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Docentes de la ciudad de Nueva York crean comité de seguridad para detener la reapertura escolar

Hoy anunciamos la formación del Comité de Seguridad de base de Educadores de la Ciudad de Nueva York para oponernos a las reaperturas de escuelas promulgadas por el alcalde demócrata Bill de Blasio con el pleno apoyo del sindicato United Federation of Teachers (UFT). La apertura de escuelas para más de un millón de estudiantes pone directamente en grave riesgo la vida de los educadores, trabajadores escolares, estudiantes y la comunidad en general en aras de las ganancias corporativas.

Esta decisión criminal promete volver a infectar a la población de la región metropolitana más grande de Estados Unidos, con una población de 20 millones de personas. Las horribles escenas de marzo, abril y mayo, cuando se cavaron fosas comunes en Hart Island, cuando los hospitales se desbordaron y la infraestructura de atención médica estuvo al borde del colapso, pronto se repetirán a menos que movilicemos a la clase trabajadora para poner fin a estas políticas homicidas. Solo la ciudad ha perdido al menos 25.000 personas por el virus, la mayoría de las cuales eran residentes de clase trabajadora.

Al crear este comité, nos posicionamos de manera totalmente independiente tanto de los demócratas como de los republicanos, así como de la UFT y sus patrocinadores, todos los cuales han conspirado para hacer cumplir la reapertura de las escuelas. La UFT ha desempeñado un papel traicionero al encubrir las mentiras de De Blasio y el titular escolar Richard Carranza, mientras intenta sofocar la creciente marea de militancia entre los educadores haciendo amenazas huecas de llamar a huelga, mientras se involucra en acuerdos secretos con la administración de Blasio para obligar a los educadores a regresar a escuelas inseguras.

En un lapso de menos de 48 horas la semana pasada, el presidente de la UFT, Michael Mulgrew, quien se adelantó a una votación de la asamblea de delegados programada para la autorización de huelga con el anuncio del acuerdo que firmó con de Blasio, pasó de denunciar las condiciones inseguras en las escuelas a proclamar que el DOE [Departamento de Educación] estaba llevando a cabo “las políticas más agresivas y las mayores protecciones de cualquier sistema escolar en los Estados Unidos de América”.

Al luchar para oponernos a la reapertura imprudente de las escuelas, nos basamos en las siguientes demandas no negociables y científicamente fundamentadas:

  1. Exigimos la suspensión inmediata de todos los planes para iniciar las clases en persona en todas las escuelas de kínder a doceavo año y universidades en la ciudad de Nueva York. Todos los maestros y estudiantes deben contar con la tecnología necesaria para llevar a cabo clases de forma completamente remota, incluida la provisión de hardware y software de alta calidad y todos los demás accesorios. El acceso a Internet de alta velocidad debe proporcionarse a todas las familias de forma gratuita, mediante la conversión de las empresas de telecomunicaciones en servicios públicos.
  2. Exigimos plena seguridad en el empleo y salarios para todos los trabajadores de la ciudad de Nueva York. La amenaza de despidos, reducción de horas y sueldos, y retiro forzoso emitida por el alcalde y cínicamente repetida por la UFT, subraya el carácter reaccionario del Partido Demócrata y sus partidarios en los sindicatos. Rechazamos cualquier forma de austeridad en el hogar de Wall Street y el centro del capitalismo mundial. ¡La vasta riqueza de la oligarquía financiera debe gravarse fuertemente para pagar por la salud y seguridad de todos los trabajadores y la educación de la generación más joven!
  3. Exigimos una protección total de los ingresos para todos los padres que necesitan permanecer en casa para facilitar la educación de sus hijos mientras dure la pandemia, así como un paquete de ayuda para proporcionar inmediatamente generosos recursos económicos a todos aquellos que han sido incluidos en las filas de los desempleados.
  4. Exigimos la congelación inmediata de la matrícula universitaria y la abolición de la deuda de préstamos estudiantiles, así como la provisión de alojamiento gratuito en dormitorios y comidas para todos los estudiantes internacionales y otras personas necesitadas que deseen permanecer como residentes de sus instituciones universitarias durante el período de instrucción remota.
  5. Exigimos que todas las decisiones con respecto a la viabilidad de reabrir escuelas para el aprendizaje en persona sean determinadas democráticamente por comités de base de educadores, trabajadores escolares, padres y estudiantes, basados en la evaluación independiente de científicos confiables y expertos en salud.
  6. Exigimos la renovación inmediata de todas las aulas y edificios escolares para garantizar que tengan sistemas de ventilación y purificadores de aire modernos y de alta calidad. Los costos asociados con esto también deben ser sufragados por la enorme horda de ganancias acumuladas por la oligarquía financiera.
  7. Exigimos protección total para los trabajadores inmigrantes indocumentados y sus hijos, incluido el apoyo total a los ingresos mientras no puedan trabajar en lugares de trabajo inseguros. Exigimos el cese de toda detención y deportación por parte de las autoridades federales y la abolición de la Gestapo del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, sigla en inglés).
  8. ¡Detengan toda la producción no esencial! Hasta que se contenga la pandemia, solo las industrias clave como la producción de alimentos, la atención médica y la logística deben permanecer abiertas. Los trabajadores de esas industrias deben contar con las medidas de seguridad más avanzadas para prevenir infecciones. Todos los trabajadores no esenciales y los trabajadores despedidos deben recibir prestaciones de desempleo completas y acceso a una atención médica gratuita.

