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Miles protestan tortura y asesinato del fotoperiodista y cuatro mujeres mexicanos

Miles de manifestantes salieron a las calles de Ciudad de México y otras ciudades importantes en el país para expresar su in dignación al brutal asesinato el 31 de julio de Rubén Espinosa Becerril, un fotógrafo y periodista de investigación, junto con otras cuatro mujeres.

[Eneas de Troya]

El domingo dos de agosto, varios miles de personas marcharon en la capital mexicana con pancartas con la foto del periodista y coreando: "¡Fue el Estado, fue el Estado!"

Veinticuatro horas después de que los familiares reportaran la desaparición, la policía en la tarde del viernes descubrió su cuerpo con los de las cuatro mujeres en un apartamento de la Ciudad de México. Habían sido atados, torturados y cada uno recibió un tiro de gracia en la cabeza con balas de 9 milímetros.

[Eneas de Troya]

Esto fue un claro asesinato político de estilo ejecución de un crítico de la represión de la prensa y de la corrupción mexicana.

La muerte de Rubén ocurrió después de tres años de persecución por parte del gobierno, intimidación y palizas a manos de la policía en el estado suroriental mexicano de Veracruz, de donde huyó debido a las amenazas contra su vida. Él es el decimotercero reportero de Veracruz en ser asesinado desde 2011 (el cuarto de este año). Otras tres personas han desaparecido y se presumen muertas.

Veracruz es un microcosmos de una campaña de terror estatal a nivel nacional contra los reporteros, periodistas, fotógrafos y demás trabajadores de los medios. De acuerdo con una Mirada Crítica (Rompeviento TV), unos 103 periodistas han sido asesinados desde el año 2000. Unos 17 están desaparecidos. Otros han sido detenidos ilegalmente durante largos períodos de tiempo, o secuestrados para pedir un rescate.

Un entrada en Wikipedia confirma esos números. Para Veracruz, Wikipedia enumera las siguientes personas:

Noel López Olguín, Miguel Ángel López Velasco, Misael López Solana, Yolanda Ordaz, Regina Martínez, Guillermo Luna Varela, Gabriel Hugo Córdova, Esteban Rodríguez, Víctor Manuel Báez Chino, Irasema Becerra, Gregorio Jiménez, Moisés Sánchez Cerezo y Rubén Espinosa.

Tres figuran como desaparecidos: Sergio Landa Rosales, Miguel Morales Estrada y Manuel Gabriel Fonseca Hernández.

Además existe una lista de decenas de muertes sin resolver de jóvenes y activistas de derechos humanos.

Nadie en Veracruz ha sido condenado por cualquiera de estos delitos.

Rubén trabajó como reportero gráfico para diversos organismos, entre ellos el noticiero AVC (que cubre noticias diarias); el Proceso, semanario de izquierda en la Ciudad de México (que abarca las luchas sociales); y la revista fotográfica Cuartoscuro. En el 2007 radicó en Xalapa, Veracruz. Estaba apasionadamente comprometido con la lucha contra la represión de los periodistas por las autoridades estatales de Veracruz.

Rubén fue blanco de amenazas de muerte por parte de funcionarios del gobierno por tomar fotografías que exponen los ataques del gobierno a estudiantes, trabajadores y periodistas. Veracruz, al igual que el gobierno federal, está gobernado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) del presidente Enrique Peña Nieto.

Un artículo publicado en Proceso narra la actividad de Espinosa en Veracruz:

En noviembre de 2012, durante el aniversario de la Revolución Mexicana, [Espinosa] cubrió las protestas estudiantiles contra el gobernador Javier Duarte [PRI] por el asesinato del principal corresponsal de Proceso en Veracruz [Regina Martínez], y se le impidió tomar fotografías de la policía golpeando a estudiantes. En ese momento, un funcionario del Gobierno del Estado de Veracruz lo agarró y lo amenazó: "Deja de tomar fotografías si no quieres acabar como Regina".

Después de la primera serie de asesinatos de sus compañeros, Rubén participó activamente en las movilizaciones y manifestaciones de periodistas que exigían justicia para sus compañeros y el fin de los ataques.

El 14 de septiembre de 2013, mientras cubría la represión de los docentes y estudiantes en la Plaza Lerdo en Xalapa de la Universidad Veracruzana, él y otros periodistas fueron atacados por las fuerzas de seguridad del Estado que confiscaron sus equipos y los obligaron a borrar sus fotografías. Rubén fue golpeado. Él planteo una demanda en los tribunales por amenazas, golpes e intimidación; la campaña de persecución dirigida contra Rubén por el gobierno de Veracruz sólo se aceleró después de eso.

