques de Williamson contra Rusia, y más particularmente contra China, se volvieron cada vez más desquiciados, lo que lo puso en conflicto directo con las secciones de la élite gobernante que consideran que el desarrollo de los vínculos comerciales con Beijing, incluida la financiación de proyectos de infraestructura vital en Reino Unido, es fundamental.

En febrero, el canciller Philip Hammond se vio obligado a cancelar una visita comercial a China e intentar reparar el daño luego de que Williamson amenazara con enviar un portaaviones británico al mar de China Meridional para monitorear la actividad naval china.

Entre los que se alinearon contra la intervención de Williamson se encontraba el excanciller George Osborne, quien, bajo el predecesor de May, David Cameron, forjó estrechos lazos económicos con China. Osborne advirtió: "Usted tiene al secretario de Defensa involucrado en una diplomacia de cañones de un tipo bastante anticuado, al mismo tiempo que el canciller y el secretario de Relaciones Exteriores dicen que quieren una estrecha asociación económica con China”.

Las tensiones en torno a la estrategia post- Brexit de la elite gobernante seguirán siendo el centro de atención con la visita del próximo miércoles al secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, a Reino Unido. Pompeo se reunirá con May y Jeremy Hunt, el secretario de Relaciones Exteriores. El Daily Mail informó que "pronunciará un discurso sobre la ‘relación especial’ entre el Reino Unido y los Estados Unidos". Según el Daily Telegraph, Pompeo reiterará las amenazas de Estados Unidos de que "Permitir que Huawei acceda a las redes podría poner en peligro las relaciones entre EUA y el Reino Unido". Se citó a una fuente del Departamento de Estado que dijo: "Lo que queremos hacer con amigos, aliados, socios en este tema es compartir con ellos lo que sabemos sobre los riesgos que conllevan la presencia de Huawei y sus redes”.

La crisis sobre Huawei confirma que el Gobierno disfuncional de May solo puede mantenerse en el poder tambaleando porque está siendo apoyado por el Partido Laborista de Jeremy Corbyn.

El Partido Laborista continúa las negociaciones con los conservadores en un intento de llegar a un acuerdo que haría que su acuerdo de retirarse de la UE se aprobara en el Parlamento, en el cuarto intento. Lo consciente que es el carácter antiobrero de esta agenda se demostró el jueves en la BBC, cuando Barry Gardiner, ministro de Comercio en la sombra, le dijo al ministro del Brexit, el conservador James Cleverly, que el Partido Laborista estaba "allí [en las discusiones] tratando de rescatarlos".

(Publicado originalmente en inglés el 4 de mayo de 2019)

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