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EE. UU. pronto pasará a Italia y China en casos de coronavirus

Casi 10.000 estadounidenses dieron positivo al coronavirus el domingo, el mayor incremento en la pandemia global, y fallecieron más de 100 personas, el peor día en bajas masivas en EE. UU. desde los atentados de 11 de septiembre.

Las cifras de Estados Unidos son alarmantes, con un récord de 9.418 casos nuevos en un día. De los 42.964 casos, el estado de Nueva York tiene 20.875 casos, registrando 5.085 nuevos casos ayer. A partir del lunes, el número de víctimas de Estados Unidos solo fue inferior al de Italia, con 63.027 casos (y más de 6.000 muertes) y China, con 81.271 casos y más de 3.000 muertes, pero pocos casos nuevos desde que se extendió la epidemia el mes pasado.

En una declaración reveladora hecha en Twitter, Tom Bossert, exasesor de seguridad nacional del presidente Trump, escribió: “Lamentablemente, los números ahora sugieren que Estados Unidos está listo para tomar la delantera en el número de casos de coronavirus. Es razonable planificar que EE. UU. encabezará la lista de países con más casos en aproximadamente una semana".

Bossert criticó la respuesta inepta del Gobierno a la pandemia en "This Week" de ABC, afirmando que Estados Unidos necesitaba una mayor capacidad de pruebas antes para evitar que todo el país se cerrará. Advirtió que el sistema de salud en la ciudad de Nueva York pronto se verá abrumado.

Esta evaluación fue corroborada por el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, quien indicó que si no se pusieran más ventiladores a disposición de los 11 hospitales públicos de la ciudad, la tasa de mortalidad comenzaría a subir. “Podemos superar esta semana [subrayado nuestro] con el equipo y los suministros que tenemos. Esa es la realidad contundente. Llegaremos a un punto en el que no se puedan salvar personas que podrían haberse salvado".

El gobernador de Nueva York, Andrew M. Cuomo, visiblemente conmocionado por los recientes acontecimientos, emitió ayer una orden de emergencia que requiere que todos los hospitales aumenten la capacidad de camas en al menos un 50 por ciento. El domingo, el presidente Trump anunció que había aprobado la solicitud de Cuomo de emitir una declaración federal de desastre para el estado, permitiendo la movilización de la Guardia Nacional con financiamiento federal.

El New York Times informó que más de 78.000 personas finalmente se han realizado pruebas en el estado, lo que representa una cuarta parte de todas las pruebas en todo el país. La tasa de pruebas en Nueva York ha alcanzado 16.000 por día y ha llevado a un gran aumento en el número de personas identificadas como infectados con coronavirus.

Un llamamiento a los servicios voluntarios ha convocado a 30.000 médicos y profesionales de la salud jubilados. Ha habido algún avance en la obtención de equipos de protección personal, y la ciudad recibirá 169.000 máscaras N95. Aunque Queens tiene el mayor número de casos de cualquier ciudad, Staten Island tiene la tasa más alta de nuevas infecciones, con 172 casos por cada 100,000 habitantes.

Nueva Jersey ha superado a California como el segundo peor estado, con 2.844 casos, un aumento de 930 en un solo día. Los otros estados con cifras totales de casos angustiosamente altas incluyen California con 2.065 (+310), Washington con 1.996 (+203), Michigan con 1.328 (+293) y Luisiana con 1.172 (+335). Todos los estados de la nación han tomado algunas medidas para imponer distanciamiento social, cierre de negocios no esenciales u órdenes de quedarse en casa.

El cirujano general Jerome Adams emitió un sombrío pronóstico el lunes: "Quiero que Estados Unidos entienda que esta semana va a empeorar. Creo que hay muchas personas que están haciendo lo correcto. Creo que desafortunadamente estamos descubriendo que mucha gente piensa que esto no puede sucederles. Todos deben actuar como si tuvieran el virus en este momento, con prueba o no, necesitamos que comprendan que podrían contagiarse de otra persona o que podrían contagiar a otra persona. Quédate en casa".

Estos comentarios parecen calculados para culpar el número elevado de muertes, que Adams anticipa claramente, en el comportamiento del pueblo estadounidense, particularmente los jóvenes, en lugar de las políticas deliberadas de la Administración de Trump de las cual el cirujano general es parte (Adams es una figura de derecha, traída de Indiana por el vicepresidente Pence).

Adams fue desafiado en el programa “Today” de NBC por la presentadora Savannah Guthrie, quien señaló la contradicción entre su pronóstico ominoso y las afirmaciones de Trump de que "la cura es peor que la enfermedad" y que las restricciones como el distanciamiento social deberían levantarse pronto.

