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“Nos están chupando la sangre”

Millones de estadounidenses no pueden pagar el alquiler

El 1 de mayo, millones de estadounidenses no pudieron pagar su alquiler debido a la grave crisis social provocada por la pandemia COVID-19, la cual desató a una crisis de vivienda en la cual muchas familias de clase trabajadora enfrentan un futuro de deuda, desalojo y carencia de vivienda.

No se ha publicado el número exacto de personas que no cumplieron con los pagos de alquiler o hipoteca el 1 de mayo. Sin embargo, según las estadísticas recopiladas por el Consejo Nacional de Viviendas Multifamiliares, el 31 por ciento de los inquilinos (25.8 millones de personas) en todo el país van dejar de pagar el alquiler de abril o lo harán con retraso.

Los expertos predicen que la tasa será mucho más alta para el mes de mayo, a medida que se profundice el impacto económico y social de la crisis de COVID-19. Se estima que el 44 por ciento de los residentes de la ciudad de Nueva York dicen que no pueden pagar el alquiler de mayo, según una encuesta localizada por PropertyNext.

Además, el 6.4 por ciento de todas las hipotecas de viviendas activas están actualmente bajo un acuerdo de indulgencia, extendiendo temporalmente la fecha de vencimiento del pago familiar, según el sitio web financiero Bankrate. Esto representa aproximadamente 8 millones de hogares que involucran hipotecas con un capital no pagado de $754 mil millones.

Al menos 3,8 millones de propietarios de viviendas han buscado alivio hipotecario y habrían dejado de hacer sus pagos a fines de abril, un aumento del 2,400 por ciento desde principios de marzo, según Black Knight, un proveedor de tecnología y datos hipotecarios.

Según cifras oficiales, más de 30 millones de personas han solicitado beneficios de desempleo en las últimas seis semanas. Es probable que esta cifra subestime la cantidad de personas que han sido despedidas o suspendidas debido a la imposibilidad de muchas personas para presentar un reclamo con éxito, ya que las oficinas estatales de desempleo carecen de fondos suficientes y están tecnológicamente atrasadas y están inundadas de solicitudes. La verdadera tasa de desempleo se estima entre un tercio y un cuarto de la población elegible para trabajar.

Mientras el establecimiento político entrega billones de dólares a la oligarquía financiera, decenas de millones de estadounidenses enfrentan desempleo, pérdida de cobertura de atención médica, pobreza y hambre. Sin empleos y todavía esperando los cheques de estímulo y los beneficios de desempleo, miles están haciendo cola en sus automóviles en los bancos de alimentos en todo el país. Los propietarios de pequeñas empresas se encuentran entre los afectados, al igual que los inmigrantes indocumentados, que no califican para ningún beneficio.

Emberlea, una veterana con cáncer metastásico en etapa cuatro que vive con su hijo adulto en el área de Sacramento en California, habló con el Sitio Web World Socialistsobre las enormes dificultades financieras producidas por la pandemia y los altos alquileres del área.

Emberlea

“Nuestro alquiler es cercano a $2,000 por mes”, explicó. “Eso es cerca del 60 por ciento de nuestros ingresos regulares. Pagamos solo $500 este mes por el alquiler porque mi hijo aún no ha recibido una compensación. El complejo de apartamentos tomó los $500 y aplicó el resto durante los próximos ocho meses, $170 adicionales por mes”.

Estados como Arizona, California, Colorado, Illinois, Maryland, Massachusetts, Michigan, Nueva York, Oregón y Washington han promulgado moratorias sobre los desalojos, evitando que los propietarios inicien el proceso de desalojo durante un promedio de dos meses. Sin embargo, las familias aún son responsables de hacer los pagos atrasados además de sus gastos mensuales en curso. Esto crea una situación de deuda insuperable, que la mayoría de la gente nunca podrá pagar, ya que la mayoría de la población estadounidense carecía de ahorros suficientes para pagar un gasto de emergencia de $1,000 antes de la pandemia.

“Si pierde su trabajo durante dos o tres meses, podría tener un hueco de $3,000 sin ninguna forma de compensarlo realmente”, dijo Matt Desmond, un sociólogo e investigador principal en un proyecto de la Universidad de Princeton llamado Eviction Lab, a National Public Radio . “Nos enfrentamos con millones de familias que están atrasadas en el alquiler”.

El impacto financiero afectará particularmente a los inquilinos en las principales ciudades de los Estados Unidos, dado el elevado costo de la vida que es difícil de administrar incluso mientras trabajan de tiempo completo. Para dar una idea de la carga, el costo mensual promedio de un apartamento de dos habitaciones oscila entre $974 en St. Louis y $3,629 en San Francisco.

