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Bancos Centrales Europeos aumentan el apoyo a los mercados financieros

El Banco Central Europeo (BCE) ha aumentado su programa de compra de bonos de emergencia —introducido a mediados de marzo para contrarrestar el colapso de los mercados financieros como resultado de la pandemia COVID-19— a 1,35 billones de euros.

La decisión de aumentar las compras en el marco del Programa de Compras de Emergencia para Pandemias (siglas en inglés, PEPP) en €600 mil millones, de un monto inicial de €750 mil millones, fue muy bien recibida por los mercados financieros. El euro alcanzó su nivel más alto frente al dólar de los Estados Unidos desde marzo y los mercados bursátiles subieron a raíz de la decisión, ya que el BCE aproximó su respuesta política a la de la Reserva Federal de los Estados Unidos

Reflejando la respuesta favorable a la decisión de poner aún más dinero a disposición a través del PEPP, un administrador de fondos de inversión con sede en Londres dijo al Wall Street Journal: "El BCE es muy conocido por estar detrás de la curva, actuando sólo a cinco minutos de la medianoche, pero ahora están por delante de la curva."

En su análisis de la situación de la economía de la zona euro, presentado al inicio de una conferencia de prensa ayer en la que anunció el nuevo paso, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, dijo que los últimos datos confirmaban que la región "está experimentando una contracción sin precedentes" y que se había producido una "caída abrupta" de la actividad económica como resultado de la pandemia.

Dijo que aunque los indicadores en tiempo real mostraron algunos signos de "tocar fondo" en la caída "la mejora hasta ahora ha sido tibia comparada con la velocidad a la que los indicadores cayeron en los dos meses anteriores".

Según sus palabras, al igual que en el resto del mundo, no hay perspectivas de recuperación en forma de V, un escenario ampliamente promovido al comienzo de la pandemia.

Lagarde dijo que las proyecciones macroeconómicas de junio eran de un crecimiento que disminuiría a "un ritmo sin precedentes" en el segundo trimestre antes de un repunte en la segunda mitad del año. Se esperaba que el PIB anual general de la zona euro cayera un 8,7 por ciento en 2020 antes de repuntar en 2021. Pero Lagarde no descartó una caída aún más profunda y advirtió que "la escala y la velocidad general del repunte siguen siendo muy inciertas".

Las conferencias de prensa que siguen a las reuniones del consejo de gobierno del BCE siempre tienen un cierto aire de irrealidad debido al único mandato del banco central que es mantener la estabilidad de los precios y un nivel de inflación de alrededor del 2 por ciento.

Esto significa que las decisiones que realmente no tienen nada que ver con los niveles de precios, y que están dirigidas a dar un impulso a los mercados financieros, tienen que ser justificadas en declaraciones oficiales como si lo hicieran.

Este tipo de juego de sombras fue particularmente evidente en la conferencia de prensa de ayer porque fue el primero que se celebró después de una decisión de la corte constitucional alemana del 5 de mayo que puso en duda si el Bundesbank, el banco central alemán, podría seguir participando en el programa de compra de bonos del BCE.

La decisión reflejaba la oposición de algunos sectores de la clase dirigente financiera y política alemana a lo que consideran operaciones del BCE para rescatar a los países del sur de Europa y financiar los déficits presupuestarios de sus gobiernos.

Lagarde fue cuestionado sobre la decisión de la corte constitucional alemana varias veces durante la conferencia de prensa. En respuesta a una de esas preguntas, señaló que el Tribunal de Justicia Europeo había dictaminado que las acciones del BCE han estado en consonancia con su mandato.

"Todos nosotros tomamos nota de la sentencia del Tribunal Constitucional de Karlsruhe, que se dirige a dos partes: el Gobierno y el Parlamento alemanes. Confiamos en que se encontrará una buena solución... que no comprenderá en modo alguno la independencia del BCE, la primacía del derecho europeo y la decisión del Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas".

Sin embargo, el hecho de que la cuestión siga planteándose significa que no es en absoluto una cuestión resuelta.

Un interrogador señaló que cuando se anunció por primera vez el PEPP en marzo la palabra "inflación" no aparecía en la declaración y preguntó si su inclusión en el anuncio de su ampliación tenía en parte por objeto proporcionar la justificación explícita en la que insistía el tribunal constitucional alemán.

En varias respuestas sobre las operaciones del PEPP Lagarde dejó claro que el sistema financiero de la zona euro se enfrentaba a una grave crisis a mediados de marzo. Dijo que su introducción el 18 de marzo había "evitado las espirales descendentes de los mercados financieros y reducido cualquier riesgo de cola en ese momento sin el cual habríamos estado en una situación seriamente diferente en términos de perspectivas de crecimiento e inflación".

Dijo que se había decidido aumentar el tamaño del PEPP porque las condiciones financieras de la zona del euro se habían vuelto "significativamente más estrictas" en una situación en la que la economía necesitaba condiciones más fáciles.

Comentando los informes de que no todos los miembros del consejo de gobierno habían estado dispuestos a apoyar un aumento del PEPP, Lagarde dijo que "había una opinión unánime" de que había que tomar medidas.

La última decisión del BCE es significativa, no sólo por el tamaño de la intervención —un aumento a €1,35 billones en nuevas compras de activos además de los más de €2 billones que ya tiene— sino por la ampliación del alcance de esas compras.

Lagarde señaló que el BCE había incluido una "cantidad significativa de bonos corporativos —casi €46 mil millones en el programa PEPP hasta el 29 de mayo— y que había decidido trasladar una gran parte de nuestras compras a papel comercial".

Esto indica que, al igual que su contraparte en los Estados Unidos, el BCE, el segundo banco central más importante del mundo, se ha convertido en el principal respaldo y sostén de todas las áreas del sistema financiero, desde la deuda pública a largo plazo hasta la deuda corporativa y el papel comercial a corto plazo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 05 de junio de 2020)

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