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Perspectiva

Guerra de Estados Unidos contra Siria e Irak

Esta perspectiva apareció en ingles el 2 de octubre del 2014 [traducción de Rafael Azul]

Bien saben el gobierno de Obama y el Pentágono que sus ataques aéreos en Irak y Siria matarán a decenas de miles de civiles inocentes. Así lo deja en claro una chocante declaración pública el martes 30 de septiembre de un alto asesor de la Casa Blanca.

La declaración coincidió con los ataques más fuertes hasta el momento en la guerra aérea sobre Siria e Irak (el martes Estados Unidos y sus aliados hicieron 24 bombardeos, 12 en cada país,; aviones británicos fueron los primeros en atacar).

Caitlin Hayden, secretaria de prensa del Consejo de Seguridad Nacional, en un e-mail a Yahoo News, confirmó limites impuestos por Obama para ataques con aviones drones en Pakistán y Yemen (para limitar muertes civiles) no se aplican a la guerra lanzada contra el Estado Islámico de Irak y Siria (E.I.).

Obama había hecho públicas esas restricciones en un discurso en la Universidad de Defensa Nacional (NDU) (supuestamente EE. UU. sólo se llevaría a cabo ataques aéreos contra blancos de Al Qaeda si había una "casi certeza" de que no habrían víctimas civiles), que él llamó "la norma más alta con la que podemos cumplir ".

"Las normas específicas esbozadas en la NDU solo se actualizarán fuera de las zonas de hostilidades activas, como se había dicho", escribió Hayden. "No se actualizarán dentro de esas zonas de hostilidades activas, como las de Irak y Siria".

Hayden comentaba sobre el destrozo de la aldea de Kafr Daryan en la provincia de Idlib, en el noroeste de Siria, donde un cohete Tomahawk mató una docena de civiles, entre ellos mujeres y niños pequeños. El Comando Central de Estados Unidos confirmó ese bombardeo del 23 de septiembre contra el "grupo de Jorasán," nombre que Estados Unidos invento en referencia a la red de Al Qaeda afiliada a Al Nusra, uno de los principales grupos sirios "rebeldes" que luchan contra el gobierno del presidente Bashar al-Assad.

El contraalmirante John Kirby, portavoz del Pentágono, también confirmó a la prensa la norma más permisiva para ataques aéreos contra objetivos en Siria e Irak. "Cuando decimos que vamos a ir tras ellos, lo decimos en serio", dijo Kirby.

Claro está que aún los límites supuestos de Obama nunca abarcaron los ataques con bombas de 500 libras lloviendo sobre los hogares rurales de Pakistán y Yemen. Funcionarios paquistaníes y organizaciones externas, como Amnistía Internacional creen que una enorme cantidad de civiles ha muerto allí como resultado de trescientos bombardeos con en estas áreas (posiblemente muchos cientos, o miles).

Luego de la publicación el año pasado de una serie de estudios sobre las víctimas civiles de cohetes de drones, el WSWS dijo, "Los informes, de hecho, proporcionan evidencia prima facie para un futuro juicio de crímenes de guerra contra Obama y altos funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional, el Pentágono, la CIA y la Agencia de Seguridad Nacional”.

La lluvia de bombas constante tiene consecuencias sociales que van más allá de los muertos y heridos. Un artículo publicado en abril de 2014 en la revista Rolling Stone comentaba: "El pueblo de Yemen puede oír la destrucción antes de que llegue. En las ciudades, pueblos y aldeas de esta nación al extremo sur de la Península Arábiga, el aire vibra con el sonido de los aviones drones estadounidenses que sobrevuelan. El sonido es algo constante y terrible ... Más de la mitad de los 24,8 millones de ciudadanos (milicianos y civiles de Yemen por igual) sienten su efecto todos los días ".

Las declaraciones de los voceros de la Casa Blanca y del Pentágono indican que la muerte y la destrucción infligidos al pueblo de Irak y Siria empequeñecerán el horroroso impacto de la guerra de los drones en Pakistán, Yemen o Somalia. Sin embargo no se oye ni una sola voz de protesta contra esa enorme matanza, ni del gobierno ni de los partidos Demócrata y Republicano.

Representantes de los grupos sirios respaldados por Estados Unidos y aliados con Al-Nusra informaron a los miembros del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara sobre el bombardeo de Kafr Daryan. Adam Kinzinger (Partido Republicano) congresista de Illinois que asistió a esa junta, no expresó ninguna emoción por la muertes de civiles. "Nada es perfecto", dijo. También declaro que en comparación con "la brutalidad del régimen de Assad” era preferible el daño a civiles inocentes de los ataques de Estados Unidos.

La cifra de muertos por las bombas y los misiles es sólo el comienzo. Los funcionarios estadounidenses (especialmente Samantha Power, embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas) dejaron bien en claro esta semana que el objetivo principal del imperialismo de Estados Unidos sigue siendo reemplazar al gobierno de Assad en Siria con un régimen títere de Estados Unidos.

Para lograr eso es inevitable el despliegue de decenas de miles de fuerzas terrestres (americanas, británicas, francesas, turcas, de Arabia Saudita o en combinación) para conquistar a Siria. La invasión y ocupación de Irak causó un millón de muertes entre 2003 y 2011. Esta vez el crimen será muchísimo mayor.

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