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Políticos y medios alemanes exigen acción militar en golfo Pérsico

Durante mucho tiempo, Alemania, Francia y Reino Unido actuaron como si quisieran salvar el acuerdo nuclear con Irán. Pero cuanto más avanza Estados Unidos con sus preparativos para una guerra contra Irán, más fuertes son las voces en Europa que instan a la acción militar. Cada vez está más claro que los europeos nunca se preocuparon por la paz, la estabilidad o cosas similares, sino más bien por proseguir sus propios intereses imperialistas.

El Frankfurter Allgemeine Zeitung (FAZ), portavoz de la Bolsa de Valores de Frankfurt, declaró esto con una franqueza excepcional el 15 de julio:

"El conflicto, cuyo marco más amplio es el programa nuclear iraní, no se trata solo de la libertad de navegación para los buques comerciales o la fluidez de suministros en la economía mundial con un aceite lubricante", escribió el editor de la FAZ, Rainer Hermann. "El objetivo general es más bien controlar una región cuya importancia estratégica en un mundo que continúa dependiendo del petróleo no debe subestimarse".

"Estados Unidos y Europa no pueden, por sus propios intereses, dejarles a otros actores la región del golfo", declaró Hermann con una arrogante arrogancia imperialista, "ni a ninguna otra potencia externa, como Rusia, ni a la República Islámica de Irán, porque una paz iraní pondría en peligro el orden actual de una región en la que se encuentra la mitad de los yacimientos de petróleo conocidos”.

Según FAZ, una “guerra por petróleo” es “solo una razón detrás del gran interés occidental en la región del golfo”. También cita los petrodólares invertidos por los saudíes y otras monarquías del golfo Pérsico en bonos de los Gobiernos occidentales y en las economías occidentales. Esto, según Herrmann, ha valido especialmente la pena para el Reino Unido, donde los Estados del golfo han rescatado bancos, financiado el alto déficit de la cuenta corriente y comprado bienes inmuebles. Las “cuentas de pedidos de los fabricantes de armas occidentales" también están llenos de los nombres de Estados del golfo.

Desde que apareció este comentario, la crisis en el golfo Pérsico se ha intensificado masivamente. Después de que Reino Unido se apoderara ilegalmente del superpetrolero "Grace1", cargado con petróleo iraní, frente a Gibraltar el 4 de julio, Irán confiscó el buque cisterna británico "Stena Impero" en las aguas de Omán el 19 de julio. Desde entonces, el Gobierno británico ha estado presionando a favor de una misión militar europea, supuestamente para garantizar la libre navegación a través del estrecho de Ormuz. Alrededor de una quinta parte del petróleo comercializado en el mundo se transporta a través de este estrecho de 21 millas náuticas de ancho.

Francia, Italia y Dinamarca inmediatamente manifestaron su apoyo, mientras que Alemania retrasó un compromiso firme. Mientras que el antiguo Gobierno británico de Theresa May había hablado de una misión militar puramente europea, el Gobierno de su sucesor, Boris Johnson, ha declarado abiertamente que la verdadera cuestión es una operación conjunta con Estados Unidos, que se ha estado preparando durante meses para una guerra contra Irán y ha transfirió fuerzas militares a la región para este propósito.

"Creo que sería importante para la iniciativa contar con el apoyo de Estados Unidos para que sea viable", dijo el nuevo secretario de Asuntos Exteriores británico, Dominic Raab, a la BBC. Raab rechazó rotundamente una propuesta del presidente iraní Hassan Rohani de intercambiar los dos petroleros confiscados.

El martes, el Ministerio de Relaciones Exteriores alemán confirmó oficialmente que hace unos días ya se había recibido una solicitud por escrito de la Administración de Trump para participar en una misión militar en el golfo. La semana pasada, el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Mark Esper, también habló por teléfono con su contraparte alemana, Annegret Kramp-Karrenbauer.

Luego, el miércoles, el ministro de Relaciones Exteriores, Heiko Maas (SPD), anunció durante un viaje a Polonia que el Gobierno alemán no participaría oficialmente en la operación propuesta por el Gobierno estadounidense, pero explicó que Berlín estaría trabajando en "estrecha coordinación con nuestros socios franceses".

Los intentos de mantener vivo el acuerdo nuclear iraní contra la voluntad de Estados Unidos han fracasado en gran medida. Europa, Rusia y China no han cumplido su promesa de continuar comerciando con Irán a pesar de las sanciones de Estados Unidos. Y Teherán considera oficialmente el despliegue de buques de guerra europeos en el golfo Pérsico como una "señal hostil". Una reunión de crisis celebrada el domingo en Viena para rescatar el tratado nuclear no logró resultados tangibles.

Aunque Estados Unidos se dirige cada vez más abiertamente hacia una catástrofe militar que podría reclamar millones de víctimas y que podría convertirse en una guerra mundial nuclear, las demandas de guerra también se hacen cada vez con mayor fuerza en Europa. Especialmente en Alemania, donde la abrumadora mayoría de la población rechaza con vehemencia una intervención militar, los medios y los políticos exigen una misión militar.

La revista de noticias Der Spiegel publicó el sábado un editorial titulado "¿Cuándo, si no ahora?". En un tono agresivo, la subdirectora Christiane Hoffmann exigió la participación de la Bundeswehr (Fuerzas Armadas) en una misión militar en el estrecho de Ormuz.

