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Los candidatos a canciller alemán Baerbock, Laschet y Scholz amenazan a Rusia y promueven la guerra y el militarismo

El pasado jueves por la noche tuvo lugar el primer debate televisivo conjunto de los tres candidatos a canciller de los democristianos (CDU/CSU), los socialdemócratas (SPD) y los verdes en las elecciones generales de septiembre.

Celebrada en el estudio de la emisora ARD de Berlín, las observaciones del trío —Armin Laschet (CDU), Olaf Scholz (SPD) y Annalena Baerbock (Verdes)— sobre la política exterior y europea subrayan por qué los trabajadores y los jóvenes deben apoyar y construir el Sozialistische Gleichheitspartei (SGP, el Partido Socialista por la Igualdad de Alemania) en la campaña electoral. Todos los candidatos de la clase dominante defienden el militarismo y la guerra.

Al principio del debate, en respuesta a una pregunta del moderador, Laschet, Scholz y Baerbock, afirmaron unánimemente que para ellos, EE.UU. es el socio más importante en política exterior. Al mismo tiempo, sin embargo, expresaron su preocupación por el hecho de que el rumbo de "América primero" siga vigente bajo el nuevo presidente Joe Biden. Esto plantea grandes retos de seguridad para Alemania y Europa.

La colíder del Partido Verde de Alemania, Annalena Baerbock, da un discurso durante un evento de anuncio digital en Berlín, Alemania, donde el partido la presentó como principal candidata a canciller para las próximas elecciones federales de este año, el lunes 19 de abril de 2021. (Annegret Hilse/Pool vía AP)

Los tres candidatos trataron de superarse mutuamente con sus exigencias de una política exterior y de defensa germano-europea independiente y más agresiva.

Laschet pidió que el gasto en defensa se incremente lo antes posible hasta el llamado objetivo del 2 por ciento, al que la gran coalición de democristianos y socialdemócratas se había comprometido por primera vez en la cumbre de la OTAN celebrada en Gales en 2014.

"La Alianza se ha comprometido a invertir el dos por ciento de su producto interior bruto, dependiendo del país y de su tamaño, en defensa y seguridad conjunta. Y esta declaración se mantiene y no hay ninguna razón para que Alemania se desvíe de ella ahora, a diferencia de todos los demás países." La gran coalición había "tomado repetidamente decisiones que se han acercado a este objetivo. Y eso debe continuar en los próximos años".

Esto equivale a una declaración de guerra. En medio de la pandemia y en unas condiciones en las que el abismo entre ricos y pobres no deja de aumentar, se destinarán nuevas y cuantiosas sumas al ejército. Desde 2014, Alemania ya ha aumentado su presupuesto de defensa de €32.000 millones a más de €50.000 millones (aproximadamente el 1,5% del PIB). Con el crecimiento económico previsto, el objetivo del 2% significa aumentar el presupuesto militar a más de €80.000 millones.

Scholz se jactó de haber impulsado, como ministro de Economía en funciones, los enormes aumentos de los últimos años, que han ido acompañados de brutales ataques sociales. "Me he asegurado de que cada año el presupuesto de defensa esté mejor financiado que antes. Por eso hemos llegado tan lejos". Como canciller, dijo, quiere seguir en esta línea. "Creo que tenemos que seguir avanzando en esto, poco a poco, en el futuro. ... Que gastemos más dinero en el Bundeswehr [Fuerzas Armadas] es correcto, y fue correcto hacerlo en los últimos años".

La candidata de los Verdes, Baerbock, fue la más agresiva. Su distanciamiento retórico del objetivo del 2% procede de la derecha. Sugirió que una fijación abstracta en el 2 por ciento no era suficiente para garantizar el rearme necesario. " Se tienen objetivos elevados, pero no se cumplen", criticó. "Si nos preocupamos por nuestra propia seguridad", dijo, debemos "analizar primero qué necesitamos. ... Si tenemos ciberataques, quizá necesitemos más gasto en nuestra seguridad".

El problema con el objetivo del 2%, dijo, es que "no se define por el interés de la seguridad". Los 10.000 millones de euros que el ministro de Finanzas ha puesto a disposición además en los últimos años "no han contribuido a la seguridad de la Bundeswehr, porque los soldados siguen quejándose, con razón, de que su material de protección no es seguro. Y seguimos adquiriendo nuevos helicópteros que no vuelan".

Baerbock también criticó a la gran coalición de la derecha por el desarrollo de una política de gran potencia alemana y europea. "En los últimos cuatro años, en los que los estadounidenses se han retirado por completo, habría sido realmente el momento en el que los europeos dijeran: ahora estamos subiendo al nivel de la política mundial. Estamos siendo capaces de hacer política mundial". Ahora bien, esto tenía que ocurrir rápidamente, con todas las consecuencias. Europa debe ser "capaz de hacer política mundial" y "estar en igualdad de condiciones con los estadounidenses".

