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Después de ataques en Siria, crece el redoble de tambores para una guerra estadounidense más amplia

A raíz de los ataques con misiles estadounidenses, británicos y franceses del último fin de semana en Siria, está creciendo una campaña en el establishment político y militar/de inteligencia estadounidense para una guerra más amplia que amenazaría con un conflicto nuclear con Rusia.

El martes, legisladores demócratas y republicanos atacaron a la administración Trump por la naturaleza “limitada” del ataque y exigieron que la Casa Blanca se comprometa a una operación militar más extensa para derrocar al gobierno de Asad (Assad) y confrontar a Irán y Rusia.

Después de una sesión informativa privada ante el Senado por el secretario de Defensa James Mattis y el presidente del Estado Mayor Conjunto, general Joseph Dunford, el senador republicano Lindsey Graham dijo a los periodistas que el gobierno no tenía ninguna estrategia y parecía dispuesto a “entregar Siria a Asad, Rusia e Irán”. Dijo: “Creo que Asad, después de este ataque, cree que somos solo tuiteo y que no hay acción”.

Graham pidió el establecimiento de una zona permanente de exclusión aérea en partes de Siria, lo que inevitablemente requeriría derribar aviones rusos, y el despliegue de más tropas estadounidenses sobre el terreno para asociarse con sus fuerzas representantes kurdas y vinculadas a Al Qaeda. Declaró que no debería permitirse a Rusia e Irán continuar “ganando el campo de batalla sin oposición”.

El senador demócrata Chris Coons criticó la reciente amenaza de Trump de retirar las tropas estadounidenses y dijo a los periodistas: “Es importante que nos mantengamos comprometidos con Siria”. Y añadió: “Si nos retiramos por completo, se perderá nuestra influencia en cualquier resolución o reconstrucción diplomática o cualquier esperanza de una Siria posterior a Asad”.

La imprudencia de la élite gobernante estadounidense se expresó en una columna de opinión publicada ayer en el New York Times por Susan Rice, quien se desempeñó como embajadora ante la ONU y luego asesora de seguridad nacional bajo Obama.

En la columna, Rice se opone categóricamente a cualquier retirada de las tropas estadounidenses. Pide a la administración Trump que mantenga indefinidamente su ocupación de aproximadamente un tercio del territorio sirio a lo largo de las fronteras del norte y este del país con Turquía e Irak ―una región que incluye los recursos petroleros del país. Esto está en consonancia con las llamadas que se hacen en los medios de comunicación de los EUA con mayor frecuencia y apertura para una repartición permanente del país.

Rice escribe que Washington y sus aliados deben “ayudar a asegurar, reconstruir y establecer un gobierno local efectivo en áreas liberadas”. Estas son palabras clave para establecer el control neocolonial sobre el territorio y usarlo como base para operaciones contra el régimen de Asad y Rusia y las fuerzas iraníes.

Dispensando el pretexto fraudulento de armas químicas utilizado para justificar el bombardeo estadounidense y aliado, Rice señala los objetivos de tal intervención: “Esto permitirá a Estados Unidos frustrar las ambiciones iraníes de controlar el territorio que abarca Irak, Siria y Líbano; retener la influencia en las principales áreas productoras de petróleo, y negar al Sr. Asad una porción sustancial del territorio sirio, a la espera de una solución diplomática”.

Esta estrategia está en acuerdo básico con un editorial del Wall Street Journal del 16 de abril que pide que Trump establezca “zonas seguras” en el norte de Siria, tanto en el territorio ocupado por Estados Unidos al este del río Eufrates como en el área fronteriza con Jordania. Esto, escribe el periódico, “no amenazaría el control de Asad sobre el resto de Siria”, pero “enviaría una señal de que Estados Unidos no está abandonando la región a Irán y Rusia”. El editorial pide una “paz basada en dividir el país en enclaves étnicos”.

Lo que se está discutiendo es un desmembramiento y una reestructuración permanente de Siria y de todo Medio Oriente, en parte para proporcionar al imperialismo estadounidense una base avanzada para sus preparativos de guerra contra Irán y Rusia.

Un comentario del 15 de abril en el Journal por Ryan Crocker, el ex embajador de los EUA en Siria, y Michael O'Hanlon, miembro de la Institución Brookings alineada con el Partido Demócrata, informa que futuros ataques aéreos “subirán la apuesta, yendo tras el mando militar, el control, los líderes políticos y tal vez incluso el propio Sr. Asad ... Los objetivos dentro de Irán no deberían estar fuera de los límites, dependiendo de la provocación”.

