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La pantomima de protesta “Huelga por las vidas negras”

El lunes, varios sindicatos de Estados Unidos, incluyendo al United Food and Commercial Workers (UFCW), Teamsters y Service Employees International Union (SEIU), organizaron lo que llamaron una “Huelga por las vidas negras” [Strike for Black Lives].

Según el sitio web del evento, exigió “justicia para las comunidades negras, que los funcionarios electos usen su autoridad para reescribir las reglas para que los negros puedan prosperar, y que las corporaciones desmantelen el racismo, la supremacía blanca y la explotación económica”. Varios grupos alineados con el Partido Demócrata también participaron en la organización del evento.

La llamada huelga fue un fraude político. Su propósito era promover el intento del Partido Demócrata de desviar y desorientar a la oposición popular mediante la inyección de comunalismo racial en el amplio movimiento multirracial contra la brutalidad policial. También tuvo por objeto encubrir el papel de los sindicatos y los demócratas en poner en peligro la vida de los trabajadores obligándolos a permanecer en el trabajo durante la pandemia de coronavirus.

La “Huelga por las vidas negras” no fue una huelga real. Consistió en su mayor parte en breves manifestaciones realizadas fuera del horario normal de trabajo o, en algunos casos, durante las pausas para el almuerzo. A pesar del carácter nacional del evento, que involucró la participación de sindicatos que colectivamente tienen millones de miembros, solo unos pocos miles de personas participaron, según los sindicatos.

El evento fue totalmente apoyado por las grandes empresas. El gigante de alquileres a corto plazo AirBnb incluso ofreció a sus empleados tiempo libre para participar.

Fue promovido por la prensa corporativa. Todos los principales periódicos nacionales proporcionaron una cobertura significativa.

Estos mismos medios, liderados por el New York Times, han pasado meses intentando condicionar a la opinión pública para que acepte un regreso prematuro al trabajo en condiciones en las que la pandemia de COVID-19 no ha sido contenida y las corporaciones no han tomado medidas serias para proteger sus trabajadores de la enfermedad mortal. Todos estos medios de comunicación son cómplices del aumento explosivo de las infecciones y muertes que han resultado, y seguramente resultarán, de la campaña de regreso al trabajo dictada por las grandes empresas y llevada a cabo por gobernadores y alcaldes demócratas, así como por la Casa Blanca de Trump.

Como era de esperar, estas mismas publicaciones han ignorado las huelgas genuinas que han estallado en los últimos meses en las industrias de autos, frigoríficos y otras, desafiando los intentos conjuntos de las gerencias y los sindicatos de mantener a los trabajadores en la línea durante la pandemia.

Las manifestaciones que tuvieron lugar sirvieron de telón de fondo para los discursos de los políticos del Partido Demócrata. En la ciudad de Nueva York, en una protesta de varios cientos de personas, los sindicatos entregaron el micrófono al líder de la minoría del Senado, Charles Schumer, conocido como el “senador de Wall Street”, quien desempeñó un papel protagonista en la aprobación de la Ley CARES. Esa legislación autorizó un rescate multimillonario de los bancos y las corporaciones y elevó los precios de las acciones.

Las excandidatas presidenciales Kamala Harris y Elizabeth Warren tuitearon su apoyo.

El sindicato UFCW, uno de los principales patrocinadores del evento, ha sido fundamental para mantener a cientos de miles de trabajadores del sector alimentario y procesamiento de alimentos en el trabajo durante la pandemia, incluso cuando sus lugares de trabajo se convirtieron en centros para la propagación de la enfermedad en sus comunidades. En respuesta a una huelga salvaje hace dos semanas en la planta procesadora de carne JBS en Greeley, Colorado, el Local 7 del UFCW declaró que la huelga era una violación del contrato y distribuyó un folleto que ordenaba a los trabajadores a que volvieran a trabajar. Seis trabajadores en la instalación ya han muerto por COVID-19.

El carácter fraudulento de la huelga está en consonancia con innumerables pantomimas similares por parte de los sindicatos estadounidenses a lo largo de los años, incluida una “ huelga general” en Amazon, que no está sindicalizado, que involucró a solo unos pocos cientos de miembros sindicales, así como protestas en un puñado de restaurantes de comida rápida organizadas por el sindicato SEIU y otros sindicatos como parte de su campaña “Lucha por $15” para elevar el salario mínimo al nivel de pobreza de $15 por hora.

El objetivo principal de tales eventos ha sido alentar una expansión de su ingreso de cuotas sindicales, el cual ha ido a la baja, en lugares de trabajo tradicionalmente no sindicalizados al tiempo que les indican a las corporaciones estadounidenses que no harán nada que interrumpa la intensificación de la explotación de la clase trabajadora. La demanda de un salario inicial de $15, que se repitió en las protestas del lunes, es tan insignificante que fue adoptada por el CEO de Amazon, Jeff Bezos, la persona más rica del mundo, como un ardid de relaciones públicas.

Pero la “Huelga por las vidas negras” de los sindicatos cumple una función política adicional: impulsar la campaña racial del Partido Demócrata dentro de la clase trabajadora, donde tiene poco apoyo en comparación con las capas acomodadas de la clase media-alta que forman el núcleo de la base del partido..

La falsa representación realizada por los demócratas de EE.UU. como un hervidero de odio racial es una respuesta de la clase dominante a los signos de un movimiento emergente masivo, multirracial y multiétnico de la clase trabajadora, presagiado poderosamente en las manifestaciones nacionales e internacionales contra la brutalidad de la policía. Tales desarrollos, parten de una creciente ola de huelgas y protestas masivas en los últimos años, que aterrorizan a la clase dominante.

Los sindicatos, controlados por burócratas cuyos ingresos de seis cifras están vinculados a los intereses de lucro de las corporaciones, se sienten igualmente amenazados por tal desarrollo.

El objetivo de la campaña ideológica dirigida por el Partido Demócrata es frustrar el impulso orgánico de los trabajadores a unirse por encima de las distinciones raciales y nacionales y distraer de la línea divisoria fundamental en la sociedad capitalista: las clases. De acuerdo con la antigua táctica de dividir y conquistar por parte de la clase dominante, los promotores de la política racial buscan crear una atmósfera política de comunalismo basada en la falsa noción de que las razas, en lugar de las clases sociales, determinan los intereses sociales de las personas.

En particular, entre los trabajadores de ventas minoristas y de comida rápida de bajos salarios, la “Huelga por las vidas negras” busca desviar la creciente ira hacia las condiciones inseguras, presentándolas como el producto de la “supremacía blanca”. Es por eso por lo que combina un enfoque racial con una insistencia en que toda iniciativa se deje en manos de las empresas estadounidenses. Una de las demandas en el sitio web del evento es que “las corporaciones tomen medidas inmediatas para desmantelar el racismo, la supremacía blanca y la explotación económica donde sea que existan, incluso en nuestros lugares de trabajo”.

Una lucha genuina contra la explotación y las condiciones de trabajo inseguras solo puede llevarse a cabo en oposición consciente a los sindicatos, que hace mucho tiempo se transformaron en un brazo de las corporaciones y el Estado, y un rechazo de todas las formas de ideología racial.

Esto requiere que los trabajadores formen sus propios comités de base para luchar por condiciones de trabajo seguras y salarios dignos, una tarea que ya están asumiendo los trabajadores automotores. Esto debe ir acompañado de una lucha política para unir a la clase trabajadora en oposición a la explotación capitalista y la desigualdad social a través de una lucha por el socialismo.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 22 de julio de 2020)

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