La sola elección de las palabras subraya las tradiciones reaccionarias y megalómanas a las que aspiraba la clase dirigente alemana. "Weltpolitik" —política mundial— fue el grito de guerra con el que el Imperio alemán marcó el rumbo a finales del siglo XIX de una política exterior y colonial imperialista que condujo a la matanza masiva de la Primera Guerra Mundial. Ahora, el infame término, considerado durante mucho tiempo tabú tras los crímenes cometidos por Alemania en dos guerras mundiales, se reaviva para volver a suscitar el apoyo a una política exterior agresiva y de gran potencia.

Al igual que en la primera mitad del siglo XX, la ofensiva pretende poner a Europa bajo el liderazgo alemán, y se dirige principalmente contra Rusia. Los tres candidatos han hecho declaraciones de solidaridad con los regímenes derechistas y antirrusos de Europa del Este —en primer lugar Polonia, los países bálticos y Ucrania— y han atacado a Moscú.

Laschet se pronunció a favor de la realización del gasoducto Nordstream 2 por "razones económicas", pero amenazó indirectamente a la potencia nuclear rusa con el arsenal nuclear de la OTAN. Dijo no saber si los Estados de Europa del Este encontrarían "tranquilizador si, por ejemplo, dejáramos de contribuir a las salvaguardias nucleares de la OTAN en Alemania y se retiraran las armas".

"En un mundo en el que las amenazas nucleares siguen existiendo", concluyó Laschet, "Alemania también debe contribuir".

Hace exactamente 80 años, Alemania invadió la Unión Soviética, asesinó a seis millones de judíos y mató a 27 millones de ciudadanos soviéticos en una terrible guerra de exterminio. Pero eso no impidió a Baerbock amenazar militarmente a Rusia. Dijo que había que hablar de la cuestión del "reaseguro" y "mirar convencionalmente" cómo "garantizamos la seguridad de nuestros vecinos europeos y de Europa del Este". Se sentían "particularmente amenazados, sobre todo por el estacionamiento de misiles rusos en Kaliningrado". A diferencia de Laschet y Scholz, Baerbock rechazó Nordstream 2.

Los tres candidatos estuvieron de acuerdo en introducir el voto por mayoría a nivel de la UE para actuar con mayor rapidez y eficacia, especialmente en política exterior y de defensa. Era necesario alejarse del "principio de unanimidad... de lo contrario, no somos un buen actor en el mundo", explicó Scholz. "Quien quiera ser soberano y fuerte, quien quiera asegurarse de que no nos empujen en el mundo", debe ser capaz de "hablar con una sola voz" y eso presupone "decisiones mayoritarias entre los ministros de Asuntos Exteriores".

Con la declaración "Israel tiene derecho a defenderse", Laschet, Baerbock y Scholz respaldaron la guerra de Israel contra Gaza, que hasta el alto el fuego del viernes había costado la vida de al menos 232 palestinos, entre ellos 65 niños. Con ello dejaron claro que están dispuestos a defender los intereses económicos y geoestratégicos del imperialismo alemán con la fuerza más brutal.

La ofensiva bélica en el exterior va acompañada de un aumento masivo de los poderes represivos del Estado en el interior. Al final del debate, cuando se pasó brevemente a cuestiones de política de inmigración, los candidatos abogaron, en la línea de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), por un fortalecimiento de la Fortaleza Europa. "Una Europa libre necesita una frontera exterior segura", subrayó Baerbock. Y Laschet añadió: "Hoy en día, la protección de la frontera exterior es ya una tarea europea. Creo que también debe reforzarse a nivel europeo".

El debate debe entenderse como una advertencia. El próximo gobierno federal continuará e intensificará las políticas de derechas de la gran coalición a todos los niveles, independientemente del partido que acabe formando la coalición y de quién sea el canciller. El desprecio que todos los partidos capitalistas tienen por la vida de los trabajadores es especialmente evidente en la pandemia. La política asesina de "beneficios antes que vidas" ha costado la vida de más de 87.000 personas sólo en Alemania. Significativamente, ninguno de los candidatos dijo una palabra sobre esto.

En las elecciones, el SGP es el único partido que se opone decididamente al giro de la clase dominante hacia el militarismo, la guerra y la dictadura. Mientras el partido La Izquierda busca una alianza con el SPD y los Verdes —partidos de la guerra y la austeridad—, el SGP está armando la creciente oposición con un programa socialista.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 23 de mayo de 2021)

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