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La Casa Blanca califica a los maestros de “trabajadores esenciales” para forzar reapertura de escuelas

En condiciones en las que la pandemia de coronavirus se propaga fuera de control, la Administración de Trump está intensificando su campaña homicida para reabrir escuelas en todo Estados Unidos, lo que garantiza un aumento aún mayor de las tasas de infección. En una conferencia de prensa el viernes, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, calificó a los maestros de “trabajadores esenciales” similares a los empacadores de carne, una de las secciones de la clase trabajadora más devastada por la pandemia.

McEnany declaró que “las escuelas son negocios esenciales... nuestros maestros son personal esencial”. Agregó: “Nuestros empacadores de carne estaban empacando carne porque eran trabajadores esenciales. ... Y creemos que nuestros maestros son esenciales”.

La comparación entre maestros y los empacadores de carne es muy significativa y los maestros y todos los trabajadores de la educación deben tomarla como una advertencia aguda.

Maestra de Junior High, Angela Andrus, en un mitín el 23 de julio de 2020, Salt Lake City, Utah. Su pancarta dice, "De vuelta a la escuela, sobre mi cadaver". (AP Photo/Rick Bowmer)

Desde el comienzo de la pandemia, las plantas de procesamiento de carne han tenido una de las tasas más altas de infecciones y muertes de cualquier industria en los Estados Unidos. A fines de abril, luego de una serie de huelgas y acciones laborales en condiciones inseguras, que obligaron al cierre de 22 plantas en todo el país, Trump invocó la Ley de Producción de Defensa y declaró las plantas empacadoras de carne como “infraestructura crítica”, lo que las obligó a permanecer abiertas. Como resultado, el número de casos y muertes se ha triplicado, con más de 30,000 trabajadores infectados y más de 100 muertos por el virus.

Al hacer esta comparación, la Casa Blanca está notificando a los maestros que tiene la intención de llevar a cabo las mismas medidas dictatoriales en caso de huelgas o movilizaciones organizadas para prevenir la reapertura de las escuelas.

Mientras calificaba a los maestros de “esenciales”, McEnany defendió el despliegue de al menos 200 agentes federales en Portland, Oregón, donde han reprimido brutalmente a los manifestantes pacíficos, en múltiples violaciones flagrantes de la Constitución. La semana pasada, Trump amenazó con desplegar 75,000 agentes en “cualquiera ciudad” que elija. El blanco final de estas tropas de choque es la clase trabajadora, incluidos los educadores, empacadores de carne, trabajadores automotores y más, que se ven obligados a sacrificar sus vidas para generar ganancias corporativas.

Para la oligarquía financiera, la reapertura de las escuelas es un elemento clave en la campaña más amplia para “reabrir la economía”, que en esencia es el impulso para extraer una plusvalía cada vez mayor de la clase trabajadora para pagar las montañas de deuda acumuladas a través del rescate de Wall Street en la Ley CARES.

Con las altas tasas de absentismo en las fábricas de automóviles y otros lugares de trabajo debido a la falta de cuidado infantil, las escuelas son “lugares de trabajo esenciales” para que los trabajadores vayan a sus lugares de trabajo para que la clase dominante pueda reanudar la extracción de ganancias. La reducción o eliminación del suplemento federal de $600 por semana a los beneficios estatales por desempleo tiene el mismo objetivo de obligar a los trabajadores a volver al trabajo, independientemente de los peligros que enfrentan.

El número de nuevos casos de COVID-19 en los EE. UU. ha aumentado continuamente desde principios de junio, después de que los estados levantaran sus restricciones finales de distanciamiento social y reabrieran la mayoría de las empresas. Se han establecido repetidamente números récord de casos nuevos en las últimas semanas, y el viernes se registraron 78,000 casos nuevos. El número de nuevas muertes diarias también ha aumentado constantemente, superando cuatro veces las 1.100 muertes la semana pasada.

Como parte de la campaña para reiniciar la producción y reabrir las escuelas, la Administración de Trump está empeñada en silenciar a los expertos en salud pública y falsificar la ciencia médica. Después de semanas durante las cuales Trump denigró públicamente al Dr. Anthony Fauci, el director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas, el Dr. Fauci declaró la semana pasada que él y su familia han recibido amenazas de muerte y hostigamiento durante la pandemia.

En la conferencia de prensa del viernes, McEnany se refirió repetidamente a las pautas para la reapertura de las escuelas emitidas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). En respuesta a la reciente crítica de Trump de que las pautas originales eran “muy severas y caras”, la agencia emitió un comunicado el jueves pasado que representa la subordinación de la ciencia a los intereses de ganancias de la clase dominante.

Titulada “La importancia de reabrir las escuelas de Estados Unidos este otoño”, la declaración indica, “la evidencia disponible proporciona una razón para creer que la educación en persona es lo mejor para los estudiantes”.

La declaración afirma falsamente que “la tasa de infección entre los escolares más jóvenes, y desde los estudiantes hasta los maestros, ha sido baja”. De hecho, uno de los estudios más completos sobre el impacto del virus en los jóvenes se publicó la semana anterior en el sitio web de los CDC y llegó exactamente a la conclusión opuesta. El estudio, realizado en Corea del Sur, involucró el rastreo y las pruebas de contacto de casi 60,000 personas que tuvieron contacto con 5,706 pacientes con COVID-19, y los resultados “encontraron la tasa más alta de COVID-19 para contactos en el hogar entre niños en edad escolar”. El estudio advirtió que “los niños pequeños pueden mostrar tasas de ataque más altas cuando finalice el cierre escolar [en Corea del Sur], lo que contribuye a la transmisión comunitaria de COVID-19”.