La campaña de intimidación, tortura y ejecuciones de periodistas continuó. En febrero de 2014, después de la ejecución del periodista Gregorio Jiménez, también en Veracruz, fotógrafos de prensa del colectivo Fotorreporteros manifestaron en la Ciudad de México exigiendo la renuncia del gobernador Duarte. Rubén Espinosa participó activamente en las protestas.

De vuelta en Veracruz, el gobernador Duarte ordenó la compra masiva de la edición del 15 de febrero 2014 de Proceso, con su foto en la portada, y un artículo analizando el régimen de Duarte, con el fin de eliminar la revista de los quioscos. Después de darse cuenta de que en Veracruz constantemente estaba siendo seguido y fotografiado por hombres armados, y temiendo por su vida, Rubén se trasladó a la Ciudad de México hace dos meses, pero continuaba denunciando al régimen de terror de Duarte. Ahora parece que sus verdugos lo siguieron hasta la capital mexicana. Su cuerpo fue encontrado, muerto a tiros junto con los de cuatro mujeres:

Una de las víctimas femeninas, Nadia Pérez Vera, de 32 años, nativa de Oaxaca, también habían sido políticamente activa en Veracruz, como miembro del movimiento de protesta estudiantil #Yo soy 132 que rechazaba al presidente Enrique Peña Nieto y el PRI en el poder. Vera fue violada antes de su ejecución.

Ella estaba entre las golpeadas por miembros de la Agencia de Seguridad Pública durante la protesta de noviembre de 2012. Nadia había sido miembro de la Asamblea de Estudiantes de Xalapa; fue una antropóloga y promotora de la cultura; ella era productora ejecutiva de Cuatro X Cuatro, una compañía de danza contemporánea, y coordinadora del cine independiente y el festival de vídeo Oftálmica. En una entrevista con la televisión Rompeviento TV que tuvo lugar en noviembre pasado, Nadia Vera declaró que si algo le sucedía a ella o a sus compañeros activistas, los culpables serían seguramente el gobernador Duarte y su gabinete.

Vera también habló de la represión clandestina (por bandas de narcotraficantes) que trabaja en conjunto con la represión oficial (del gobierno) para explotar, chantajear y reprimir a la población.

Una segunda víctima fue identificada como Yesenia Quiroz Alfaro, de 18 años, un maquilladora profesional, nativa de Mexicali, Baja California.

Las otras dos víctimas fueron identificadas como Alejandra, una empleada doméstica, y Simone, una mujer colombiana.

La guerra contra trabajadores de los medios en Veracruz y otros estados del país va de la mano con una guerra general contra la clase obrera y la juventud. Detrás de su fachada democrática y bajo la cobertura de una guerra respaldada por Estados Unidos contra las drogas, el ejército mexicano trabajando en conjunto con las agencias policiales federales y estatales, han asumido el papel de una fuerza de ocupación, libre para golpear, torturar, ejecutar, desaparecer y detener, siempre y cuando lo considere oportuno, a cualquier persona que se perfile como una amenaza a la clase dominante mexicana.

El 30 de julio, un día antes de la muerte de Rubén Espinosa, Nadia Vera, y las otras tres mujeres, Peña Nieto apareció en una ceremonia en honor del Ejército Mexicano y la Armada por su papel en la seguridad interior. El presidente aplaudió a los militares por ser un ejemplo de lealtad y patriotismo, a pesar de la participación de los militares en la ejecución de 21 jóvenes en Tlatlaya, Estado de México, en junio de 2014 y la desaparición de los 43 estudiantes de escuelas normales en Iguala, estado de Guerrero en septiembre de 2014.

El régimen de hoy en México, bajo Peña Nieto y con la complicidad de todos los partidos políticos, se parece cada vez más a las dictaduras militares-fascistas en América del Sur en la década de 1970. Veinticinco años después del final de la dictadura de Pinochet en Chile, el gobierno mexicano aterroriza a la población con el fin de imponer la privatización de las empresas estatales, y la destrucción de la educación pública por interés de la aristocracia financiera.

El domingo 2 de agosto, los periodistas y trabajadores de los medios se manifestaron en la Ciudad de México, Xalapa, Oaxaca, Zacatecas, Sinaloa, Puebla, Guadalajara y Washington DC, denunciando a Peña Nieto y a Duarte, y exigiendo justicia para Rubén Espinosa, Nadia Vera y los demás.

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