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"Estamos enviando un mensaje: no habrá tregua de vacaciones"

Los huelguistas llaman a intensificar la lucha de clases contra el presidente francés Macron

La huelga en curso del transporte público y del sector público que paraliza gran parte del transporte en Francia para protestar por los recortes a las jubilaciones de Macron entró en su cuarta semana hoy. A pesar de los intentos de las burocracias sindicales de imponer una "tregua navideña" al suspender toda acción más allá del nivel local, los huelguistas continúan marchando y protestando contra los recortes a las jubilaciones, sabiendo que tienen una amplia mayoría de la población detrás de ellos.

Ayer, cuando las reuniones del comité de huelga de trabajadores ferroviarios y de transporte público votaron para continuar la huelga, los huelguistas hablaron con los reporteros del WSWS en París. Exigieron una acción huelguística intensificada contra Macron para aplastar definitivamente la capacidad del Estado de imponer recortes socialmente regresivos a los trabajadores. Al mismo tiempo, todos destacaron la creciente desconfianza de los trabajadores hacia las burocracias sindicales, que están negociando con el Estado a espaldas de los trabajadores.

Raphaël, un maquinista de la red de transporte público de París (RATP), dijo: "Esto es lo que llamamos una protesta de base. Sí, verás algunas calcomanías sindicales aquí y allá, pero para las tres cuartas partes de nosotros, esto ha ido más allá de la cuestión de la afiliación sindical, son realmente los trabajadores quienes están hablando. Hoy, el grupo de base convocó esta demostración. Estamos enviando un mensaje al gobierno y a los jefes sindicales: no habrá tregua de vacaciones".

La pancarta de Raphaël, “Macron, quítate a ti la jubilación, no a nosotros”

Raphaël enfatizó que los trabajadores están en una lucha no solo contra el Estado sino también contra sus maniobras con la burocracia sindical: "Hoy estamos protestando porque no queremos este recorte. No es que los líderes sindicales hayan convocado estas huelgas, fue en gran medida por nuestra propia iniciativa. Lo hicimos nosotros mismos, como ciudadanos trabajadores. Entonces estamos enviando un mensaje tanto a los burócratas sindicales como al gobierno: no, este paquete no pasará. No lo toleraremos ni te toleraremos a ti".

Tales sentimientos subrayan la necesidad básica de que los trabajadores formen sus propios comités de acción, independientes de los sindicatos. Con los trabajadores en Francia entrando en una lucha política con el Estado y con los principales bancos y la aristocracia financiera de todo el mundo, es fundamental que los trabajadores puedan unificar estas luchas y organizarlas independientemente de esas burocracias de base nacional, que están muy estrechamente vinculadas a Macron.

Raphaël enfatizó que mientras hacen huelga, los trabajadores de RATP son conscientes de que representan los intereses de los trabajadores y de la gran mayoría de la población francesa. Más allá de una pequeña mayoría de personas súper ricas, señaló, nadie se beneficiará de la reforma: "Si se mira todo, el paso a un sistema de jubilaciones por 'puntos' de valor indeterminado, alentando las cuentas de inversión para la jubilación, aumentando la edad de pensión —no es bueno para el ciudadano francés, para el trabajador".

Sobre todo, los huelguistas son cada vez más conscientes de que están participando en un resurgimiento internacional de la lucha de clases que está exponiendo los grandes conflictos objetivos dentro de la sociedad. Después de décadas en las que se impusieron políticas de austeridad en toda Europa después de la restauración estalinista del capitalismo en la Unión Soviética en 1991, la clase trabajadora está lanzando su primera gran contraofensiva internacional.

Por supuesto que estamos defendiendo a nuestra gente, nuestros salarios, nuestras condiciones en todo el mundo", dijo Raphaël. "Es una política de libre mercado que no comenzó ayer. Lleva ya 20 ó 30 años. Y sí, por ahora, los ricos van ganando. Pero nosotros también podemos ganar ... Nos levantamos cada mañana, por el sudor de nuestra frente, y todos vamos a trabajar. Somos personas honestas, hacemos funcionar la economía, pagamos nuestros impuestos, compramos cosas, todo eso".

