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Podemos impulsa el "regreso al trabajo" mientras el ejército español espera un nuevo brote de COVID-19

El gobierno español del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Podemos sigue levantando las medidas de confinamiento, aunque documentos internos del ejército prevén que esto provocará nuevos brotes de la enfermedad. El Estado está poniendo en peligro la vida de millones de trabajadores que vuelven al trabajo, priorizando las ganancias corporativas por encima de la vida de los trabajadores.

Hoy, más de la mitad de la población de España pasará a la así llamada Fase 1 del plan de desconfinamiento del gobierno. Los que viven en áreas más duramente golpeadas todavía en la Fase 0 tendrán restricciones más estrictas a sus movimientos, como bajo la política anterior de confinamiento. Pero los que estén en la Fase 1 podrán visitar a familiares, ir a funerales, ir de compras, ir a restaurantes, celebrar reuniones de hasta 10 personas, y abrir hoteles, alojamientos para turistas y lugares de culto.

Esto llevará inevitablemente a un gran resurgir del virus, según una "Nota informativa. Informe cualitativo predicción epidemia largo plazo" producida por la Sección de Técnicas de Apoyo a la Decisión del ejército español, a cargo de la investigación operativa del ejército. El documento ha estado circulando entre los altos cargos del ejército español, y fue visto por el Confidencial Digital .

Según el documento, "habrá dos oleadas más de la pandemia" para 021. Para otoño, una "segunda oleada de COVID-19" es probable, y "posiblemente esto sucederá de nuevo el invierno siguiente".

Este es el primer documento oficial español que reconoce la posibilidad de un resurgimiento a gran escala de la enfermedad. Antes, Fernando Simón, un epidemiólogo que hace de director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad, había advertido del "riesgo" de nuevos brotes mientras defendía medidas de desconfinamiento.

Este escenario se basa en la evaluación no comprobada del ejército español y posiblemente exageradamente optimista de que durante el verano, "el número de infecciones disminuirá" ya que "el calor enlentecerá la expansión, pero no parará completamente". Si esta evaluación resulta equivocada, el número de enfermos y de muertos podría subir todavía más rápidamente.

El documento del ejército habla con un desprecio no disimulado hacia la vida de las masas trabajadoras. Declara, "el problema no es tanto el número de casos graves y de muertes, sino más bien que todos ellos se acumulan al mismo tiempo provocando otra vez el colapso de los servicios de sanidad".

Esto es, las muertes confirmadas de 26.621 personas en España, las 151.882 en Europa y las casi 300.000 en todo el mundo no son un "problema". El colapso de los servicios sanitarios y las infecciones masivas del personal sanitario tampoco han provocado que la maquinaria estatal española o que el Gobierno del PSOE y Podemos aumente el gasto en sanidad. Si hay que decir la verdad, la preocupación central en los ámbitos estatales es que el colapso en los servicios sanitarios podría desatar un estallido incontrolable de ira en la clase trabajadora contra la crueldad y la irresponsabilidad de la aristocracia capitalista gobernante.

El documento del ejército apoya la política social-darwinista de la "inmunidad de la manada [colectiva]" que contempla la infección de decenas de millones de personas con el COVID-19. Esto podría llevar a cientos de miles de muertes solo en España. Esta política ya ha sido defendida por Gobiernos capitalistas de varias partes del mundo, y quizás la resume de la manera más cruda un consejero del Gobierno británico: "inmunidad colectiva, proteger la economía, y si ello implica que mueran algunos jubilados, pues qué lástima".

El documento del ejército español afirma que futuras oleadas de infección serán menos "extensas y letales" porque los que ya se hayan infectado serán inmunes al virus, aunque los científicos están divididos en esta cuestión, y a causa de "nuevos tratamientos" y una futura vacuna. Como resultado, "los problemas que surjan tendrán menos impacto". Afirma sin pruebas que "cuanto más infectado en la ola actual, menos contagioso será en la siguiente ola". Admite, sin embargo, que "nunca habrá un 100 por ciento de inmunidad".

Prevé con confianza que una segunda oleada "no será como la primera, porque se tomarán inmediatamente fuertes medidas de confinamiento y los medios y tratamientos habrán mejorado". Aunque esto fuera cierto, ello solo subrayaría el enorme coste de las decisiones de los gobiernos europeos de no tomar medidas de confinamiento más temprano durante el brote inicial.