Los CDC también minimizaron los peligros que representan para los niños a pesar de la creciente evidencia de lo contrario. “La mejor evidencia disponible indica que si los niños se infectan, son mucho menos propensos a sufrir síntomas graves”, declararon los CDC.

Las tasas de infección se están disparando entre los jóvenes en las regiones más afectadas por el virus. En Tennessee, ha habido casi 4,000 casos para niños de 0-10 años y 9,600 adicionales para las edades de 11-20. En Mississippi, más de 4,900 niños dieron positivo al COVID-19.

En Florida, más de 23,000 menores han dado positivo, con una tasa de positividad elevada de 13.4 entre los niños que han sido evaluados. El 17 de julio, Kimora Lynum, de nueve años, sucumbió al virus, a pesar de no tener problemas de salud preexistentes. Se desplomó de una fiebre alta después de ser dada de alta de un hospital, convirtiéndose en la quinta menor en morir por COVID-19 en Florida.

Cuando se le preguntó el domingo “Face the Nation” de CBS por qué los CDC no habían establecido un punto de referencia específico para la reducción de las tasas de infección antes de que las escuelas pudieran reabrir, el secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, dijo: “No creemos que haya umbrales uniformes para las reaperturas escolares “. El exejecutivo farmacéutico agregó: “Cada comunidad tendrá que tomar la decisión sobre las circunstancias para la reapertura y cuáles pasos tomarán para reabrir, pero la presunción debería ser que llevemos a nuestros hijos de regreso a la escuela, y descubramos cómo hacer eso”.

Dejar la toma de decisiones en manos de las autoridades locales, que también han sido amenazadas con la pérdida de fondos federales si permanecen cerradas, es una receta para el desastre. Hay más de 13,000 distritos escolares en todo el país, y a cada uno se le dice que prepare sus propios planes de reapertura, creando un mosaico de planes muy caótico y desordenado. Los distritos adyacentes entre sí y que enfrentan una propagación similar de la pandemia pueden tener planes completamente diferentes para la reapertura, lo que subraya la naturaleza irracional y no planificada de la respuesta capitalista a la pandemia.

La oposición a la reapertura de las escuelas continúa aumentando entre padres y educadores, con una encuesta de Associated Press-NORC publicada la semana pasada que encontró que el 77 por ciento de los estadounidenses se opone a la reanudación de las clases en persona. Cuarenta y seis por ciento cree que se necesitan ajustes importantes antes de que las escuelas vuelvan a abrir, y 31 por ciento insiste en que las escuelas no deberían abrir en lo absoluto. El ochenta por ciento de los encuestados estaba extremadamente o algo preocupado porque la reapertura de las escuelas produciría un aumento en los casos en su comunidad.

Se han celebrado protestas y manifestaciones de caravanas de automóviles en un número creciente de ciudades. El viernes, cientos de educadores y padres se reunieron en Des Moines, Iowa, en una caravana de automóviles llamada “Drive for Lives” [Conduce por las vidas] oponiéndose al plan de la gobernadora Kim Reynolds para reabrir las escuelas a tiempo parcial. El grupo de Facebook “Educadores de Iowa por un regreso seguro a la escuela” ha crecido rápidamente a casi 20,000 miembros menos de un mes después de su lanzamiento. En Salt Lake City, Utah, más de 150 educadores se manifestaron el viernes en la capital del estado para protestar contra la directiva del gobernador Gary Herbert de que las escuelas reabrirán el próximo mes.

Ha habido caravanas y manifestaciones similares en numerosas ciudades en las últimas semanas, a menudo organizadas a través de grupos locales y estatales de Facebook creados por educadores y padres, independientemente de los sindicatos de docentes. La Federación Estadounidense de Maestros (AFT) y la Asociación Nacional de Educación (NEA) han dejado en claro que ayudarán a las autoridades a implementar sus planes de reapertura. Al mismo tiempo, están tratando de canalizar la oposición a Trump detrás de la campaña para elegir a Joe Biden, quien fue parte del ataque masivo contra los maestros y la educación pública durante los ocho años de la Administración Obama-Biden.

Los dos partidos controlados por las corporaciones respaldan la política de regreso a las aulas, junto con las salvajes medidas de austeridad que se impondrán en un distrito escolar tras otro. Esto solo expone los reclamos hipócritas de los demócratas y republicanos que afirman que su demanda para la reapertura de las escuelas está impulsada por la preocupación a las necesidades de los estudiantes.

El Partido Socialista por la Igualdad hace un llamamiento a los educadores, padres y estudiantes para que desarrollen una red de comités independientes de seguridad de base y luchen por unirse en todos los distritos y estados para prepararse para una huelga nacional contra la reapertura de las escuelas. La política asesina de la élite gobernante debe contrarrestarse con una movilización de base amplia de educadores y todos los trabajadores y el desarrollo de una lucha política por parte de la clase trabajadora por el socialismo y una vasta redistribución de la riqueza para satisfacer las necesidades sociales, incluido el derecho a una educación pública plenamente financiada y de alta calidad para todos. Todos aquellos que buscan librar tal lucha deben contactarnos hoy .

(Artículo publicado originalmente en inglés el 27 de julio de 2020)

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