La Coalición Nacional de Vivienda de Bajos Ingresos calculó que 11.5 millones o más personas gastarán al menos el 50 por ciento de sus ingresos en alquiler, un aumento de 1.5 millones de personas desde que comenzaron los despidos masivos y los cierres estatales en marzo.

Los pedidos de congelación de los alquileres y de los pagos de hipotecas han encontrado un creciente apoyo de los inquilinos y propietarios de viviendas en las principales ciudades de los Estados Unidos y partes de Canadá. En algunas ciudades, los inquilinos están organizando huelgas de alquileres para negociar colectivamente con sus propietarios o para presentar demandas contra los gobiernos estatales.

Emberlea ha estado tratando de organizar su vecindario en Sacramento para retener colectivamente sus pagos de alquiler e hipoteca. “Tenemos tanta gente sin trabajo”, dijo. “Tenemos que dejar muy en claro que la clase capitalista, los propietarios, los CEO, los banqueros y los políticos nos están chupando la sangre. Nos están haciendo trabajar muy duro por casi nada”.

Ella agregó: “¿Qué tan desconectado tiene que estar cuando tenemos bancos de alimentos donde hay filas de kilómetros y kilómetros de gente que necesita comida? Están destruyendo cultivos de alimentos. Están derramando leche de las lecherías. Están aplastando huevos porque si no pueden vender, no lo necesitan. Esto está sucediendo en todo el estado de California, en todas partes”.

Los grupos de Facebook para la coordinación de inquilinos están creciendo y se están estableciendo nuevos en ciudades como Portland, San Francisco, Oakland, Nueva York, Los Ángeles, Kansas City, St. Louis, Jersey City, San Francisco, Seattle, Austin, Milwaukee, Chicago y Filadelfia, así como ciudades en Canadá.

En la ciudad de Nueva York, los inquilinos de 2,000 unidades de vivienda en 57 edificios han organizado huelgas de alquiler para exigir que el gobernador Andrew Cuomo ordene la suspensión de los pagos de alquiler. La Unión de Inquilinos de Los Ángeles informó un aumento en la membresía de 3,000 antes del brote a 8,000 a mediados de abril. Al momento de escribir este artículo, casi 1.8 millones de personas firmaron una petición de “Rent Strike 2020”, declarando su acuerdo con la demanda de congelamiento de hipotecas y alquileres con su intención de retener los pagos de la renta, ya sea voluntariamente o porque carecen de dinero.

Una coalición de grupos de seudo izquierdistas y activistas que respalda la campaña oficial “Rent Strike 2020” busca subordinar la oposición popular al Partido Demócrata, bajo la falsa afirmación que los políticos demócratas se pueden ser presionar para llevar que adopten medidas serias para abordar la crisis social.

Este rol lo ejemplifica Kshama Sawant, miembro de Alternativa Socialista y concejal de la ciudad de Seattle, que está trabajando para canalizar la ira popular detrás de las apelaciones al gobernador demócrata Jay Inslee para que promulgue una cancelación temporal de los pagos de alquiler. Sawant le dijo a su audiencia en una reunión del Consejo Municipal el 16 de abril que para presionar al Partido Demócrata, “Necesitaremos un movimiento de lucha, y una huelga de alquileres el 1 de mayo ayudará a generar impulso”.

Para organizar una lucha efectiva contra los desalojos y las rentas desesperadamente altas, la lucha debe dirigirse conscientemente no hacia el Partido Demócrata, sino a la creciente ola de huelgas y protestas contra la política de ambos partidos de imponer el costo total de la crisis pandémica sobre los trabajadores resumida en la campaña para obligarlos a regresar al trabajo sin protección alguna contra el virus.

Detrás de los propietarios están los bancos y los grandes inversores que obtienen enormes ganancias del mercado privado de la vivienda. Por lo tanto, la lucha debe guiarse por el principio que la salud y las necesidades básicas de la población deben tener incondicional prioridad sobre el beneficio privado. El Partido Socialista por la Igualdad hace un llamado para la formación de comités vecinales de trabajadores para vincularse con los comités de fábrica y de trabajo de base, independientes de los sindicatos pro corporativos y el Partido Demócrata.

La respuesta criminalmente negligente a la pandemia por parte de la administración Trump y de los gobiernos de todo el mundo impulsada por una política de clase de subordinar la vida humana a las ganancias corporativas y al mercado de valores ha demostrado que la lucha contra COVID-19 es una lucha contra el sistema capitalista. Esta lucha debe guiarse por un programa para unir a la clase trabajadora internacionalmente para poner fin al sistema de ganancias y establecer el socialismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 4 de mayo de 2020)

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