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¡Miss Sharon Jones!, documental de Barbara Kopple

Ha salido una nueva película de la acreditada directora Barbara Kopple. Se trata del documental ¡Miss Sharon Jones!. Jones nació en Carolina del Sur en 1956. Se crió cantando canciones religiosas en la iglesia y escuchando a su ídolo, James Brown, en una familia de pocos recursos. Pocos reconocieron su talento hasta el momento en que una compañía de discos la contrata como cantante acompañante. Tanto impresionó su registro vocal que en poco tiempo Sharon se había hecho parte del grupo Sharon Jones and the Dap Kingsen el 2002.

¡Miss Sharon Jones!

Antes de eso, Jones había trabajado en una sarta de empleos de corta duración, incluyendo como carcelera en la prisión neoyorkina de Rikers Island.

Sharon Jones and the Dap Kings hicieron muchas giras y produjeron varios álbumes, todos muy bien recibidos, durante la década del 2000. Aparecieron en los reconocidos programas de televisión Austin City Limites, the Conan O’Brien Show, y el Tonight Show with Jimmy Fallon. La fama le vino tarde a Jones. Su primer disco salió cuando ella tenía cuarenta años. En el 2014, fue candidata para su primer Grammy por un álbum apropiadamente intitulado Give the People What They Want (Dale al pueblo lo que quiere).

En el 2013, Jones anunció que se le había hecho un diagnosis de cáncer del tubo del bilis, por lo que tuvo que posponer su álbum del 2014. Jones tuvo que soportar cirugía y quimioterapia como consecuencia de un segundo diagnosis, cáncer del páncreas. Toda esa quimioterapia le hizo perder el cabello. Sin embargo, insistió en seguir cantando calva; nunca usó peluca.

¡Miss Sharon Jones!

Decir que Miss Jones es energética es minimizar la cosa. El oyente de repente siente la necesidad de agarrarse de algo cuando ella comienza a cantar. Mi escena favorita en la película es cuando Jones es acompañada a una iglesia y comienza a cantar canciones espirituales para los feligreses. Parece estar en trance y le da con su todo.

A la música contemporánea Jones le trae autenticidad y humanidad, cosas bastante raras. A los sesenta, Jones posee una experiencia vital y cierta memoria histórica que le da a su música seriedad y alegría. En la película ella recuerda el feroz racismo que sufrieron ella y los de su generación en el sur estadounidense; tener que recibir alimentos por la puerta de atrás de un restaurante y, de niña, caramelos podridos de manos del dueño. En otra escena recuerda como alguien le dijo que ella era “muy vieja, muy baja y muy negra” para cantar.

Arriesgo ser trillado cuando digo que no soy fanático de renacimientos de música soul o de cualquier otra. Mucho ha pasado desde la música que era popular en las décadas de 1960 y 1970;y es imposible dar marcha atrás. Al decir eso se me ocurre que en su música Jones introduce elementos contemporáneos a la música soul. Aun cuando la muerte le toca a la puerta, la música y vida de ella nos dicen “nada se acaba hasta que dices que se acaba”

Es imposible no preguntarse cuántas otras Miss Jones han sido sofocadas sin la posibilidad de vivir, respirar y cantar por un sistema de salud en Estados Unidos que segrega de acuerdo a clase.

Barbara Kopple, quien carga con mucha experiencia creando documentales, (Harlan County, USA; American Dream, Shut up and Sing) nos introduce al mundo de Jones durante su carrera musical y batallando el cáncer. El film es a la vez íntimo y objetivo. En vez de enfocarse sobre la cuestión de su reciente mala salud Kopple construye su relato sobre cimientos más sólidos que lo que cualquier público pueda relacionar.

Nos enteramos de cómo Jones y sus nuevos amigos musicales hicieron su primer disco con muy pocos recursos, de cómo cada miembro del grupo tuvo que batallar en lo personal y financiero contra la enfermedad de Jones. Un miembro tuvo que refinanciar su casa. Florece el calor y compasión de Jones aunque tiene un temperamento fuerte.

Parecería que son detalles cotidianos, pero, como bien sabe Kopple, la lucha para sobrevivir es central a toda gran obra dramática. La simpatía de Kopple está del lado de los hombres y mujeres comunes y corrientes. Su película Harlan County, USA (1976) es la historia de mineros de carbón en huelga en West Virginia que tienen por enemigos tanto a los dueños como al sindicato minero (United Mine Workers of America, UMWA) en su lucha por decentes condiciones de trabajo.

El primer documental de Kopple fue la cinta antiguerra Winter Soldier (1972), una crónica de crímenes de guerra en Vietnam desde el punto de vista de veteranos de guerra. También hizo American Dream (1991) sobre la despiadada huelga del frigorífico de Hormel, traicionada por los sindicatos y derrotada.

Hace pocos años hizo ¡Shut up and Sing! (2006) sobre el grupo Dixie Chicks de música tradicional de Estados Unidos que fue blanco de grupos derechistas por las declaraciones antibélicas de algunas de sus miembros .

Aun dejando de lado más profundas observaciones, ¡Mis Sharon Jones! es una obra muy entretenida y recomendable. Es el antídoto perfecto a las locuras de verano de Hollywood. Haz click aquí para ver reciente concierto de Sharon Jones and the Dap Kings.

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