El plan de reapertura de las escuelas que se les está imponiendo a los educadores se basa en varias mentiras.

La primera y más fundamental de estas mentiras es que, en condiciones de una pandemia mundial y agresiva, es posible abrir escuelas de manera segura.

Después de las primeras seis semanas de reaperturas masivas de escuelas en los EE. UU., en las que decenas de miles de infecciones han sido vinculadas a escuelas y colegios de kínder a doceavo que se abrieron para clases presenciales en todo el país, ha quedado patentemente claro que ninguna forma de clases en persona es segura.

La propia organización de las escuelas, que reúne a grupos de jóvenes en espacios cerrados durante períodos prolongados, hace que el distanciamiento social sostenido sea prácticamente imposible sin la imposición de condiciones carcelarias a los niños y adolescentes. Ningún intento de utilizar a los jóvenes como chivo expiatorio por las políticas malogradas e imprudentes de reapertura escolar, impulsadas tanto por los republicanos como los demócratas, puede ocultar este hecho.

En el caso de la ciudad de Nueva York, hogar del distrito escolar de kínder a doceavo más grande del país y un epicentro temprano de la pandemia, la reducción más reciente en las tasas de infección que ha sido utilizada por el alcalde de Blasio y el gobernador Cuomo para justificar la reapertura de las escuelas ignora tanto el impacto continuo del coronavirus en todos los estados de los EE. UU., así como los rebrotes en países que levantaron prematuramente las restricciones como Israel.

Cabe recordar que De Blasio cerró las escuelas a regañadientes en marzo, bajo la intensa presión de los maestros de base y los trabajadores escolares, quienes amenazaron con realizar huelgas salvajes y la toma generalizada de licencias por enfermedad. Un conjunto cada vez más grande de estudios científicos ha demostrado que sin el cierre de las escuelas, el número de muertos por el virus habría sido aún mayor.

Aunque de Blasio ha intentado justificar la reapertura de las escuelas con juegos de palabras que hacen referencia a las dificultades que enfrentan los niños empobrecidos, ha demostrado el mismo fervor para obligar a los educadores y estudiantes a regresar a escuelas inseguras como condición para la reanudación de la extracción de ganancias de los trabajadores, así como para llevar a cabo la política asesina de “inmunidad colectiva” como sus homólogos republicanos.

En segundo lugar, el Departamento de Educación de la ciudad de Nueva York no ha promulgado ninguna de las medidas de seguridad exigidas por los maestros, padres y estudiantes como condiciones para un regreso seguro a las escuelas. De hecho, Carranza sigue sirviendo como portavoz de las mentiras que emanan del Ayuntamiento.

Después de prometer mejoras o renovaciones a sistemas de ventilación deteriorados e inadecuados en cientos de edificios escolares, el DOE orquestó una serie de inspecciones fraudulentas de las instalaciones. A pesar del carácter falso de estas inspecciones, varios informes publicados recientemente documentan cientos de casos de ventiladores inexistentes, así como ventiladores de alimentación y escape inoperantes en las escuelas. En una reunión reciente con administradores escolares, Carranza respondió a las inquietudes de los asistentes diciendo que siempre que una habitación tuviera una ventana, independientemente de su condición o posición con respecto al flujo de aire adecuado, podría usarse como aula.

Además, como parte de su acuerdo de trastienda con la UFT para retrasar la fecha de inicio de las clases en persona 11 días, el DOE anunció recientemente que las pruebas se limitarían al 10-20 por ciento de los maestros y estudiantes, que serían seleccionados al azar mensualmente, a partir del 1 de octubre, más de una semana después del inicio de las clases presenciales.

La tercera mentira sobre la que se basa la reapertura de las escuelas es que el único medio para abordar la crisis fiscal agravada por la pandemia y evitar así despidos de empleados de la ciudad y recortes a los programas sociales, es reactivar inmediatamente la economía e hipotecar a las generaciones futuras a través de una emisión masiva de bonos municipales, que pondrá el presupuesto de la ciudad aún más bajo el control directo de los inversores de Wall Street.

El alcalde de Blasio, junto con los demócratas de la ciudad y sus colaboradores en la UFT, han estado pidiendo a Albany que permita a la ciudad tomar prestado con este pretexto como un medio para desviar toda discusión pública de la demanda de los multimillonarios de Wall Street, que han hecho muchas ganancias durante la pandemia, cuando millones de personas fueron arrojadas a las filas de los desempleados y se ven obligados a pagar todas las medidas de seguridad necesarias para proteger las vidas de los residentes de clase trabajadora de la ciudad.

El velo progresista de De Blasio ha quedado expuesto como un fraude total. Mientras las escuelas y la infraestructura de la ciudad continúan languideciendo en un estado de negligencia deliberada, y los mismos niños que intenta usar como peones para justificar la reapertura homicida enfrentan niveles crecientes de pobreza, falta de vivienda y angustia, De Blasio mantiene su defensa impenitente de la riqueza adquirida por una oligarquía financiera parasitaria.

Una auténtica defensa de la vida de profesores y estudiantes solo puede ser realizada por los propios educadores de base, orientados a movilizar a los sectores más amplios de la clase trabajadora en defensa de nuestras vidas y seguridad, y a poner fin a la pandemia. Hacemos un llamado a todos aquellos que están de acuerdo con esta perspectiva de lucha a unirse a nuestro comité hoy.

(Publicado originalmente en inglés el 10 de septiembre de 2020)

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