El martes, el Times publicó un informe basado en declaraciones de militares anónimos y funcionarios de la administración según el cual el Secretario de Defensa Mattis había instado a Trump a buscar la aprobación del Congreso para el bombardeo, pero fue rechazado por el presidente. El artículo afirma que “en varias reuniones de la Casa Blanca la semana pasada, él [Mattis] subrayó la importancia de vincular las operaciones militares con el apoyo público ―una opinión que Mattis lleva mucho tiempo sostenido”.

En un editorial reciente, el Times enfatizó de manera similar la necesidad de que el Congreso apruebe una legislación que autorice nuevas operaciones militares en Siria y en otros lugares.

También se informa ampliamente que Mattis aconsejó seleccionar objetivos sirios de tal manera que se minimizara la posibilidad de represalias rusas. Lo que está detrás de estas consideraciones, tanto militares como políticas, es la necesidad de prepararse para una guerra prolongada y sangrienta que probablemente involucre a un gran número de tropas estadounidenses y conduzca a un conflicto militar con Rusia y/o Irán. Esto requerirá una ofensiva contra la oposición antibélica dentro de los EUA, para lo cual se considera necesaria una hoja de parra legal de la sanción del Congreso.

En su artículo de opinión del Times, Rice hace un llamamiento para que Estados Unidos “siga evitando el conflicto directo con Rusia”, mientras que no permite “rienda suelta a Rusia e Irán”. Washington debe “presionar firme e inteligentemente” contra Rusia, escribe, “ya sea con respecto a las armas químicas u otros ultrajes”.

En otras palabras, la CIA debe continuar fabricando una serie interminable de provocaciones y pretextos con el fin de justificar el impulso de Washington de eliminar a Rusia como un obstáculo para el establecimiento de la hegemonía estadounidense en el Medio Oriente y toda Eurasia.

Uno de esos pretextos fue proporcionado por la publicación el lunes de un informe conjunto del gobierno de los Estados Unidos y el Reino Unido que acusa a Rusia de vagos actos de “guerra cibernética” contra Occidente. Aunque el documento no proporcionó una sola acusación específica o prueba contra Rusia, ha sido ampliamente amplificado a través de los medios en un esfuerzo por crear una atmósfera de histeria en los Estados Unidos y legitimar un enfrentamiento con Moscú.

Las cadenas de televisión por cable de Estados Unidos comenzaron el miércoles de forma más prominente con reportes de la muerte del periodista de investigación ruso Maksim Borodin, cuyas investigaciones incluyeron al contratista militar privado ruso Wagner. Borodin cayó desde un balcón en el quinto piso en Ekaterimburgo el domingo. De manera típica, antes de cualquier investigación y sin ninguna evidencia, los medios están informando ampliamente de que la muerte de Borordin es la última de una larga lista de asesinatos supuestamente ordenados por el presidente ruso Vladimir Putin.

La intensidad de la campaña contra Rusia crece en proporción a la exposición de los pretextos oficiales para el bombardeo de Siria como mentiras. Cinco días después del ataque, no se proporcionaron pruebas para corroborar la afirmación de que el régimen de Asad llevó a cabo un ataque con gas en la ciudad de Duma, en el este de Guta (Ghouta), mientras que siguen aumentan do las pruebas de que las agencias de inteligencia occidentales organizaron el incidente para proporcionar un pretexto para la intervención.

Las agencias de inteligencia han sido asistidas por un medio corrupto y servil. Un estudio publicado ayer por Fairness in Accuracy and Reporting (Imparcialidad en la Precisión de las Noticias), un vigilante de los medios de comunicación, revela que de los 100 principales periódicos de Estados Unidos por circulación, ni un solo consejo editorial se opuso al bombardeo de Siria.

Sky News interrumpe al general británico Shaw por cuestionar el ataque con gas de Siria

El papel de los medios occidentales como difusores de las mentiras del gobierno se demostró en una entrevista del medio británico Sky News con el ex mayor general británico Jonathan Shaw el 13 de abril, en el período previo al bombardeo. Cuando Shaw desvió el guión y cuestionó qué posible motivo podría tener el gobierno de Asad para llevar a cabo un ataque con armas químicas, dado que sus fuerzas estaban a punto de invadir a los “rebeldes” respaldados por Estados Unidos en Duma y un ataque con gas probablemente desencadenaría la intervención occidental. La presentadora de Sky, Samantha Washington, lo interrumpió abruptamente a mitad de la frase y cerró la entrevista.

(Artículo publicado originalmente en inglés el 19 de abril de 2018)

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