Citando la declaración de Trump, Guthrie dijo: "Parece que el presidente estaba considerando terminar estas medidas al menos después del período de 15 días; eso suena como que lo que estamos haciendo para detenerlo es peor que el virus mismo. ¿Qué te parece eso?”.

Adams simplemente evadió el tema y afirmó: "Como médico de la nación, estoy aquí para ayudar a Estados Unidos a comprender cómo debemos responder a esto, y lo que me parece es que cada día cuenta. Cada segundo cuenta, y en este momento, no hay suficientes personas que tomen esto en serio”.

En otras palabras, si la gente muere, no es culpa del Gobierno de Trump, aunque las políticas de Trump hayan facilitado deliberadamente este horrible resultado.

Según el Dr. Ashish Jha del Harvard Global Health Institute, “en casi todos los sentidos, nuestra respuesta ha sido mucho menos eficaz que en cualquier otro país avanzado del mundo. Es desconcertante. Tenemos, en los CDC, posiblemente la mejor agencia de salud pública del mundo. Todos pensamos que los CDC iban a hacerlo, estaban preparados y ayudarían a combatir este virus. La respuesta federal ha sido un fiasco. Sabíamos hace dos meses que se avecinaba esta pandemia. Todos lo sabían. Toda la comunidad de salud pública lo sabía. El Gobierno federal sabía que esta pandemia se acercaba. Y ha habido un error tras otro".

Los trabajadores de la salud están atrapados en la primera línea de esta calamidad. Sin el equipo adecuado y con un suministro de equipos de protección muy limitado, se exponen a un riesgo cada vez mayor de contraer la infección, enfermarse o convertirse en nuevos vectores de la pandemia al infectar a colegas, pacientes y sus familias.

Un médico italiano de la sala de emergencias, el Dr. Davide Bova, escribió escalofriantemente sobre las condiciones en su hospital en las redes sociales: “Ellos están y nosotros estamos en pedazos. Nos estamos enfermando, somos pocos y tenemos un promedio de 80 pacientes que esperan ser ingresados en la sala de emergencias. El jueves por la noche, yo solo estaba a cargo de 40 pacientes. Es inhumano para ellos, y para nosotros, para sus familias y nuestras familias".

La Comisión Nacional de la Salud de China informó que aproximadamente 3.300 trabajadores de la salud habían sido infectados a principios de marzo. Al menos 22 habían perecido. Los informes de Italia señalan que alrededor del 20 por ciento de los trabajadores de la salud han sido infectados, y algunos han muerto. Se enfrentan no solo a riesgos de salud personal, sino al agotamiento físico y la angustia mental de decidir quién recibirá tratamientos y a quién se le tendrá que negar un respirador, decisiones que tienen que aplicar tanto a sus pacientes como a sus colegas afectados.

El Dr. Adam Levine, médico de la sala de emergencias y profesor asociado de medicina de emergencia en la Universidad Brown en Providence, Rhode Island, escribió: “Cuidarse a sí mismo también significa que primero debes proteger tu propia salud cuando atiendes a tus pacientes. Esto significa tomarse unos minutos adicionales, sin importar la urgencia de la situación, para asegurarse de que el equipo de protección esté puesto correctamente y que los miembros de tu equipo hayan hecho lo mismo. Sean aún más cuidadosos cuando se quitan el equipo, para no contaminarse ni contaminar a otros en el proceso".

Utilizando su experiencia en el trabajo durante la epidemia del ébola en 2014, dijo que los trabajadores de la salud de los EE. UU. enfrentarán una situación con la que no estaban familiarizados: un entorno de recursos limitados. Tendrán que llegar a un acuerdo sobre cómo racionar el cuido como una forma de deber para sus pacientes; tendrán la obligación de ser administradores de sus recursos limitados. Específicamente, haciendo referencia a la escasez de respiradores, aconsejó a los médicos y los hospitales estar preparados para evitar sesgos de tratamiento que introducirían inequidades sobre quién recibirá las medidas para salvar vidas. Estas medidas tendrán que ser transparentes y compartidas con los pacientes, las familias y el público en general.

Es criminal que la seguridad de los trabajadores de salud no esté garantizada con los medios necesarios. Estos también incluyen el descanso, la alimentación y el apoyo familiar. Trump está ofreciendo asistencia de respiración a los mercados financieros en forma de rescates de billones de dólares, mientras que ahora amenaza con enviar a los trabajadores de vuelta al trabajo para resucitar el cadáver podrido del capitalismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 24 de marzo de 2020)

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