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El presidente Trump envía a agentes policiales federales a las grandes ciudades estadounidenses

En declaraciones a los periodistas en la Oficina Oval el lunes, el presidente Trump aclamó el secuestro de manifestantes por parte de agentes federales no identificados en Portland, Oregón, como un “trabajo fantástico” y prometió enviar a grupos policiales similares a la ciudad de Nueva York, Chicago, Filadelfia, Detroit, Baltimore y Oakland.

En respuesta a las preguntas sobre los informes de que la Casa Blanca estaba enviando 175 tropas federales a varias ciudades, Trump dijo: “Bueno, depende de cuál sea su definición de ‘tropas’. Quiero decir, estamos enviando a policías”.

Continuó: “Voy a hacer algo, eso es lo que puedo decirte. Porque no vamos a dejar que Nueva York, Chicago, Filadelfia, Detroit y Baltimore y todo esto, Oakland es un desastre. No vamos a permitir que esto suceda en nuestro país. Todos dirigidos por demócratas liberales”.

En cuanto a los agentes federales en Portland, Trump dijo: “Han estado allí durante tres días. Realmente han hecho un trabajo fantástico en un corto período de tiempo. No hay problema. Atrapan a mucha gente y encarcelan a los líderes”.

Sin presentar ninguna evidencia para respaldar sus afirmaciones, Trump intentó presentar a los manifestantes en Portland como criminales: “La gente dice que los manifestantes, estas personas son anarquistas, personas que odian a nuestro país y no vamos a dejar que eso siga adelante y yo te diré qué. El gobernador, el alcalde y los senadores les tienen miedo a estas personas. Esa es la razón por la que quieren que los ayudemos. Tienen miedo. Creo que incluso pueden tener miedo físico de estas personas, porque lo que están haciendo es increíble.

“No solo fuimos allí. No fue como si hubiera comenzado de inmediato. Esperamos 51 días. Dijimos, ‘no podemos permitir que eso suceda más’. Pero estos son anarquistas”.

El Chicago Tribune informó el lunes que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, todas las siglas en inglés) enviará a 150 agentes a Chicago esta semana. Citando fuentes anónimas, el informe del Tribune dijo que los agentes de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), parte del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), fueron enviados para ayudar a la policía de la ciudad en los esfuerzos de lucha contra el crimen. Las fuentes no explicaron con precisión qué harían los agentes de HSI en Chicago.

CNN también informó que un alto funcionario policial no identificado confirmó que hay planes para desplegar a agentes federales en Chicago hasta el final del verano. CNN dijo: “Los agentes se centrarán en las ventas ilegales de armas y la violencia armada y las órdenes de arresto pendientes, entre otros objetivos, según una de las fuentes. Ambas fuentes dijeron que se podría hacer un anuncio en los próximos días”.

Colleen Connell, directora ejecutiva de la ACLU de Illinois, condenó las acciones de la Administración de Trump y dijo: “No se equivoquen: las tropas federales de Trump no serán una fuerza constructiva en Chicago. Como han visto nuestros colegas en Portland, las fuerzas secretas de Trump aterrorizarán a las comunidades y crearán caos. Esto no es ley y orden. Este es un asalto a la gente de este país, y contra las protecciones específicas de protesta y prensa en la Primera Enmienda”.

Al dejar en claro que los agentes federales fueron enviados por el presidente, el secretario interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf, dijo a Fox News: “Poner la política por sobre la seguridad pública no solo tendrá un efecto perjudicial aquí a corto plazo, sino también a largo plazo. Y el presidente ha sido muy claro, una vez más, en estas grandes ciudades metropolitanas ... si no van a hacer su trabajo, en algún momento, tendremos que tomar medidas para asegurarnos de que esas comunidades estén seguras”.

El lunes salió a la luz más evidencia de la violencia que se estaba cometiendo contra los manifestantes pacíficos en Portland. Christopher David, un residente de Portland de 53 años, fue agredido por agentes federales con porras y un irritante químico.

