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Perspectiva

¡"No" en el referéndum constitucional italiano!

El Comité Internacional de la Cuarta Internacional llama a votar “No” en el referéndum del 4 de diciembre en Italia sobre las enmiendas constitucionales propuestas por el primer ministro, Matteo Renzi. Los cambios en el referéndum le darían al primer ministro poderes prácticamente ilimitados para imponer la agenda de su partido en la legislatura, lo que constituye un paso hacia un régimen autoritario.

El referéndum es inequívocamente reaccionario. El Senado italiano se transformaría en un órgano no electo, seleccionado por autoridades regionales, y perdería su voto en una cantidad de asuntos del Estado, en particular, su capacidad de darle un voto de no confianza a un primer ministro. La medida propuesta en el referéndum llamada “Italicum” le daría una mayoría automática del 54 por ciento al partido ganador en la Cámara de Diputados. De esta manera, podría nombrar a un primer ministro que gobierne sin ninguna oposición efectiva en la legislatura.

El referéndum es apoyado por la Unión Europea (UE), los bancos y el Partido Democrático (PD; Partito Democratico ) de Renzi. La semana pasada, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, le comentó al periódico La Stampa, “Me gustaría ver que gane el ‘Sí’”, porque Renzi está implementando las “reformas correctas”.

Los cálculos de estas fuerzas reaccionarias se llevaron a cabo al menos tres años antes de que Renzi propusiera el referéndum, expresadas en un comunicado de la institución bancaria JP Morgan, donde lamentó los “problemas políticos profundamente arraigados” de los gobiernos al sur de Europa, como el que fue instaurado en Italia después de la caída del régimen fascista de Benito Mussolini y de la Segunda Guerra Mundial.

“Estos sistemas políticos vienen de una dictadura anterior y fueron definidos por esa experiencia… Los sistemas políticos de los países de la periferia tienen sus características comunes: dirigentes débiles; unos Estados centrales débiles en relación con las distintas regiones; protección constitucional de los derechos de los trabajadores; sistemas que buscan el consenso y animan el clientelismo político; el derecho a la protesta ante cambios impopulares al statu quo político. Las lagunas de esta herencia política han quedado al descubierto por la crisis”.

No es difícil ver por qué es que Renzi propuso el referéndum con el apoyo completo de la élite gobernante europea.

Europa está sumida en una crisis económica, mientras que los bancos italianos enfrentan cientos de miles de millones de euros en deudas insolventes, después de que casi una década de medidas de austeridad brutales hayan desacreditado al sistema político. Se ha venido preparando una serie de bancarrotas corporativas y recortes sociales que desencadenarán una explosión de ira social del proletariado. Los cambios en el referéndum de Renzi son para que el PD pueda actuar sin piedad en contra de la oposición de la clase obrera ante las medidas impuestas por los bancos y las grandes corporaciones.

La oposición del CICI al referéndum no disminuye nuestra oposición irreconciliable hacia los grupos a través del espectro político en Italia que han hecho llamados nacionalistas a votar “No”. La derecha italiana—incluyendo lo que queda de Forza Italia, el partido de Silvio Berlusconi, la Liga Norte (LN; Lega Nord) de extrema derecha y la organización de tendencias fascistas, Fratelli d’Italia —ha exigido medidas autoritarias como las que propone Renzi desde hace mucho tiempo, pero ven una derrota del PD como una oportunidad para recuperar el poder.

El Movimiento 5 Estrellas (M5S; Movimento 5 Stelle) de Beppe Grillo se ha pronunciado de manera cada vez más xenofóbica y populista en contra de la UE, llamando a Renzi un “puerco herido”. Sin embargo, el M5S propone llegar a un nuevo acuerdo con la UE tras una renegociación de los tratados y una consulta popular acerca de la salida de Italia del euro.

