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¡Movilice a la clase obrera para combatir el ataque bipartidista hacia la educación pública!

¡Por una política socialista para financiar completamente las escuelas públicas!

Los maestros de Michigan se unen con educadores de Estados Unidos e internacionalmente en la lucha para defender el derecho a una educación pública de alta calidad y se oponen al impulso de la aristocracia corporativa y financiera de retroceder el reloj y convertir a la educación en un sistema basado en clases.

Este ataque está muy avanzado en el estado de origen de la secretaria de Educación de Estados Unidos, Betsy DeVos. Los salarios promedio de los maestros han disminuido un 12 por ciento en la última década, mientras que las escuelas charter con fines de lucro, proliferan. Las escuelas públicas tienen un financiamiento insuficiente en promedio de $2,000 por estudiante. Como se esperaba, el porcentaje de jóvenes en el estado que estudian para convertirse en educadores se ha reducido un impresionante 66 por ciento. La escasez de maestros, magnificada por la industria de pruebas con fines de lucro, está creando una ruptura sistémica en los distritos de todo Michigan.

Sin embargo, esta crisis no se puede colocar únicamente a los pies de la privatizadora multimillonaria DeVos, la Administración Trump y los republicanos. Por lo contrario, la privatización escolar ha sido la política de los demócratas, no menos que los republicanos. Ambos partidos se han unido para estrangular la educación pública, desde Ningún Niño Dejado Atrás de Bush hasta Carrera Hacia la Cima de Obama.

Bajo la Administración de Obama, los bancos fueron rescatados, pero no hubo rescates para la educación y otros servicios vitales. De hecho, Obama supervisó los drásticos recortes al Título I y la Educación Especial, la destrucción de cientos de miles de empleos de maestros y una vasta expansión de las escuelas autónomas. Estos ataques fueron parte de la mayor transferencia de riqueza de la clase trabajadora a los ricos y un terrible crecimiento de la desigualdad social.

Como en otros lugares, decenas de millones fueron canalizados a recortes de impuestos para General Motors y multimillonarios como Dan Gilbert y los Ilitch a expensas del Fondo de Ayuda Escolar y becas de la fundación. Los gerentes de emergencias (en su mayoría, los mismos demócratas) se presentaron bajo la demócrata Jennifer Granholm, mientras que se utilizaron políticas fraudulentas de "escuelas fallidas" para penalizar a las escuelas, despedir a los maestros y cerrar los distritos.

Las políticas de la gobernadora Gretchen Whitmer siguen subordinando las necesidades de maestros y estudiantes a la agenda de las grandes empresas. Su presupuesto de educación requiere una mísera $180 por alumno para los distritos escolares en la parte inferior de la escala de financiamiento y $120 por alumno en aquellos que reciben becas más altas. ¡Esto es menos que la propuesta del archirreacionario exgobernador Snyder!

En una clara muestra de sus prioridades, Whitmer ha exigido que Benton Harbor cierre su única preparatoria a cambio de una modesta asistencia en la deuda del distrito. De lo contrario, ella dice, todo el distrito será convertido uno por uno en escuelas semiautónomas. Mientras la gobernadora demócrata dice que se opone a las escuelas charter con fines de lucro, Whitmer nombró al exejecutivo de una escuela autónoma Doug Ross como asesor principal sobre "logros educativos" el febrero pasado.

Bajo estas condiciones, la Asociación de Educación de Michigan (MEA) y la Federación Americana de Maestros (AFT) de Michigan afirman que Whitmer está pidiendo una "reinversión histórica en la educación pública". Esta es una mentira egoísta. Los sindicatos buscan intercambiar su apoyo a los ataques de Whitmer por un "asiento en la mesa" y un flujo constante de cuotas lucrativas. Cualquier observador honesto tendría que llegar a la conclusión de que los repetidos mantras de los sindicatos sobre "Recordar en noviembre" y votar por los demócratas no ha hecho más que ayudar y favorecer la reducción constante de la educación pública.

El MEA ahora ha señalado su apoyo a una nueva y despiadada ronda de cierres de escuelas al respaldar el ultimátum de Whitmer de cerrar la preparatoria de Benton Harbor. Esto es una puñalada en la espalda a un distrito profundamente empobrecido. Con solo una beca de $7,871 de la fundación, los educadores de Benton Harbor han luchado enormemente para ofrecer un salvavidas a los estudiantes. La colusión de Whitmer y el sindicato amenaza con dispersar a los estudiantes a unos 10 distritos diferentes.

