Español

Tras voto a favor de huelga de 96 por ciento, el UAW elige a trabajadores de GM para intentar imponer primer contrato entreguista

Faltan menos de dos semanas para el vencimiento del contrato el 14 de septiembre para más de 155.000 trabajadores estadounidenses en General Motors, Ford y Fiat Chrysler (FCA). Los trabajadores automotores han registrado su determinación de luchar por mejoras sustanciales en salarios y condiciones con un voto de autorización de huelga casi unánime.

Según los totales publicados por el sindicato United Auto Workers el martes, los trabajadores de GM votaron a favor de hacer huelga con una mayoría de 96,4 por ciento, los trabajadores de Ford con 95,98 por ciento y los trabajadores de FCA con 96 por ciento para retirarse cuando expiren sus contratos.

Los trabajadores de las más de 80 fábricas de los fabricantes de automóviles dieron un mandato abrumador para la primera huelga nacional desde la huelga de Ford en 1976. Esto incluyó un voto del 96 por ciento en la planta de GM en Detroit-Hamtramck, seleccionada para su cierre en enero.

Trabajadores de GM en la planta de Detroit-Hamtramck, la cual fue seleccionada para su cierre

Al igual que otras secciones de trabajadores en los EUA e internacionalmente, los trabajadores automotores han sufrido una disminución en los salarios reales durante la última década, incluso cuando las transnacionales automotrices han disfrutado de un auge récord de ganancias. La militancia de los trabajadores automotores se ha acentuado por las revelaciones de que a los altos funcionarios de la UAW se les pagaron millones de dólares en sobornos para firmar acuerdos favorables para las empresas.

Justo después de la publicación de los totales de votos, el presidente de la UAW, Gary Jones, cuya casa en el área de Detroit fue allanada por el FBI la semana pasada, anunció que GM sería el "blanco" del sindicato para un acuerdo que marque la pauta para Ford y Fiat Chrysler.

Hasta mediados de la década de 1970, ser designada la compañía líder en las negociaciones del UAW generaba ansiedad en las salas de juntas corporativas por una huelga potencialmente paralizante y un acuerdo que aumentaría significativamente los costos laborales. Esa dinámica, sin embargo, se ha convertido en su opuesto. Las compañías prácticamente compiten por ser el "blanco de huelga" del UAW, sabiendo muy bien que la primera compañía obtendrá un acuerdo de la UAW que se adapte más a sus necesidades de ganancias.

Esta es la tercera vez en los últimos cuatro ciclos de contrato (2007, 2011 y 2019) que GM ha sido elegido. En cada contrato, el UAW se ha coludido con los gerentes automotrices para hacer retroceder los salarios y las condiciones de los trabajadores.

En 2007, el UAW convocó una huelga falsa de dos días en GM y una huelga de seis horas en Chrysler, llamadas "huelgas Hollywood" por los trabajadores porque eran simplemente para el espectáculo. Posteriormente, el UAW firmó un "acuerdo transformador" que introdujo salarios de dos niveles y allanó el camino para el despido de decenas de miles de "trabajadores antiguos", cuyos salarios son mayores.

Dos años más tarde, en 2009, el UAW colaboró con la Administración de Obama para reabrir los acuerdos laborales durante la reestructuración gubernamental de GM y Chrysler y aplicar a la fuerza amplias concesiones. Los salarios de todos los nuevos empleados se redujeron a la mitad y se abolió el día de ocho horas. El UAW aceptó una prohibición de huelgas por seis años y la destrucción de miles de empleos. A cambio, se le entregó el control del multimillonario fondo de atención médica para jubilados, financiado en gran parte con acciones corporativas.

En 2011, el UAW firmó un acuerdo con GM que amplió el número de trabajadores de segundo nivel y no proporcionó aumentos salariales ni de pensiones a los trabajadores que habían sufrido un congelamiento salarial desde 2003.

El comité de negociación de UAW-GM 2011 incluyó a Dennis Williams, Joe Ashton, Michael Grimes y Jeff Pietrzyk, todos los cuales han sido acusados o implicados en un esquema ilegal de sobornos multimillonarios que involucra al Centro de Recursos Humanos UAW-GM.

En 2015, el UAW eligió a Fiat Chrysler, el más débil financieramente de los Big Three o (tres grandes), como la compañía líder. Sin embargo, los trabajadores de FCA se rebelaron y derrotaron el contrato, por un margen de 2 a 1. Este fue el primer acuerdo nacional respaldado por el UAW rechazado por los trabajadores en tres décadas.

El UAW respondió lanzando una campaña de intimidación y fraude para lograr la aprobación de un segundo acuerdo con FCA, junto con contratos similares en Ford y GM. Los contratos mantuvieron los aumentos del costo laboral por debajo de la tasa de inflación, impusieron un "período de crecimiento" de ocho años hasta que las nuevas contrataciones alcanzaran los mejores salarios y beneficios médicos, aumentaron drásticamente el número de trabajadores temporales y a tiempo parcial y facilitaron el cierre de plantas.

Seis de los ocho principales negociadores del UAW con Chrysler, incluido el vicepresidente de la UAW, Norwood Jewell, fueron acusados o se vieron implicados por aceptar sobornos ilegales.

