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La amenaza arancelaria de Trump contra México golpea los mercados globales

Los mercados financieros globales se han visto conmocionados con el anuncio hecho por el presidente Donald Trump de Estados Unidos de que impondrá un arancel del 5 por ciento a todos los productos mexicanos a partir del 10 de junio, aumentando al 25 por ciento en octubre, en apoyo de su demanda de que su Gobierno tome medidas para detener el flujo de refugiados a los Estados Unidos.

Los mercados de valores en todo el mundo terminaron un mes negativo el viernes, ya que las acciones se vendieron y los rendimientos de los bonos del Gobierno cayeron debido a que los inversionistas buscaron la seguridad tras el anuncio.

Los mercados se han enloquecido por el hecho de que Trump —además de su guerra económica contra China, la amenaza de los aranceles automovilísticos contra Europa y Japón, la colocación del gigante chino de telecomunicaciones Huawei en una lista negra y la amenaza de detener el intercambio de inteligencia con Reino Unido si utiliza el equipo de Huawei en sus redes de telecomunicaciones— ha agregado otra dimensión a la inestabilidad comercial y financiera.

Es decir, en pos de su agenda política en medio de la profundización del conflicto entre facciones dentro de la clase dominante de los Estados Unidos, Trump está preparado para recurrir al uso sin precedentes de medidas económicas, con ramificaciones internacionales de gran alcance.

El ímpetu inmediato para la decisión arancelaria fue la reanudación de las demandas de destitución de Trump tras las sorpresas del miércoles del asesor especial Robert Mueller, en las que contradecía las afirmaciones de la Casa Blanca de que su informe sobre la supuesta interferencia rusa en las elecciones de 2016 había exonerado a Trump de violaciones criminales.

Trump respondió el jueves por la noche con el anuncio de aranceles contra México, con el cual buscaba movilizar a sus partidarios de derecha y nacionalistas al intensificar su guerra contra los inmigrantes y refugiados en nombre del "control de fronteras" y la "seguridad nacional". Los aranceles están siendo impuestos según la Ley de Emergencia Económica Internacional, que permite al presidente eludir al Congreso para llevar a cabo una amplia gama de medidas económicas.

Los mercados de Estados Unidos cerraron a la baja el viernes debido a la preocupación sobre el impacto de las medidas arancelarias en sí mismas y los problemas más amplios que se derivan de la mezcla de comercio e inmigración. Jay Timmons, el presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes, dijo que la decisión Trump había creado un "cóctel Molotov de política".

Los aranceles propuestos tendrían "consecuencias devastadoras para los fabricantes en Estados Unidos y para los consumidores estadounidenses", continuó, y agregó: "Hemos llevado nuestras preocupaciones a los niveles más altos de la Administración y les instamos a que consideren cuidadosamente el impacto de esta acción en las familias trabajadoras en todo el país".

David Schwietert, presidente interino de Auto Alliance, que representa a los fabricantes de automóviles estadounidenses y extranjeros en Washington, advirtió que cualquier barrera al flujo comercial a través de la frontera entre EUA y México tendría un "efecto en cascada", perjudicando a los consumidores y amenazando los empleos y la inversión.

Tras la amenaza arancelaria, los índices del mercado estadounidense perdieron más del 1 por ciento el viernes. El Dow cayó en 355 puntos, o 1,4 por ciento, terminando su sexta semana consecutiva de pérdidas, la racha de pérdidas más larga desde 2011. El S&P 500 cayó 1,3 por ciento, mientras que el Nasdaq cayó 1,5 por ciento.

El paso arancelario llevó a divisiones dentro de la Administración, con el Wall Street Journal informando que el representante comercial de los Estados Unidos, Robert Lighthizer, "no estaba contento" porque pondría en peligro la aprobación del Acuerdo entre los Estados Unidos, México y Canadá por parte del Congreso.

Después del informe del Journal, la oficina del representante comercial se vio obligada a emitir un comunicado diciendo que Lighthizer apoyaba lo que el presidente estaba haciendo. Sin embargo, es dudoso que Lighthizer lo supiera hasta el último minuto. El congresista demócrata Earl Blumenauer dijo que había hablado con él sobre el USMCA el jueves por la tarde, pero no se mencionaron los aranceles.

Hay divisiones dentro del Partido Republicano sobre la decisión. Chuck Grassley, presidente del Comité de Finanzas del Senado, que supervisa el comercio, dijo que se trataba de un mal uso de "la autoridad presidencial y la intención del Congreso".

El senador Lindsey Graham se manifestó en apoyo, tuiteando: "Apoyo la decisión del presidente Trump de imponer aranceles a México hasta que nos ayuden con nuestro desastre fronterizo".

El asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, trató de calmar los mercados, y le dijo al canal de negocios CNBC que los inversionistas deberían analizar la situación con calma y que "esta es en realidad una acción brillante del presidente para atraer la atención de México".

Hubo una respuesta internacional de sorpresa entre los analistas financieros y comentaristas.

Ulrich Leuchtmann, un analista del Commerzbank de Alemania, le dijo al Financial Times que "a veces hay que reconsiderar todo lo que alguna vez considerabas como una certeza. Hoy es una ocasión así”.

Krishna Guha, el vicepresidente de la firma de banca de inversión Evercore ISI, señaló las implicaciones a largo plazo de la decisión de Trump en sus comentarios al periódico.

"Sugiere que la política comercial de Trump bien podría significar un estado permanente de incertidumbre endémica e inestabilidad en el sistema de comercio global, no simplemente un restablecimiento secuencial de los acuerdos anteriores que comenzaron con México y proceden a través de China a Europa y Japón", dijo.

Martin Moeller señaló las implicaciones más amplias de los últimos pasos de Trump, en los que Estados Unidos ha demostrado que está preparado para utilizar el apalancamiento económico y el poder para hacer avanzar sus intereses más allá del comercio, en comentarios al Wall Street Journal. El próximo blanco podrían ser los miembros de la OTAN que no están elevando el gasto militar en línea con las demandas de Estados Unidos, sugirió.

"Si un miembro de la OTAN no está cumpliendo, los aranceles también podrían usarse como un arma contra ese país para presionar respecto a cualquier problema político que tengan", dijo.

Tales comentarios apuntan al hecho de que la agenda comercial y económica de Trump no funciona dentro del marco del sistema de posguerra, establecido y sostenido durante décadas por los Estados Unidos, sino que apunta a anularlo por completo. Esto implica un proceso en el que todas las armas del Estado estadounidense están "cargadas", desde la detención de la ejecutiva de Huawei, Meng Wanzhou, en Canadá por iniciativa del Departamento de Justicia de EUA, hasta el uso de los poderes de "seguridad nacional" para imponer aranceles al acero. y aluminio y posiblemente autos, a la colocación de Huawei y otras firmas chinas en la lista negra del Departamento de Comercio.

Rememorando más que todo la turbulencia económica y política de la década de 1930, hay una lógica objetiva de este proceso, ahora acelerada por el último paso de Trump. Apunta al creciente peligro de guerra mientras Estados Unidos se esfuerza por mantener su posición de dominio global por todos los medios necesarios.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 1 de junio de 2019)

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