La manera en la que la clase gobernante prioriza las ganancias por encima de la vida se hizo patente la semana pasada cuando el Gobierno de la Comunidad de Madrid, regida por el derechista Partido Popular, apeló al gobierno central para relajar el confinamiento, pasando de la Fase 0 a la 1. Esa petición fue hecha después de encuentros con "diferentes sectores económicos", según la presidenta regional Isabel Díaz Ayuso. Ella pasó por encima de recomendaciones de lo contrario por parte de la directora general regional de Salud Pública, Yolanda Fuentes, que dimitió para manifestar su desacuerdo. Madrid es el epicentro de la pandemia de coronavirus en España.

Al tiempo que afirma cínicamente valorar la vida humana, Ayuso demandó que sean compensadas las ganancias: "Tenemos que combinar la vida, que para mí siempre ha sido lo más importante, con empezar a reactivar la economía, porque si no, tendremos muchos problemas, incluyendo de orden público".

El viernes, el vicepresidente del gobierno y dirigente de Podemos, Pablo Iglesias, criticó cínicamente a Ayuso, diciendo: "La gente está escandalizada porque algunos intenten ganar posiciones políticas jugando con algo tan serio como salvar vidas".

La verdad es que Ayuso estaba describiendo abiertamente la política que está implementando el Gobierno del PSOE y Podemos, con la colaboración de los sindicatos CCOO y UGT. Es más, Iglesias y el Gobierno del PSOE y Podemos son una herramienta política de los grandes negocios tanto como lo son Ayuso y el PP.

En abril, el gobierno anunció la política de regreso al trabajo un día después de que Rafael Domenech, del equipo de investigación del banco BBVA, le dijera a eldiario.org que exigió "emprender tests masivos en la población para ver quién ya es inmune al virus, para que estén listos para ir a trabajar y reactivar la economía". Un día antes, Ana Botín, directora ejecutiva del Grupo Santander, le dijo a un grupo de accionistas que ella le había pedido al Gobierno "que planifique, en cuanto pueda o incluso antes, el regreso al trabajo de los jóvenes y de los que sean inmunes".

El Gobierno del PSOE y Podemos ahora está forjando lazos con el partido derechista Ciudadanos. El miércoles pasado, el Gobierno logró salvar su cuarta prórroga del estado de alarma, que garantiza el control centralizado de la pandemia hasta el 24 de mayo, gracias al apoyo de Ciudadanos. Los términos del acuerdo son casi como incorporar a Ciudadanos en la coalición de Gobierno —incluyendo asistir a reuniones semanales para considerar el progreso. Iglesias agradeció a Ciudadanos, llamándolos la "derecha civilizada".

Esto es un fraude político. Partidos de la "derecha civilizada" como Ciudadanos gobiernan las comunidades autónomas de Madrid y Andalucía y gobiernan gracias al apoyo del partido fascista Vox, que aclama abiertamente los antecedentes del dictador fascista español del siglo XX, el asesino en masa Francisco Franco. Ciudadanos también es famoso por su programa de austeridad, y por su promoción venenosa del chauvinismo anticatalán y el nacionalismo español.

La alineación creciente de Podemos con la derecha revela el carácter de clase de su política. Como el Gobierno de su partido hermano de Grecia, Syriza (la "Coalición de la Izquierda Radical"), que impuso 4 años de austeridad brutal con el ultraderechista Griegos Independientes, sus políticas se basan en teorías fraudulentas de "populismo de izquierda". Un partido formado en 2014 por jóvenes estalinistas y pablistas de clase media que adquirieron notoriedad durante las protestas de los indignados de 2011, Podemos ahora defiende abiertamente los rescates de los grandes negocios, la austeridad y el envío de la policía para reprimir huelgas y protestas.

Iglesias resumió concisamente la orientación de su partido hacia salvar el capitalismo y la riqueza de la clase gobernante cuando le dijo al Financial Times de Londres que su Gobierno garantiza que "la economía de mercado es protegida mucho mejor, y garantiza ciertos niveles mínimos de demanda y bienestar".

(Publicado originalmente en inglés el 11 de mayo de 2020)

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