David, un graduado de la Academia Naval de EE. UU. y exmiembro del Cuerpo de Ingenieros Civiles de la Armada, dijo al Washington Post que fue al centro de Portland el sábado por la noche para preguntarles a los oficiales: “¿Por qué no están cumpliendo su juramento?” y “¿Por qué no honran su juramento a la Constitución?”. David terminó en el hospital con dos huesos rotos en la mano.

Como explicó el World Socialist Web Site ayer, Trump ha aprovechado las protestas en curso en Portland, en una ciudad y un estado controlados por el Partido Demócrata, para probar métodos de represión de Estado policial y atacar la Constitución. El uso de fuerzas federales en las principales ciudades de Estados Unidos, en algunos casos a pedido de asociaciones policiales en contradicción con la política de los funcionarios electos, es una violación de los derechos constitucionales de los manifestantes y una usurpación de la autoridad de los Gobiernos locales y estatales.

Al caer en picada en las encuestas para las elecciones presidenciales, en medio de la catastrófica crisis económica, social y de salud pública que enfrentan millones de personas por la pandemia de coronavirus, Trump está tomando medidas de extrema derecha en un esfuerzo por movilizar a su base fascistizante de partidarios, especialmente dentro de la policía y fuerzas paramilitares federales como la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).

El envío de agentes de la policía federal, que operan desde vehículos no marcados que “atrapan a mucha gente y encarcelan a los líderes”, en las principales ciudades estadounidenses es un paso adicional sin precedentes hacia una dictadura presidencial en los Estados Unidos. Es muy significativo que una de las fuentes anónimas del DHS le haya dicho al Chicago Tribune que los agentes de HSI, una unidad especial dentro de ICE dedicada a combatir organizaciones criminales, no estarán involucrados en asuntos de inmigración en Chicago.

Como era de esperar, ninguna de las respuestas de los demócratas líderes al anuncio de Trump lo consideró una amenaza para los derechos democráticos fundamentales.

La alcaldesa demócrata de Chicago, Lori Lightfoot, criticó a Trump por decir “muchas cosas despectivas sobre la ciudad de Chicago”. Añadió: “Le gusta usarnos como saco de boxeo político”. Luego, esencialmente aceptando la razón fraudulenta de Trump para enviar agentes de HSI a Chicago, Lightfoot dijo: “Pero si el presidente estuviera realmente comprometido a ayudarnos a lidiar con nuestra violencia, haría algunas cosas fáciles”.

En Michigan, la gobernadora Gretchen Whitmer caracterizó el envío de la policía federal a Detroit como un problema racial. “Francamente, el presidente no sabe nada sobre Detroit. Si lo hiciera, sabría que durante casi dos meses, los habitantes de Detroit se han reunido para protestar pacíficamente por el racismo y la discriminación sistémicos que enfrentan los estadounidenses negros todos los días”, dijo Whitmer.

La representante del Partido Demócrata, Rashida Tlaib, cuyo distrito congresional se encuentra en el lado oeste de Detroit, dijo en una publicación en Twitter: “Tendrán que arrestarme primero si creen que van a poner ilegalmente sus manos sobre mis residentes”.

El alcalde demócrata Jim Kenney de Filadelfia, dijo que el plan de Trump era “incorrecto en muchos niveles” y agregó: “Enviar a agentes federales a la policía de las ciudades estadounidenses que no han solicitado dicha ayuda solo puede obstaculizar el trabajo de los gobiernos locales y exacerbar las tensiones ya elevadas en estas ciudades y apuntar a las ciudades lideradas por alcaldes demócratas es claramente una politización de los recursos federales que debería indignar a todos los contribuyentes”.

Como fue el caso durante el intento de un golpe de Estado militar de Trump en junio, que solo fue descarrilado por la cúpula del Pentágono porque creían que no estaba adecuadamente preparado ni era necesario, los demócratas temen mucho más que surja un movimiento revolucionario masivo de la clase trabajadora desde abajo que los objetivos autoritarios de la Casa Blanca de Trump.

Solo la clase trabajadora, sobre la base de su propia organización política independiente y armada con un programa socialista revolucionario destinado a poner fin al capitalismo a escala mundial, puede defender los derechos democráticos y detener el descenso de la sociedad estadounidense a la dictadura y la guerra mundial.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 21 de julio de 2020)

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