"Por supuesto, los peligros de tal operación serían considerables: en el peor de los casos, Europa y, por lo tanto, la Bundeswehr podrían verse envueltos en un conflicto militar con Irán", escribió. Para que la misión, "sea creíble", también debe estar lista para "emplear violencia".

"Sin embargo, sería un error para Alemania volver a esconderse detrás de la cultura de la restricción militar", continuó Hoffmann. "Más de un cuarto de siglo después del primer despliegue armado de la Bundeswehr, Alemania ya no puede eludir su responsabilidad". Durante años, el Gobierno Federal ha estado hablando de "no querer quedarse solo al margen internacionalmente. ¿Qué está esperando Berlín? ¿Cuándo, si no ahora?”, escribió indignada.

Un día después, el líder de la Conferencia de Seguridad de Múnich, Wolfgang Ischinger, tocó la misma melodía en el Welt am Sonntag. Alemania debe "abandonar el banco de reserva" y participar en la misión de protección europea en el golfo, escribió. "Casi ningún otro país depende tanto de la libertad del transporte marítimo internacional como Alemania, el campeón mundial de exportaciones".

La Federación de Industrias Alemanas (BDI, siglas en alemán) también se pronunció abiertamente a favor del despliegue de la Bundeswehr en el golfo Pérsico. El presidente de BDI, Dieter Kempf, justificó esto con el hecho de que una industria operativa de envíos comerciales marítimos es de gran importancia para Alemania como nación exportadora y país industrial. El estrecho de Ormuz fue la ruta más importante con creces para transportar petróleo y gas en todo el mundo. El punto era asegurar la fuerza del derecho internacional con un "despliegue defensivo".

"Es una cuestión de solidaridad entre nosotros los europeos que Alemania, como nación comercial, también participe en esa misión", declaró Kempf.

El experto en política exterior de CDU, Norbert Röttgen, dijo a B.Z. Sonntag: "El comportamiento de Irán exige una respuesta europea". Irán atacó el comercio marítimo, la "base del libre comercio, la exportación y, por lo tanto, nuestra prosperidad".

Según la red de noticias RND, el ministro de Asuntos Exteriores, Heiko Maas (SPD), también se pronunció a favor de una operación militar de la Bundeswehr en el estrecho de Ormuz. En una reunión especial de la Comisión de Asuntos Exteriores el 24 de julio, Maas dijo: "Queremos estar allí". También hubo un diálogo intenso con los Gobiernos en Londres y París.

Las señales también vinieron de Los Verdes, adornadas con las reservas habituales sobre un permiso de la ONU y una "misión de paz", que luego se eliminan cuando se toman las decisiones.

Omid Nouripour, portavoz de política exterior del grupo parlamentario verde en el Bundestag (Parlamento), dijo al Passauer Neue Presse que era necesaria una "reacción prudente a la provocación iraní" para evitar una reacción exagerada de los iraníes o los estadounidenses. En vista de las tensiones en la región, un despliegue de la Bundeswehr podría contribuir a una "desescalada".

Franziska Brantner, portavoz de política europea del grupo parlamentario verde en el Bundestag, insistió en que una operación militar con participación alemana tendría que llevarse a cabo en el estrecho de Ormuz bajo el amparo de la Unión Europea (UE). "Una coalición de los dispuestos bajo el liderazgo estadounidense de facto sería legal y políticamente difícil; su efecto de desescalada sería cuestionable". En general, Alemania "tiene una responsabilidad especial aquí, como en todos los asuntos europeos".

El partido La Izquierda está desempeñando su habitual juego de confusión. Si bien actualmente está en contra del envío de soldados alemanes al golfo Pérsico en las circunstancias actuales, no quiere excluir dicha operación militar en general.

En una entrevista con Deutschlandfunk Radio, Stefan Liebich, portavoz de política exterior de La Izquierda en el Bundestag, dijo: "Antes de actuar militarmente, quiero saber qué ha sucedido". Dado que Alemania es actualmente miembro del Consejo de Seguridad de la ONU, el ministro de Relaciones Exteriores, Maas, debería abogar por "una comisión de investigación independiente". Si uno supiera lo que sucedió, "también se podrían sacar consecuencias".

Al igual que Los Verdes, La Izquierda solo quiere enviar soldados de la Bundeswehr al estrecho de Ormuz si actúan independientemente del ejército de los EUA y luchan por los intereses de gran potencia puramente alemanes o europeos. Si esto está garantizado, disfraza las intervenciones extranjeras de la Bundeswehr como "medios de desescalada" y "política de paz consistente". Ya en 2014, Liebich había abogado vehementemente por la participación de la Armada alemana en la destrucción de armas químicas sirias, porque esto era "sin duda algo bueno".

Habiéndose abstenido de participar militarmente en la guerra de Libia en 2011, la burguesía alemana hoy está decidida a ser parte de una guerra mucho más grande contra Irán para no verse engañada por sus rivales imperialistas y no quedarse con las manos vacías en la distribución del botín.

La tarea más importante ahora es construir un movimiento global contra la guerra dirigido por la clase trabajadora. Solo de esta manera se puede librar la lucha contra la conspiración de guerra de la clase dominante y su causa, el sistema de ganancias capitalista. Los trabajadores de Europa y Estados Unidos deben unirse con los trabajadores de Irán y Oriente Próximo y luchar por una perspectiva socialista internacional.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 1 de agosto de 2019)

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