Muchas de las organizaciones que orbitan alrededor del PD está pidiendo el voto al “No”. Esto incluye a la Confederación General Italiana del Trabajo (CGIL; Confederazione Generale Italiana del Lavoro), los sindicatos de la Federación de Empleados y Obreros Metalúrgicos (FIOM; Federazione Impiegati Operai Metallurgici) y la coalición Izquierda Italiana (SI; Sinistra Italiana) conformada por exmiembros del PD y grupos como Rifondazione Comunista —que emergió de la ruptura dentro del Partido Comunista Italiano (PCI), después de que la burocracia soviética restaurara el capitalismo en la URSS en 1991.

Estos grupos han trabajado estrechamente con el PD por décadas. En el caso de Rifondazione, participaron dentro del gobierno del PD en el 2006 y 2007 para aprobar recortes de pensiones y créditos para la Guerra de Afganistán. Todas estas fuerzas apoyan a la Unión Europea y ninguna de ellas le ofrece al proletariado y a la juventud una oposición auténtica hacia las políticas de Renzi y del capital financiero internacional.

Históricamente, se han acoplado al sistema de gobierno capitalista creado después de la Segunda Guerra Mundial. Después del colapso del régimen de Mussolini, el nuevo sistema se basó en el apoyo del PCI a la burguesía italiana y las potencias imperialistas aliadas. El PCI estalinista impidió que se desarrollara una revolución social después de la guerra, traicionando las luchas de la clase obrera durante la Resistencia. Ahora, un partido sucesor del PCI, que apoyó la restauración capitalista en la URSS y que cuenta con funcionarios de la derecha como Renzi, un ex demócrata cristiano, pretende desmantelar lo que queda de las concesiones de ese período.

La tarea fundamental es desarrollar una perspectiva política independiente para la clase obrera sobre las cuestiones que han sido planteadas por el referéndum de Renzi.

Sea cual fuere el resultado del balotaje, el referéndum en sí va a intensificar la crisis explosiva de las clases gobernantes a nivel internacional, agudizada por la llegada al poder de Donald Trump en Estados Unidos. Una victoria del “Sí” sentaría las bases para una intensificación severa en los ataques contra los derechos sociales de la clase obrera. Si gana el “No”, Renzi ha indicado que renunciaría, posiblemente trayendo al poder al M5S de Grillo, un partido anti-UE.

Lo que está emergiendo a la superficie es el conflicto entre el sistema de Estado-nación y la economía globalizada, en medio de una crisis creciente de las instituciones de la posguerra y, en Europa, de la Unión Europea. Después del voto a favor de salirse de la UE en Gran Bretaña, ha crecido la posibilidad de que llegue al poder un régimen anti-UE en Italia, amenazando directamente la desintegración de la Unión Europea y del euro.

El mismo día, el candidato presidencial del Partido de la Libertad de Austria (FPÖ; Freiheitliche Partei Österreichs), Norbert Hofer, podría convertirse en el primer jefe de Estado ultraderechista de Europa Occidental, abriendo la oportunidad para que el líder del FPÖ, Heinz-Christian Strache, se convierta en el canciller austriaco.

El CICI se opone al referéndum desde una perspectiva dirigida a la movilización política independiente de la clase obrera en toda Europa y el mundo. La clase obrera y la juventud en Italia se enfrentan a un enemigo en común con los trabajadores del resto de Europa: una clase capitalista cuya agenda de austeridad, militarismo y guerra la conduce cada vez más rápido hacia la dictadura.

La oposición explosiva de los trabajadores y jóvenes en Italia y en Europa tiene que ser unida y basarse en una perspectiva política e histórica clara. Rifondazione y sus aliados han demostrado ser partidos burgueses y un callejón sin salida para el proletariado.

El CICI se presenta como la dirección política que debe ser construida por toda la clase obrera en una lucha por la revolución internacional, que representa la única respuesta viable ante la adopción de formas más dictatoriales de gobierno por parte de la burguesía. Ante el desprestigio del capitalismo y el colapso de sus instituciones políticas en Europa, el CICI avanza la perspectiva de derrumbar a la Unión Europea y sustituirla con los Estados Unidos Socialistas de Europa.

Declaración del Socialist Equality Party (Gran Bretaña), Parti de l’egalité Socialiste (Francia) y el Partei für Soziale Gleichheit (Alemania)

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