Cuando se le preguntó acerca de este resurgimiento internacional, con huelgas en el sector del automóvil y de docentes en Estados Unidos y Polonia, y protestas masivas contra las dictaduras en Argelia, Irak, Bolivia y Chile, Raphaël enfatizó que la conciencia de esta lucha internacional más amplia estaba fortaleciendo a los trabajadores en Francia.

Él dijo: "Producimos, producimos, y debemos recibir menos incluso a medida que producimos más. Después de un tiempo, ya no es posible. Así que apoyo a los trabajadores de todo el mundo. Ya sé que lo que sucedió con los 'chalecos amarillos' en el último año ha tenido un impacto en todo el mundo. Sé que se informa de las huelgas que estamos llevando a cabo hasta en Sudamérica, recibimos muchos videos de trabajadores ferroviarios sudamericanos que nos apoyan y nos dicen que no nos rindamos, porque nos están mostrando el camino ... Así que no queremos rendirnos".

Está surgiendo rápidamente una confrontación de clases entre los trabajadores y el gobierno de Macron, que ha declarado que impondrá sus recortes de pensiones a través del Parlamento en febrero. En esta lucha, la única estrategia viable para los trabajadores es luchar para derribar a Macron, apelando a la solidaridad de los trabajadores de todo el mundo para una lucha para transferir el poder del Estado a los cuerpos de lucha creados por la clase trabajadora. En Francia y en todo el mundo, la dinámica de la lucha de clases está llevando a los trabajadores a una confrontación revolucionaria con la aristocracia financiera.

Raphaël hizo hincapié en el enojo entre los trabajadores por la arrogancia de clase de Macron, un exbanquero de inversiones, y de los círculos gobernantes en general.

Él dijo: "Les falta el respeto, lo estamos viendo desde hace algún tiempo en la forma en que hablan sobre los trabajadores y los ciudadanos franceses como una regla general. Nos llaman personas sin dientes, primitivos, indisciplinados. Macron dijo que hay muchos analfabetos y alcohólicos. Esto es arrogancia de clase. Escuché a Gérald Darmanin (miembro del partido de Macron), quien le aconseja acercarse a la gente, ver gente que bebe cerveza y come con las manos. Ya basta".

Pascal, fotógrafo y "chaleco amarillo", también hizo hincapié en la arrogancia de clase de los círculos gobernantes franceses, incluidos los burócratas sindicales. "No, no nos ayudaron", dijo. "Las burocracias sindicales ahora están entre comillas llamando a los 'chalecos amarillos' para apoyar la huelga. Pero ... los sindicatos, de hecho, no quieren saber nada de nosotros. Hay un rechazo de clase por su parte. Los 'chalecos amarillos' son realmente tan bajos como están dispuestos a hablar, dicen que somos violentos, que somos neofascistas, y así sucesivamente".

Pascal enfatizó su profunda desconfianza del "diálogo" entre el Estado y las organizaciones de empleadores con los líderes sindicales: "Es un juego de poder, de las personas que intentan obtener el poder. Después todos terminan debiéndose cosas y llegan a acuerdos. Ahora le toca a la base, a los ciudadanos y a los trabajadores participar en la toma de decisiones".

Raphaël explicó: "Soy trabajador, comencé a trabajar a los dieciséis años. Ahora no tengo la intención de seguir trabajando hasta que tenga 66, 68 ó 70 años. Eso es inapropiado. Quiero una jubilación decente y tener tiempo para disfrutarla también. No estamos aquí solo para trabajar sin cesar para unas pocas personas que tomarán toda la riqueza que producimos".

(Publicado originalmente en inglés el 27 de diciembre de 2019)

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