El acuerdo con GM fue impulsado por la vicepresidenta de la UAW, Cindy Estrada, quien ignoró el voto en contra del convenio entre los trabajadores calificados, ratificándolo de todos modos. Estrada, quien también está siendo investigado en el caso de corrupción de la UAW, ahora es la negociadora principal del departamento de UAW-FCA.

En noviembre pasado, GM anunció que no asignaría nuevos productos a cinco plantas de América del Norte y despediría a 14.000 trabajadores de producción y oficina. El UAW y su homólogo canadiense, Unifor, respondieron con una campaña antimexicana sucia destinada a desviar la ira de las corporaciones y los sindicatos, que han afirmado durante décadas que las concesiones interminables de los trabajadores "salvarían" sus empleos.

Tres de las fábricas, la histórica planta de ensamblaje de Lordstown, Ohio, y dos plantas de transmisión en Baltimore y el suburbio de Warren en Detroit, ya han sido cerradas. En mayo, Unifor llegó a un acuerdo para mantener a varios cientos de los 2.900 trabajadores empleados en la planta de ensamblaje de Oshawa, Ontario, donde hubo 20.000 trabajadores empleados de GM.

La fábrica restante, la planta de ensamblaje Detroit-Hamtramck, la única fábrica de GM dentro de la antigua Ciudad del Motor está programada para cerrar en enero. No cabe duda de que UAW y GM utilizarán esta planta y las otras fábricas que funcionan por debajo de su capacidad total como un chantaje para imponer un acuerdo falsamente "para salvar plantas" con concesiones aún más profundas.

En un artículo del 29 de noviembre de 2018, en la publicación de la industria Automotive News presentó este escenario exacto. Después de quejarse de que "muchos miembros del UAW quieren más: más aumentos, más participación en las ganancias, más todo", el periodista Michael Wayland escribió que el anuncio de cierre de la planta cambiaría "la narrativa de los miembros que quieren más y potencialmente solo quieran salvar empleos y plantas".

Los cierres, dice Wayland, también podrían "ser una bendición disfrazada para los líderes del UAW, que están librando una batalla interna con los miembros luego de un escándalo de corrupción federal. Si los líderes sindicales pueden salvar una, tal vez dos plantas, podrían verse como héroes en lugar de peones de la compañía…".

Sin embargo, cualquier acuerdo para mantener una fábrica abierta tendría un costo enorme para los trabajadores, escribió, y agregó: "Esperen que GM exija prácticas de empleo no tradicionales, como un aumento de trabajadores temporales, o subcontratados".

Los funcionarios de GM se quejan de que tienen los costos laborales más altos de los tres fabricantes de automóviles con sede en Detroit. Si bien ya tiene alrededor de 4,650 trabajadores temporales, o el 10 por ciento de los 46.000 trabajadores en su fuerza asalariada en los Estados Unidos, quiere muchos más.

Según el sitio web de la industria, The Detroit Bureau, Chuck Stevens, exdirector financiero de GM, que se retiró el año pasado, "dijo a los analistas hace dos años que la compañía quería que el 50 por ciento del trabajo en las fábricas de GM se realizara por trabajo temporal". Esto permitiría a GM reducir drásticamente los costos de mano de obra y cerrar rápidamente más plantas conforme sigan cayendo las ventas en caso de una recesión económica mundial ampliamente esperada.

Las "negociaciones" actuales no son entre dos partes en conflicto, sino una conspiración conjunta de la UAW y las compañías automotrices para empobrecer aún más a los trabajadores.

Para derrotar esta conspiración, los trabajadores automotores tienen que tomar el control de la lucha en sus propias manos formando comités de fábrica de base para preparar una huelga nacional para anular todas las concesiones entregadas por el UAW.

El comité de negociación corrupto debe ser expulsado y reemplazado por un comité de los trabajadores más militantes y confiables, comprometidos a luchar por las demandas de los trabajadores, incluida la abolición del sistema de dos niveles, convirtiendo a todos los trabajadores temporales y casuales en empleados a tiempo completo, la recontratación de todos los trabajadores despedidos y un aumento salarial del 40 por ciento.

Los trabajadores deben defender el principio de "Sin contrato, no hay trabajo" y preparar una huelga nacional para frenar la industria de ensamble y autopartes, incluyendo la convocatoria de todos los trabajadores, sindicalizados y no sindicalizados. Se deben hacer llamamientos ahora a los trabajadores en México, Canadá y en todo el mundo para llevar a cabo una lucha coordinada a nivel mundial contra el asalto mundial a los empleos y las condiciones.

Esto debe combinarse con un rechazo de todas las formas de nacionalismo promovidas por los sindicatos, la Administración de Trump y los demócratas, y la lucha por la transformación de la industria automotriz global en una empresa pública, organizada según el principio socialista de producción para la necesidad humana, no el lucro privado.

Instamos a los trabajadores automotores y otros trabajadores a unirse a la reunión en línea este jueves 5 de septiembre a las 7:30 p.m. EDT para discutir una estrategia para llevar adelante esta lucha. Para registrarse, hagan clic en wsws.org/autocall.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 4 de septiembre de 2019)

Loading