En oposición a cualquier lucha contra los bancos de Wall Street y los gigantes corporativos que han desangrado el estado, el MEA respalda los 45 centavos por galón del impuesto a la gasolina de Whitmer, el impuesto sobre combustible más alto de la nación, un costo para trabajadores estimado a $562 cada año.

Al mismo tiempo, General Motors y Ford, que están cerrando plantas y despidiendo a decenas de miles de trabajadores, reciben enormes subsidios estatales y no han pagado impuestos federales en una década. Estas compañías han tomado la ganancia récord que obtuvieron al recortar los salarios y los empleos de los trabajadores y lo han canalizado a sus inversores y ejecutivos más ricos a través de recompras de acciones y pagos de dividendos.

El hecho es que la jerarquía sindical bien dotada, personificada por la presidenta de la Asociación de Educación (NEA), Lily Garcia, y la presidenta de la AFT, Randi Weingarten, que cobran salarios de $500,000 al año, no tiene intención de combatir la desigualdad social. Por lo contrario, la AFT y la NEA han pasado los últimos años tratando de acabar con la rebelión de los maestros, desde los disturbios de 2015-16 de los maestros de Detroit que protestaban contra las escuelas inseguras y los bajos salarios, hasta las huelgas de West Virginia a California durante el pasado año y medio. En todos los casos, los sindicatos firmaron acuerdos que ignoraban las demandas de los maestros de mejorar los salarios y la financiación escolar.

Pero la oposición en los Estados Unidos e internacionalmente sigue creciendo. Durante los últimos seis meses, los maestros organizados en grupos de "Red Pen" se unieron a los chalecos amarillos en París, denunciando la misma falta de suministros y las condiciones en ruinas que enfrentamos en Michigan. 300,000 maestros polacos realizaron una huelga nacional de 17 días en abril. Los maestros en Marruecos han lanzado repetidas huelgas de hambre por el pago de la pobreza. Argentina, Costa Rica, México, Holanda, Argelia y muchos más países han estallado en huelgas masivas de maestros durante el último año.

Los maestros tienen aliados poderosos, no en oficinas sindicales ni en rotondas legislativas, sino de trabajadores de todo el mundo. En tres meses, los contratos para 155,000 trabajadores de GM, Ford y Fiat Chrysler se vencen y los trabajadores están decididos a recuperar años de salarios decrecientes, sistemas de salarios de dos niveles y la propagación del trabajo temporal de tiempo parcial mal pagado. No solo están luchando contra los jefes de automóviles, sino también contra el sindicato United Auto Workers (UAW), que ha recibido millones de sobornos de las corporaciones a cambio de firmar contratos a favor de la compañía.

El Boletín de Maestros del Word Socialist Web Site llama a los educadores a formar comités de base para reunir a educadores, estudiantes, padres, trabajadores automotores y otros trabajadores para preparar una huelga general. Los trabajadores deben luchar por lo que necesitan, no por lo que los poderosos digan que sea asequible.

Hay muchos recursos para mejorar enormemente los salarios y las condiciones de los trabajadores y garantizar la mejor educación para todos los niños. Pero bajo el capitalismo, los billones de dólares se despilfarran en rescates bancarios, recortes de impuestos corporativos, guerras interminables, ataques contra inmigrantes y por más yates y aviones privados para los ultra ricos.

Para cambiar las prioridades de la sociedad, los trabajadores deben lanzar una contraofensiva política contra Trump y los republicanos y los demócratas, y luchar para tomar el poder político en nuestras propias manos. El sistema capitalista debe ser reemplazado por el socialismo, un sistema basado en elevar el nivel material y cultural de la gran mayoría de la población, no el enriquecimiento adicional de los pocos ricos.

Se necesita una redistribución radical de la riqueza para financiar completamente la educación pública. Los impuestos a los súper ricos deben aumentarse considerablemente mientras que los impuestos se reducen drásticamente en las familias de clase trabajadora y clase media. Los bancos y corporaciones gigantes deben transformarse en servicios públicos, de propiedad colectiva y controlados democráticamente por los trabajadores cuyo trabajo colectivo produce la riqueza de la sociedad.

Instamos a los educadores a que se pongan en contacto con el Boletín de Maestros de WSWS, se subscriban y compartan nuestro boletín de correo electrónico y desarrollen el liderazgo necesario para llevar adelante esta lucha.

(Publicado originalmente en inglés el 18 de junio de 2019)

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